viernes, 23 de enero de 2009

Los periodistas celebramos hoy el día de nuestro patrono San Francisco de Sales

MADRID.- Francisco de Sales, más conocido como San Francisco de Sales, nació en Sales (Saboya), 21 de agosto de 1567 y murió en Lyon, el 28 de diciembre de 1622, fue un santo del norte de Italia, quien estuvo de obispo de Ginebra. Tiene el título de Doctor de la Iglesia, es titular y patrono de la familia Salesiana (fundada por San Juan Bosco) y también patrono de los escritores y periodistas.

Se dice que escribía de día hojas clandestinas y la metía por debajo de las puertas, de noche. Por esa razón, se ganó el premio "patrono de los periodistas". Escribía como un ángel. De forma, que los franceses lo tienen entre sus clásicos de literatura. Una virtud: la dulzura de este hombre, de quien dicen que en su juventud tenía tan mal genio. Esa dulzura, antes, no le fue fácil conseguirla.

Su dulzura no era según la carne, falsa y aparente, fruto del deseo de agradar a los hombres y no a Dios. Era una dulzura verdadera, puesta a prueba en el crisol... dulzura que partía de su corazón.

Nació en los Alpes, en el Castillo de Sales, de familia noble, sus padres fueron Francisco de Sales de Boisy y Francisca de Sionnaz. A los 13 años viajó a París para estudiar con los jesuitas, después a la Universidad de París y de allí a la de Padua estudiando Derecho y Teología. Su deseo de ser Sacerdote ya estaba presente pero lo ocultó a su padre, solo su madre y amigos íntimos lo sabían.

Al terminar de estudiar un acontecimiento ayudó a su ordenación: el canónigo de Sales, Luis de Sales, ayudado por el Obispo de Ginebra, Claudio de Granier, hablaron con el Papa quien lo nombró Deán del Capítulo de Ginebra; el nombramiento llegó de sorpresa para su padre, pero el padre aceptó la ordenación, acaecida en 1593.

A partir de ese momento ejerció el sacerdocio con bastante trabajo y dedicación. Tomó como ejemplos de vida a San Francisco de Asís y a San Felipe Neri con lo que desarrolla una personalidad alegre, paciente y optimista. Sus inicios como sacerdote los ejerció entre los pobres.

En 1594, fue hacia la zona de Chablais dominada por los herejes calvinistas. En un principio fue echado por los pobladores y tuvo que pasar temporadas viviendo a la intemperie y de manera rudimentaria evitando dos intentos de asesinato e incluso ataques de lobos, pero su celo y trabajo empezó a dar fruto, sumado a su carácter amable y paciente y una propaganda hecha a mano y distribuida casa por casa, profunda en su contenido.

Refutando las ideas calvinistas, logró cautivar a los pobladores y convertirlos. Francisco de Sales resumió su labor a Juana de Chantal con esta frase: Yo he repetido con frecuencia que la mejor manera de predicar a los herejes es el amor, aún sin decir una sola palabra de refutación contra sus doctrinas.

Su labor quedó manifestada con la visita del Obispo Granier cuatro años más tarde cuando fue recibido por gran número de católicos, hecho que antes hubiera sido imposible. Los escritos de los que se sirvió fueron los que hicieron su primer libro de "Controversias" y revelaron el carácter de escritor de Francisco.

Su fama creció tanto por su virtud como por su sencillez. Fue nombrado Obispo Coadjutor de Ginebra; viajó a Francia y así llegó a hacerse amigo del secretario de Enrique IV, el Cardenal de Bérulle, Antoine Deshayes, y del mismo Enrique IV quien deseaba que Francisco se quedase allí, pero el santo rechazó la oferta volviendo a Ginebra;(prefiero a la esposa pobre, dijo).

En 1602 el Obispo Grainier murió y Francisco tomó su lugar; su estilo de vida y carácter cobraron mayor fama ya que se reveló como un gran organizador de su diócesis llevando una vida austera y con suma preocupación por los pobres y por la formación de sus feligreses; por ello es que empezó a escribir libros de manera sencilla que gustaron a todos. Consta, además, que perteneció a la Tercera Orden Mínima.

Su encuentro con Juana de Chantal en 1604, acogiéndola como hija espiritual, dio como resultado la fundación de la Orden de la Visitación de Santa María, el 6 de junio de 1610, para mujeres jóvenes y viudas que querían vivir el llamado de Dios sin la rigurosidad de los conventos monacales. La oposición del obispo de Lyon a este novedoso tipo de congregación, les obligó a redactar una regla basada en la de San Agustín de Hipona.

Después de una temporada atendiendo a las comunidades religiosas de su diócesis, cansado y enfermo murió a los 56 años.

En 1665 es declarado santo y en 1867 recibió el título de Doctor de la Iglesia por la eminencia de sus obras y por su vida ejemplar.

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