miércoles, 25 de marzo de 2009

Javier Bauluz: “Existe demanda de un periodismo de calidad humana”

CÁDIZ.- El periodista Javier Bauluz (Gijón, 1960), premio Pulitzer en 1995 con imágenes sobre la guerra de Ruanda, participó en el IV Seminario sobre los Agentes de Cooperación al Desarrollo, que se está celebrando en la Facultad de Filosofía y Letras gaditana. Durante su intervención recordó que la defensa de los Derechos Humanos es una de las tareas primordiales del periodismo, como recoge el Manifiesto Periodismo y Derechos Humanos que elaboró el pasado año junto a otros compañeros de profesión.

–¿Cómo surge la iniciativa de elaborar el Manifiesto Periodismo y Derechos Humanos?

–Llevo 12 años realizando un Encuentro Internacional de Fotoperiodismo en Gijón. En 2008 se conmemoró el 60 aniversario de los Derechos Humanos, y decidimos no seguir sólo quejándonos del periodismo actual y hacer algo. Así, el 18 de julio, los participantes en el Encuentro elaboramos ese Manifiesto que ya han firmado numerosas personas, como el vicepresidente de la Asociación Pro Derechos Humanos de España, el presidente de la Federación Colombiana de Periodistas, un periodista irakí... El texto comienza afirmando que la Declaración Universal de los Derechos Humanos debe ser el marco ético del periodismo, y todo aquel que lo rubrica se compromete a cumplir con lo escrito. Con esta iniciativa hemos comprobado que existe una demanda de un periodismo de calidad humana. Apostemos por él. La información no debe ser una mercancía que se compra y se vende, sino un servicio público al ciudadano y, por tanto, debe ser independiente. Hay que volver a los orígenes del periodismo.

–¿Qué responsabilidad tiene el ciudadano en este asunto?

–El ciudadano debe decidir si apuesta por volver a los orígenes del periodismo o si sigue consumiendo la basura diaria. Será el que diga cuándo se pone en marcha ese proyecto de periodismo de calidad humana. Se suele decir que la gente es tonta, pero no. La gente es muy lista, lo que pasa es que las alternativas que tiene son las que hay... La información es el arma y el poder más grande que pueden tener los ciudadanos para formar su opinión, actuar y votar libremente. Sin una buena información, no son libres.

–¿Qué ha supuesto el premio Pulitzer en su carrera profesional?

–Ahora soy más alto, más guapo... (ríe). No. Esencialmente me dejan hablar y me hacen entrevistas. Yo aprovecho para decir lo que pienso.

–Le concedieron esa distinción por unas imágenes de la guerra de Ruanda. ¿Son las más importantes de su trayectoria?

–No. Hay dos fotos que son las que mejor definen mi trabajo. En una, un joven palestino con un pañuelo en la cabeza apunta con un tirachinas a un helicóptero israelí. Y la otra está hecha en la playa de Tarifa, donde una pareja está sentada bajo una sombrilla a pocos metros de un inmigrante ahogado. Son dos fotos que hacen pensar mucho. No sólo te dan una información clara y precisa, sino que también, la segunda por ejemplo, es un reflejo claro de lo que ocurre en nuestra sociedad con el otro, con el inmigrante, y que varía entre la indiferencia y el rechazo.

–¿Está orgulloso de ser periodista?

–Es el mejor oficio del mundo. Te permite estar un día en una chabola miserable con una gente maravillosa y al día siguiente en un palacio presidencial con un tipo no maravilloso.

–¿Cuál ha sido la experiencia más dura de su carrera?

–Experiencia dura... muchas. Pero el periodista en guerra siempre va y vuelve. Corre el riesgo de quedarse allí, pero siempre va con un billete de vuelta. Puede salir de ese infierno.

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