martes, 2 de diciembre de 2008

ERE, mi niño. Busco trabajo / Magín Revillo

Se ha terminado la primera parte. Estoy con un pie en la calle. Huele a crisis. Los paises desarrollados y emergentes acaban de celebrar Cumbre en Washington. Estuve cerca, como siempre solo cerca. Hice de portero una vez más. Complejo de rompe puertas hasta el último minuto. Periodista. Y ahora, por ser español y europeo, puedo decir que estoy de vacaciones. Disfruto de mi primer día de camino hacia la jubilación anticipada. ERE. Lo que son las cosas. Unos tanto y otros tampoco. ERE, mi niño. Lo tomas o lo dejas. Me dejaron escoger. Esta mañana voy a colocarme el cartel de PERIODISTA EN PARO.

Aquí, en RevilloBlog, en esto que solo es una manera de llevar mi propio archivo a cuestas, digo que no estoy prejubilado. Que no van a pre-jubilarme por decir ERE mi niño. Que no quiero esperar a que Pedro Solbes me explique por qué esto es más barato. Que no puedo ni quiero tener que decir en los Estados Unidos que nuestro sentido del estado de bienestar nos deja en casa con el siete por ciento menos del sueldo que nos daban en el tajo. No, no quiero decir ERE mi niño aunque coja el dinero y corra. Que el paro en los próximos años, con el dinero de todos que ahora dan tambien a los bancos, con el dinero pagado en impuestos, me coloque en casa mirando a las musarañas. Esto es solo un grito.

No, no quiero decir ERE mi niño aunque me lo pongan a huevo. No quiero cobrar el paro, quiero seguir siendo periodista, en activo y con las botas puestas. Eso que siempre fue mi ilusión, mi alegría, mi vida. No quiero decir ERE mi niño. Y lo siento, porque quien me lo dió todo, quien me enseñó, quien ahora me dice toma ERE mi niño prefiere dar muerte a los mensajeros cuando los tiempos se han vuelto difíciles. Radio Nacional de España fue y será hasta el próximo uno de enero mi casa. Cuantas horas, cuantos días, cuantas historias personales y profesionales se quedarán allí dentro. Alguien dijo cuando se iba con lágrimas en los ojos, esta ya no era mi casa. No, Fernando, es y sigue siendo nuestra casa. La que nos dio casi todo, la que hoy han tomado al grito de es nuestra sin saber que pueden deshacerla por un puñado de estúpidas vanidades. ERE, mi niño.

Aquí hay cera para mucho tiempo, aquí y ahora hay un periodista en paro buscando hacer lo que siempre solo quiso y soñó hacer desde que correteaba y jugaba entre las linotipias del periódico familiar. Revillín, guerra. Aquí y ahora, desde el primer cuento que mi abuelo publicó orgulloso en El Pensamiento Astorgano hasta mi última crónica el pasado domingo, en la radio de todos. Aquí y ahora digo: estoy libre.

ERE, mi niño. Busco trabajo. Quiero seguir siendo y seré hasta que me muera un periodista. Se admiten apuestas. Se admiten ofertas.

http://mrevillo.blogspot.com

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