LOGROÑO.- La extensión del uso de Internet y de sus herramientas ha provocado que «el periodismo tradicional ya no tenga el monopolio del debate social». La afirmación corre a cargo de Arcadi Espada, periodista y autor del exitoso blog 'El mundo por dentro', y la confirman Gumersindo Lafuente, director de Soitu.es, y Ricardo Barrera, creador del portal de blogs La Coctelera.Los tres participaron en la conferencia 'Fenómeno blog', organizada por el Gobierno de La Rioja para celebrar el décimo aniversario de su página web (www.larioja.org).
A ninguno se le escapa la profunda transformación en la conformación de opiniones que ha provocado la red. Sin embargo, Espada (en la imagen) aseguró que desde que abrió su blog en 2004 hasta ahora sólo ha observado un cambio cuantitativo, no cualitativo. Es decir, que «la tecnología está muy por delante del talento o el mercado».
Para Lafuente, la falta de talento es una circunstancia que no sólo afecta al uso de Internet. Y, por el contrario, los blogs y otros canales de comunicación «complementarios» como twitter o youtube se han convertido en un actor más en la construcción de la agenda. Tanta es su influencia, apuntó, que hay mayor tráfico en los contenidos generados por anónimos que por los medios de comunicación.
La importancia de las redes sociales en la campaña electoral de Barack Obama ha sido el «caso definitivo», según Lafuente. En lacoctelera.com se dieron cuenta de ello cuando pidieron la opinión de los usuarios sobre las presidenciales estadounidenses y la respuesta fue masiva.
«El blogger podría opinar en un café o en su grupo de amigos, pero aprovecha el formato», explicó Ricardo Barrera.
«El blogger podría opinar en un café o en su grupo de amigos, pero aprovecha el formato», explicó Ricardo Barrera.
El director de Soitu.es va más allá. «Obama ha conseguido transmitir y amplificar su mensaje sin necesidad de acudir a los medios tradicionales», aseguró.
Una opinión que no comparte Arcadi Espada, quien señaló que Obama ha utilizado redes como facebook para recaudar dinero, pero también «ha gozado del apoyo mediático más importante».
Confrontó el caso con el 'no' de Francia al Tratado Europeo -cuando los medios eran partidarios del 'sí' y no así la red- y aseguró que juzgar ahora la difusión del mensaje de Obama es «difícil».
Libro de Espada
Precisamente Espada, periodista de aguas bravas, acaba de publicar un nuevo libro, que se titula «Periodismo práctico». Espada, a quien sus más rendidos admiradores ven como uno de los mejores cronistas de la Barcelona de los últimos años, hace poco más de un lustro que decidió dar un paso al frente -tengo la íntima convicción de que no sabe andar hacia atrás- y encarar el reto de convertirse en periodista e intelectual de difusión nacional. En esa vía descansa esta última obra.
«Periodismo práctico» es un hilarante, contundente y ameno ensayo sobre las limitaciones y los fracasos del periodismo de nuestros días. «Periodismo práctico» acoge un amplio repertorio de afiladas e irónicas reflexiones de un fiel enamorado del arte de contar noticias sobre la gangrena que está acabando con su profesión: el periodismo como mercancía, como insensatez, como descarnada mentira.
Con una decena de libros a sus espaldas y dueño de una de las bitácoras más frecuentadas de la blogosfera patria, Espada está empeñado en demostrar que es posible un periodismo aseado, respetuoso con la verdad y útil a la sociedad que lo acoge. Un periodismo que debiera ser pilar fundamental en la creación y el mantenimiento de un espacio público sano y garante de los derechos fundamentales del ciudadano.
Y por las páginas del libro señalado vemos aparecer una tras otra las grandes obsesiones del maestro: la reivindicación del método científico frente a la seudociencia, la constante denuncia de la impostura como forma de progresión social, su lucha contra el relativismo y el pensamiento políticamente correcto y, ¡cómo no!, su vigorosa cruzada contra la presencia de la ficción en el periodismo.
Que nadie busque en el trabajo de Espada complacencia ante la vida y un mar en calma. Al periodista barcelonés el cuerpo le pide cámara y acción. Y aunque lleve ya unos años fuera de las calles -ese mal maridaje entre la edad y el frío-, está descubriendo y explotando todas las posibilidades que la tecnología pone al alcance del periodista de hoy.
«Periodismo práctico» no es un libro que haya podido parir una pesada y polvorienta Underwood en hojas de papel Galgo. «Periodismo práctico» es fruto de un legítimo casorio entre levísimos y silenciosos ordenadores portátiles, vídeos de Youtube, SMS y fogonazos de Iphone con software de última generación. Ahí y todo.
En la vida profesional de los grandes periodistas parece haber momentos clave que marcan graves puntos de inflexión. Cosas del poder y la vanidad. Con la madurez creativa asoma el riesgo de la molicie y de la degeneración grasa de la musculatura.
Es ese momento en que hay que escoger entre charlar con Felipe González o seguir interrogándose sobre la veracidad del periódico de cada día, del pan de cada día. Al final, como en todo, gana el que pueda asomarse al espejo y sostener la mirada. Una hermosa lección.
Confrontó el caso con el 'no' de Francia al Tratado Europeo -cuando los medios eran partidarios del 'sí' y no así la red- y aseguró que juzgar ahora la difusión del mensaje de Obama es «difícil».
Libro de Espada
Precisamente Espada, periodista de aguas bravas, acaba de publicar un nuevo libro, que se titula «Periodismo práctico». Espada, a quien sus más rendidos admiradores ven como uno de los mejores cronistas de la Barcelona de los últimos años, hace poco más de un lustro que decidió dar un paso al frente -tengo la íntima convicción de que no sabe andar hacia atrás- y encarar el reto de convertirse en periodista e intelectual de difusión nacional. En esa vía descansa esta última obra.
«Periodismo práctico» es un hilarante, contundente y ameno ensayo sobre las limitaciones y los fracasos del periodismo de nuestros días. «Periodismo práctico» acoge un amplio repertorio de afiladas e irónicas reflexiones de un fiel enamorado del arte de contar noticias sobre la gangrena que está acabando con su profesión: el periodismo como mercancía, como insensatez, como descarnada mentira.
Con una decena de libros a sus espaldas y dueño de una de las bitácoras más frecuentadas de la blogosfera patria, Espada está empeñado en demostrar que es posible un periodismo aseado, respetuoso con la verdad y útil a la sociedad que lo acoge. Un periodismo que debiera ser pilar fundamental en la creación y el mantenimiento de un espacio público sano y garante de los derechos fundamentales del ciudadano.
Y por las páginas del libro señalado vemos aparecer una tras otra las grandes obsesiones del maestro: la reivindicación del método científico frente a la seudociencia, la constante denuncia de la impostura como forma de progresión social, su lucha contra el relativismo y el pensamiento políticamente correcto y, ¡cómo no!, su vigorosa cruzada contra la presencia de la ficción en el periodismo.
Que nadie busque en el trabajo de Espada complacencia ante la vida y un mar en calma. Al periodista barcelonés el cuerpo le pide cámara y acción. Y aunque lleve ya unos años fuera de las calles -ese mal maridaje entre la edad y el frío-, está descubriendo y explotando todas las posibilidades que la tecnología pone al alcance del periodista de hoy.
«Periodismo práctico» no es un libro que haya podido parir una pesada y polvorienta Underwood en hojas de papel Galgo. «Periodismo práctico» es fruto de un legítimo casorio entre levísimos y silenciosos ordenadores portátiles, vídeos de Youtube, SMS y fogonazos de Iphone con software de última generación. Ahí y todo.
En la vida profesional de los grandes periodistas parece haber momentos clave que marcan graves puntos de inflexión. Cosas del poder y la vanidad. Con la madurez creativa asoma el riesgo de la molicie y de la degeneración grasa de la musculatura.
Es ese momento en que hay que escoger entre charlar con Felipe González o seguir interrogándose sobre la veracidad del periódico de cada día, del pan de cada día. Al final, como en todo, gana el que pueda asomarse al espejo y sostener la mirada. Una hermosa lección.
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