domingo, 26 de abril de 2009

Bolivia demandará a periodista húngaro por "encubrimiento"

LA PAZ.- El Gobierno boliviano anunció que iniciará un juicio contra el periodista húngaro Andreas Kepes, por haber ocultado durante siete meses la entrevista que hizo al presunto líder de la banda "terrorista" que planeaba atentar contra la vida del presidente Evo Morales.

En la entrevista, realizada en septiembre del 2008 y transmitida por la televisión húngara días atrás, el boliviano-croata Eduardo Rozsa Flores afirmaba que acudiría a Bolivia para apoyar un intento de secesión del departamento oriental de Santa Cruz.

"La actitud de este periodista húngaro ha sido de encubrimiento de una situación que atentó contra la seguridad de nuestro país. Por tanto, Bolivia va a tomar todas las acciones legales (...) para garantizar que este hecho no quede en la impunidad", dijo el viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, Sacha Llorenti.

El funcionario lamentó que el periodista húngaro haya guardado "un silencio cómplice" y advirtió que según las normas internacionales "quienes encubran situaciones que tienen que ver con actos de terrorismo, deben ser procesados y sancionados".

Según declaraciones del periodista, Rozsa lo contactó y le pidió que lo entrevistara pero que el encuentro quedara "en secreto, porque él iba a Bolivia y quería decirme el motivo. Porque si él después se moría, quería que quede algo concreto que pueda demostrar su motivación original".

El supuesto comando "terrorista", que según el Gobierno planeaba asesinar a Morales, fue desarticulado la semana pasada en Santa Cruz en una operación policial donde murieron Rozsa Flores, el rumano-húngaro Arpad Magyarosi y el irlandés Michael Dwyer.

Otros dos miembros del grupo, el húngaro-croata Elot Toazo y el boliviano Mario Tadic, fueron detenidos en la misma operación, descrita como "enfrentamiento" por el Gobierno y denunciada como "ejecución" por sectores de oposición en el país sudamericano.

En el operativo, además fueron confiscados rifles de francotiradores, armas de alto calibre y otros explosivos en un edificio cercano.

El caso no sólo ha enfrentado al oficialismo y a la oposición bolivianas, sino que tomó revuelo mundial e incluyó pedidos de aclaración de los gobiernos de Irlanda, Hungría y Croacia.

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