domingo, 29 de marzo de 2009

También 'The Christian Science Monitor' abandona el papel con siete premios 'Pulitzer'

BOSTON.- La prensa norteamericana se ha convertido en la propia noticia. El desgaste de la crisis entre las cabeceras de EEUU sigue haciendo mella, causando una 'baja' tras otra. Ha llegado el turno del periódico 'The Christian Science Monitor', que ha impreso su último ejemplar este fin de semana y comienza una etapa en la que basará su estrategia en la información a través de Internet.

El número de periódicos muertos o en peligro de muerte aumenta semana tras semana. Son ya 120 los diarios que han echado el cierre en EEUU desde enero de 2008 y 21.000 los periodistas despedidos en otros 67.

La última víctima ilustre, el 'Seattle Post-Intelligencer', ha dejado un vacío histórico en los quioscos. La soga amenaza ahora al 'San Francisco Chronicle', al 'Boston Globe' o al 'Atlanta Journal-Constitution', estrangulados por pérdidas de un millón de dólares semanales.

De momento, nadie se ha atrevido a hablar de un "plan de rescate" comparable al de la industria automovilística, pero crecen las voces que instan a "hacer algo".

La agonía del 'Chronicle' –que podría dejar a San Francisco como la primera gran ciudad norteamericana sin un periódico– ha disparado las alarmas en Washington. La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ha decidido tomar cartas en el asunto y ha pedido al fiscal general, Eric Holder, que relaje las leyes 'antitrust' para poder salvar a su querido periódico.

El senador demócrata Benjamin Cardin ha ido incluso más allá y ha puesto en marcha una iniciativa legislativa –la Ley de Revitalización de los Periódicos– para lanzar un balón de oxígeno a los maltrechos diarios locales, que tendrían la opción de convertirse en "organizaciones sin ánimo de lucro" y acogerse a notorias exenciones fiscales.

The Christian Science Monitor, con sede en Boston, anunció en octubre sus planes de eliminar su edición diaria en papel para convertirse en el primer diario norteamericano en centrarse en la Red.

Como tantas otras cabeceras, el 'Monitor' ha ido perdiendo lectores e ingresos publicitarios desde hace años, de forma que había descendido hasta 50.000 ejemplares en el momento en el que comunicó sus intenciones.

"Estoy seguro de que tendremos que luchar para encontrar nuestro hueco en el primer par de días", ha expuesto John Yemma, editor de la publicación. "Pero después de eso la web comenzará a verse diferente", ha asegurado Yemma, para el que "si se libera a los periodistas de la edición impresa podrán dedicar más tiempo y atención a la web".

Yemma ha reconocido que la plantilla se redujo de 97 empleados a 80 a finales del año pasado, si bien optó por mantener sus delegaciones internacionales. Este diario, que celebró su centenario el pasado mes de noviembre, no tiene intención de dar información de pago en su web tal y como hacen otras cabeceras. 'The Wall Street Journal' es un ejemplo de ello.

El 'Monitor' dice adiós al papel con siete premios Pulitzer en su haber. No es el primero que abandona su edición impresa: el 'Seattle Post-Intelligencer' lo hizo hace apenas dos semanas.

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