domingo, 22 de marzo de 2009

Renzo Babilonia, periodista gráfico, acaba de escribir 'La guerra de nuestra memoria', refiriéndose a la del Pacífico

COCHABAMBA.- Al otro lado de la línea telefónica, Renzo Babilonia (37) se emociona cuando sabe que lo llaman de Bolivia. En su natal Lima, la cosmopolita capital peruana, el periodista y fotógrafo detiene sus quehaceres para hablar de algo que lo apasiona: la fotografía en el siglo XIX. Desde que presentó su libro “La guerra de nuestra memoria”, hace poco menos de dos semanas, sabe que perdió el anonimato para siempre.

Eso sí, aclara, su libro fue hecho desde un punto de vista periodístico. “No es una investigación que trata la historia o la historia militar de la Guerra del Pacífico. Soy fotógrafo, soy periodista como usted, y si yo quisiera hacer un análisis histórico sería irresponsable. Entonces, el libro es básicamente la historia de la fotografía de la Guerra del Pacífico y cómo llega hasta ahora”.

A Babilonia, por supuesto, le encanta hablar del tema, tal vez porque creció con él. De pequeño escuchaba los relatos del veterano general de división del Ejército peruano, Marco Fernández Baca, su abuelo. Pero de todas sus narraciones sobre la vida militar, la que más marcó a Renzo fue una de fines de 1930, cuando su abuelo aún era cadete y subía corriendo el Morro Solar, uno de los campos de batalla de la defensa de Lima, en 1881.

“Él me narraba cómo había sido el horror, el espanto de la muerte. Me decía que todavía era posible encontrar, casi a flor de tierra, cuerpos, antiguos uniformes o armamento. Tal había sido la violencia de la batalla, que los limeños prácticamente habían dejado el lugar, y 60 años después todavía era posible encontrar restos. Esa anécdota, más el hecho de que estudié Ciencias de la Comunicación, hizo que me interese por escribir un libro sobre fotografía de guerra”, afirma.

Así, con una envidiable rigurosidad, en 2004 empezó su maratónica tarea, que lo llevó a construir la primera crónica ilustrada que se conoce en Perú. “Son 125 fotos con toda la descripción de lo que vemos en las imágenes; es decir, armamento, ejército, uniformes, unidades y espacio geográfico.

Además, hay 100 páginas de investigación escrita, con anécdotas sobre los fotógrafos o los héroes. Por supuesto, son 225 páginas las que tiene el libro, que es de un buen tamaño; sin embargo, resulta imposible resumir toda una guerra, que duró cinco años. Hay fotos de los tres ejércitos en distintos momentos del conflicto”.

- ¿Incluido el de Bolivia?

- Sí, hay imágenes bolivianas. Por ejemplo, hubo un estudio fotográfico en Tacna, el estudio Rodrigo, en el cual se fotografiaron las tropas peruanas y bolivianas antes de la batalla de Tacna. También en obras chilenas, como el Álbum gráfico militar de Chile de la época de la Guerra del Pacífico, salen fotos de famosas unidades militares, como Los Colorados o Los Amarillos.

- ¿Qué función jugaba la fotografía en esa época?

- De alguna manera, la fotografía en el siglo XIX es como la prehistoria de la fotografía actual de prensa. En el siglo XIX, el fotógrafo no iba buscando lo que ahora conocemos como la verdad; la verdad es un invento de prensa que recién comienzan el siglo XX. En el siglo XIX, el fotógrafo de guerra documentaba el antes o el después de las batallas, ya que no podía captar el momento culminante. Ahora, el momento culminante de la fotografía de guerra recién llega con Robert Capa y la foto del miliciano republicano muerto en la Guerra Civil Española (1936-1939). En el siglo XIX, en la Guerra del Pacífico, sólo se capta el antes o el después de las batallas, de acuerdo con quien los contrate o de acuerdo con la nacionalidad del fotógrafo. Pero tiene tanto poder como un director de cine o como un general de campaña.

- ¿Quiénes eran los fotógrafos en la Guerra del Pacífico?

- El Ejército chileno trajo para documentar su campaña militar en Bolivia y en Perú, hasta la toma de Lima, a un fotógrafo llamado Eduardo Spencer. De alguna manera, Chile peleó la Guerra del Pacífico en dos frentes de batalla: el frente militar y el frente de la propaganda; esas fotografías servían para los grabados que se publicarían en los periódicos chilenos de la época, como El Nuevo Ferrocarril. Ni Perú ni Bolivia pudieron llevar un fotógrafo que hiciera un registro oficial, tal vez porque hubo premura o porque estábamos perdiendo la guerra. Pero sí hubo estudios fotográficos que siguieron trabajando, por ejemplo, durante la ocupación de Perú.

- Entonces, ¿las fotos muestran más la victoria de los chilenos?

- Hay fotos que son de registro público y de registro privado. En el caso del Ejército chileno, evidentemente las fotos son de triunfos militares. En el caso del Ejército peruano y del boliviano, que se toma en Perú, por ejemplo en Tacna, son fotos que los propios oficiales o los soldados podían pagárselas, se la toman de manera particular. Aparte de las fotos, también hay anécdotas relacionadas con los usos de las fotografías en la época.

- Por ejemplo...

- En 1879, Miguel Grau, mientras evitaba la invasión a Perú, le comentó en una de las cartas a su esposa: “Anda al estudio fotográfico de Courret (el estudio más importante de Lima y, tal vez, de Perú) y dile que me saque seis fotografías porque me las están pidiendo para nuestros amigos del Ejército boliviano”.

- ¿Cómo se representa la victoria?

- Mostrando los muertos, la tecnología (cañones, trincheras y defensas) y las ciudades destruidas del enemigo; siempre retratadas y humilladas con las banderas del triunfador en sus principales edificios públicos.

- ¿Se rescata la vida cotidiana?

- No solamente hay fotos de batallas, sino también de las salitreras en Antofagasta, de las grandes canchas de caliche, de los puertos de la época; hay fotos de Tacna y de Lima durante la ocupación. Es decir, hay fotografías de guerra, pero también de las imágenes de los lugares de las batallas.

- Usted recopiló fotografías en Chile, Perú, Argentina e incluso de Estados Unidos. ¿Y de Bolivia?

- Desafortunadamente tengo muy poca información. He querido acercarme o tener nexos con Bolivia y no he podido. Tengo algunos retratos de Los Amarillos o de Los Colorados, que se baten tan bravamente en Tacna; también conseguí cartas y retratos de distintos militares y presidentes bolivianos…

- ¿De quiénes?

- Tarjetas de visitas de Hilarión Daza, del general Camacho, de Idelfonso, de Murgía… Creo que mi gran deuda es tener más fotografías, aporte e información del lado boliviano. Para mí, sería extraordinario, en una segunda edición, complementar esta parte. Porque el interés del libro es dar a conocer un periodo de la historia que ha sido muy poco visto a través de la fotografía.

- Casi siempre son ilustraciones.

- La historia tradicional en nuestros países, eso debe venir por nuestra educación española, la conocemos más a través de textos escritos y de ilustraciones. Éste, en cambio, es un punto de vista distinto; es decir, a través de fotografías vemos los hechos de una guerra que lamentablemente perdimos en el siglo XIX. Ahora, los peruanos se asombran, porque es una experiencia visual a la cual no estaban acostumbrados.

- ¿Qué fotografías lo marcaron?

- Hay varias. Una de ellas es cuando el blindado Huáscar fue capturado en Valparaíso, después del combate de Angamos. La foto fue tomada el 20 de octubre de 1879. Para poner la leyenda precisa puse dos textos, uno fue escrito por un ciudadano boliviano, el 9 de octubre de 1879, y otro de un chileno. La del boliviano, que se apellidaba Ochoa, decía lo siguiente: “Nos acabamos de enterar de una terrible noticia, el Huáscar fue capturado esta mañana en el combate de Angamos. Estamos haciendo todo lo posible por levantar la moral de nuestras tropas. Que Dios nos asista en esta hora tan difícil”. Es un texto devastador. Uno lee esta carta y de verdad te das cuenta de lo cruel que fue la guerra.

- ¿Por eso la llamó La guerra de nuestra memoria?

- Es la guerra que siempre va a estar presente en nuestro país. Tal vez fue una derrota devastadora, que todavía nos pesa. En Perú, de alguna manera, continuamos tratando de asimilar la pérdida de 1879, por eso es la guerra de nuestra memoria... Y para Bolivia sigue siendo una lucha por ese derecho tan justo de una salida al mar.

- O sea que perdimos la guerra en dos frentes...

- Lamentablemente, sí… En ese frente (en el de la propaganda) también nos ganaron.

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