sábado, 28 de marzo de 2009

Mauricio Farah: “La impunidad institucional en México hace que el periodista se autocensure”

MÉXICO.- “En México, el periodista es agredido tanto por las instituciones, como por los narcotraficantes”, denuncia en esta entrevista Mauricio Farah Gevara, quinto visitador de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), quien en este sentido incide, ante la poca efectividad de las instituciones gubernamentales, en el papel que la sociedad debe asumir para que las agresiones no queden impunes.

“No se trata de un atentado contra el periodista; sino contra todo el conjunto de la sociedad”, sentencia.

Las cifras son alarmantes. Cuarenta y seis profesionales de la información han perdido la vida entre el año 2000 y junio de 2008, estadística que hace de México “el país más letal del mundo”, después de Irak, para ejercer esta profesión. ¿Tan preocupante es la situación para que México supere incluso países como Corea, Cuba, El Congo, o Afganistán?

En efecto, el ejercicio de la profesión periodística en México es una actividad que se realiza con un elevado nivel de riesgo. En este sentido le diré que, según las últimas estadísticas, el número de agresiones, traducidas en forma de amenazas y homicidios, se ha duplicado incluso en los últimos dos años. Eso, sin contar con las denuncias que en muchos casos nunca se llegan a realizar.

Principalmente, de dónde provienen esas agresiones de las que usted habla.

En México, el periodista se ve agredido tanto por las autoridades, como por parte de una serie de grupos fácticos que se sienten amenazados ante determinadas informaciones.


Le explico. En cuanto a las autoridades se refiere, el periodista se encuentra amenazado a tres niveles diferentes: federal, estatal y municipal. En este caso, las agresiones tienen un claro reflejo en la falta de investigación y en la existencia de una impunidad institucional que provoca que los informadores se impongan así mismos una autocensura.


En cuanto a los grupos fácticos que amenazan al trabajo del periodista, éstos lo hacen principalmente cuando se trata de temas de narcotráfico, aunque también comienzan a proliferar los casos por tráfico de armas y corrupción.

¿Cuál o cuáles son las zonas más hostiles para ejercer la labor informativa en la República de México?


Hay varias. Pero, principalmente podemos reportar México DF, Oaxaca, Tamaulipas, Guerrero, y también el estado de Veracruz.


En cuanto a este último caso, hay que tener en cuenta que Veracruz es uno de los estados donde se han registrado varios homicidios de periodistas. Por ello, la Comisión Nacional de Derechos Humanos sigue muy de cerca este caso, ya que desde el año 2000 hasta el día de hoy, cinco informadores han sido asesinados realizando su trabajo en territorio veracruzano.

¿Qué tipo de medidas se están llevando a cabo para poner fin a este balance tan negativo?


Lo más importante es que la sociedad tome conciencia verdadera de la situación que estamos viviendo. Porque no se trata de un atentado únicamente contra el periodista, sino contra toda la sociedad y el conjunto de valores democráticos en general.


En este sentido, la Comisión Nacional de Derechos Humanos está llevando a cabo diversos programas para sacar a la luz esta situación. El mensaje que estamos tratando de dar es que no debemos permitir que los casos queden en la impunidad, porque ello favorecerá a esta situación de espiral de violencia contra los periodistas y contra el conjunto de los mexicanos.

¿Qué valoración hace del trabajo de la Fiscalía Especial para la Atención de los Delitos contra Periodistas desde su creación en 2006?


Sólo le preguntaré una cosa: ¿Usted conoce algún caso resuelto? Porque yo no. Es lamentable que México se encuentre en el TOP del ranking de países más peligrosos para ejercer esta profesión, y la Fiscalía no haya resuelto ni un caso desde su creación en febrero de 2006. Es realmente lamentable.

¿Podríamos, por tanto, y a tenor de los resultados cosechados, decir que esta Fiscalía es más un instrumento político de cara a la galería que una herramienta realmente efectiva y útil?

Mire, no voy a entrar en valoraciones políticas. Sólo diré que, en efecto, hay que fortalecer esta Fiscalía. Pero para ello también tiene que dar resultados.

En un sentido más general, y a modo de conclusión, ¿cómo podríamos valorar el estado en que se encuentra en la actualidad el ejercicio de la libertad de expresión en México?

En primer lugar yo me pregunto cómo se puede hablar de libertad de expresión cuando cada vez hay más periodistas que aceptan la autocensura. En realidad, opino que estamos ante un claro retroceso de la libertad de expresión en México.

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