jueves, 12 de febrero de 2009

La Comisión Europea apunta a periodistas, becarios y "lobbystas" como posibles espías

BRUSELAS.- La Comisión Europea (CE) ha enviado una nota interna a varios de sus responsables advirtiéndoles de los intentos de espionaje cada vez más numerosos, y apunta a periodistas, becarios y "lobbystas" en la lista de potenciales sospechosos.

La CE confirmó la existencia de esa nota, divulgada inicialmente por el diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung, que recogió también las preocupaciones de las autoridades belgas por esta cuestión.

En la nota se lanzaba una advertencia contra todo tipo de identidades falsas, y se señalaban "repetidos intentos para conseguir información por medio de agentes de inteligencia o personas directamente ligadas a estos servicios, que adoptan una multitud de identidades para disimular sus agresivos procedimientos de búsqueda de información", aseguró Hutchins en un párrafo de la carta que Rampi leyó a los periodistas tras haber sido filtrada.

"No somos ingenuos", afirmó una portavoz de la CE, Valerie Rampi, en unas declaraciones durante una conferencia de prensa, en las que afirmó que "recientes casos han mostrado que el riesgo de espionaje crece cada día".

"No somos ingenuos y no vivimos en el mejor de los mundos", recalcó Rampi ante los periodistas atónitos tras confirmar que la Comisión ha dado orden de extremar las medidas de seguridad.

Rampi explicó que la Comisión genera mucha información secreta y confidencial, y hay gente que busca acceder a ella, por lo que se ha enviado una nota "para alertar del riesgo" en la gestión de "documentos sensibles".

Añadió que hay servicios de inteligencia de otros países "han hecho intentos repetidos usando agentes o personas vinculadas que usan diversos tipos de cobertura", como becarios y trabajadores en prácticas, funcionarios de otros países o expertos en tecnología de la información.

Por tanto, añadió con humor que, igual que un informador, el peligro podría proceder también de "una becaria rubia y hermosa con piernas largas".

La nota que publica el diario, elaborada por el director del departamento de seguridad de la CE, Stephen Hutchins, está dirigida a todos los responsables de cuestiones de personal en los diferentes departamentos del Ejecutivo de la Unión Europea (UE).

El documento apunta a periodistas, becarios, trabajadores externos de la CE o diplomáticos como personas que "siguen intentando obtener información sensible y secreta".

El diario cita al principal responsable de la seguridad de Bélgica, Alain Winants, quien el mes pasado dijo ante una comisión del Senado belga que considera que en este país hay "algunas decenas" de personas que espían haciéndose pasar por periodistas.

"Es increíble cuántos periodistas chinos y rusos se pasean por aquí y de los que uno se pregunta con razón si realmente tuvieron una formación como periodistas", señaló Winants.

Bruselas alberga la Unión Europea, la OTAN y otras instituciones internacionales, cuya actualidad es seguida por unos 1.200 periodistas acreditados.

La concentración de instituciones, empresas multinacionales y organizaciones de todo tipo en la capital belga hacen que Bruselas sea considerada como una de las ciudades con más agentes de servicios de inteligencia del mundo.

La portavoz comunitaria (en la imagen) señaló que la CE no sospechaba de los periodistas en general, sino que había advertido en su nota sobre cuáles podrían ser a grandes rasgos los potenciales espías.

Rampi reconoció que el hecho de que un periódico haya publicado esta nota interna advirtiendo del riesgo del espionaje supone una demostración palpable de que hace falta extremar la vigilancia.

Para Kristof Clerix, un periodista belga autor de Servicios secretos extranjeros en Bélgica; ¿más allá de la ley?, es fácil encontrar un disfraz adecuado. "Los clásicos son, por orden de importancia, los de periodista, diplomático, investigador, traductor e intérprete", señaló.

Se calcula que en Bruselas hay unos 1.200 periodistas acreditados, que se suman a los 56.000 diplomáticos, 5.000 estudiantes extranjeros o 1.000 traductores. El responsable de los servicios de seguridad belga ha sugerido que "decenas de periodistas" podrían estar a sueldo de servicios secretos.

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