miércoles, 25 de marzo de 2009

Nani Carvajal, presidenta de la Asociación de la Prensa de Sevilla: 'Mientras haya historias que contar el periodismo estará vivo'

SEVILLA.- La presidenta de la Asociación de la Prensa de Sevilla, Nani Carvajal, ha hecho unas declaraciones al diario 'El Correo de Andalucía' con motivo del 100 aniversario de la institución, que reproducimos en su integridad.

- Se cumplen 100 años de Asociación de la Prensa de Sevilla. ¿Qué ha aportado la institución a la ciudad?

–La asociación forma parte del esqueleto social de Sevilla. Ha estado muy unida siempre a la sociedad sevillana, con una relación muy buena. Al principio teníamos un marcado carácter benéfico y asistencial para periodistas en situaciones muy precarias, pero las actividades que realizábamos servían de ayuda también a colectivos desfavorecidos. No nos hemos limitado a informar, formar opinión y fiscalizar a los políticos, sino a colaborar con los sectores más deprimidos. La ciudad se hace a golpe de gestión pero también de ideas, de intercambio, y la prensa ahí ha sido determinante.

–¿Cuál es la mayor conquista de la asociación para el oficio?

–El mayor logro y el principal motor es generar un espíritu de unidad, la sensación de pertenecer a un colectivo que te apoya. El periodista trabaja en empresas pero en el fondo cuando escribe es una persona solitaria, y el sentir que hay muchos solitarios en la misma situación es importantísimo, nos fortalece. También hemos aportado ciertas prestaciones asistenciales, mejoras sanitarias, ventajas culturales, sociales... O la caseta, que también cumple 100 años.

–¿De verdad han logrado esa unidad en un gremio tan independiente y ácrata?
–Parece que somos insolidarios, que vamos a lo nuestro, pero en el fondo se palpa que se necesita esa unidad y saber que hay colectivos que tienen problemas parecidos a los tuyos te da fuerza para mantenerte y seguir con tu trabajo, que es duro pero gusta mucho, porque se hace con mucha vocación.

–¿Cuál es el principal reto al que se enfrenta ahora la APS?
–La precariedad en el oficio, claramente. Ha sido una constante, aunque hemos mejorado como mejora toda la sociedad. Ya no es como en el XIX que nos moríamos de hambre. Ahora comemos, pero no tenemos estabilidad.

–Ahora, con la crisis, ya van más de 3.000 despidos, además.

–Estamos en un momento mucho más difícil por la crisis de la publicidad, que agudiza nuestra precariedad. Contra eso hay que luchar, pero no olvidemos los asuntos pendientes a pesar del paso del tiempo. Por ejemplo, hay que seguir ganando espacio para la libertad de expresión y la práctica del buen periodismo. Este oficio tiene que practicarse manteniendo su ética. Hay un cierto déficit en cuanto a ese buen hacer, porque no influye sólo tu trabajo, sino que estás sometido a muchísimas presiones. Por eso nosotros debemos mantener nuestra independencia hoy más que nunca.

–En esa línea van los últimos comunicados de la APS, que arrojan un diagnóstico grave...

–Es que necesitamos permanentemente saber que tenemos que velar por nosotros mismos y si hay detrás una organización que lo haga, mejor. Hay que salvar las normas del buen periodismo: contrastar las noticias, la objetividad, la veracidad, el derecho a la intimidad, la investigación, conocer varios puntos de vista... Es lo básico, aunque suene a antiguo.

–¿Vamos a peor, entonces?

–Siempre hay etapas más o menos regresivas, depende del control político y económico. Hoy asistimos a un atrincheramiento muy claro de los medios y sus posturas obligan a los propios periodistas a aliarse con sus medios. Eso no mejora el ejercicio del periodismo, porque limita la independencia.

–¿Y de quién es la responsabilidad de que se pervierta el oficio en función de la audiencia?
–Fundamentalmente, de las empresas que no buscan la calidad informativa sino ganar dinero con una determinada forma de contar que llaman información.

–Pero los periodistas...

–Esos no son periodistas, no lo es quien retuerce y manipula la realidad y cuenta cosas inciertas, por el puro espectáculo. La audiencia debería exigir que se le proporcione información de calidad.

–Con tantos problemas, ¿el periodismo está muerto?

–No. Mientras haya una noticia, una historia que contar, alguien que necesite saberla y alguien que pueda contarla el periodismo no estará muerto. Ahora tiene nuevos retos, como internet y la inmediatez, que es la reina de la profesión. Tenemos el boom del directo, el debate sobre el futuro del papel. Estamos más vivos que nunca, pero hay que adaptarse.

–¿Somos gente respetable?

–El periodismo basura ha extendido la duda de si los periodistas somos todos iguales pero no, por supuesto, eso lo sabemos nosotros mismos, nuestras empresas y la sociedad. Saben distinguir un periodista serio que cuenta cosas de interés de quien busca interés económico, el morbo y despertar pasiones inútiles en la audiencia.

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