Entonces usted solito saca de adentro informaciones, con toques sutiles, imperceptibles para la gilada... Sí, gilada, esos oyentes (televidentes o lectores) que suponen muchos o casi todos los periodistas giles de cuarta... pero intentaré sacar caretas para que la gilada se entere que cada uno de ellos son la cabeza que sobresale enterrada en medio de la calle esperando que lo lapiden... las piedras las tirarán los mercenarios de la información, los idiotas útiles y hasta algunas señoras bien que pasaban por ahí atraídas por ruidos de cacerolas... porque darle al teflón inflama la vena y cualquiera se siente patriota (¡la vida por la estancia!)
A los giles como yo qué les puedo decir que ya no sepan. Nos meten gato por liebre y parece que nos sale gratis pero al diario o revista la garpamos sí o sí, la tele la compramos y la boleta de la luz la gatillamos mes a mes sin indulgencia plenaria ni sombras que se menean.
Nos garcan, pero los periodistas no la van ha pagar porque al mínimo murmullo se meten debajo de las polleras de la libertad de prensa, que como las capas de los toreros vistean a quienes pretendan siquiera sospechar de sus buenas intenciones democráticas ¿? Libertad de prensa e inquisición con fina puntería saben del paredón.
Hay periodistas acreditados y periodistas de verdad, o sea los que intentan decir la verdad. Se los identifican porque nunca dicen que son independientes o santos de la pluma y las buenas intenciones. En sus escritos aparecen noticias serias, tomadas de la realidad con rigor profesional. Los buenos periodistas no conjugan con la demagogia conque aparecen endulzado los canales de la tele, los programas de radios, todos en cadena de grupos de engrupir claro está.
Pero el periodista serio no nos llega a la obra ni al taller, o al que se quedó sin laburo, o al que en la villa ve pasar la vida soñando con un tinto que le haga escapar de su realidad. Los serios están leídos por la clase media y ésta medio media que es y no es entre La Nación, el Clarín y lo que le conviene a su egoísta aunque genuino bolsillo, pero de ética solo si les viene bien.
Se los conoce a los periodistas podridos por el olor a tinta marca Coca Cola, porque escriben que son humildes servidores del pueblo... “experimentado periodista que se autocalifica no gorila, democrático, comprensivo, tolerante, dialoguista, componedor y republicano” y señalan sin pestañear tirando la primera la segunda la del medio y la última piedra a la cabeza de turco de turno.
Manipulan acontecimientos, los achican a su mínima expresión si la orden de arriba les exige otro guión, o al revés, a un peón de campo analfabeto pueden darle micrófono para que todo la república escuche como ametralladora a repetición lo tan pero tan tan mal qué está el campo... nadie le preguntará ¿quien se lo dijo?, nadie porque de cajón que se lo dijo el mayordomo que es mayordomo porque es el más alcahuete del patrón...
Los malos periodistas no saben de piedad, son jauría que se muerde la cola por definición, pero se quieren a ellos mismos y sacan a relucir la placa como los agentes de la CIA o del FBI cada vez que necesitan ocultar el cuerpo del delito a la voz de ¡Libertad Libertad... de Prensa!... claro está porque lo de libertad a secas les queda a contramano.
Existen, coexisten alrededor nuestro los muy buenos periodistas, como Sandra Russo, que le dan a las letras un olorcillo casero, de calle nuestra de todos los días y entonces le entendemos, pero a otros serios y cultísimos, aparte de inteligentes sin duda alguna, saben a frases contundentes pero académicas, y se pierden entre el sueño de los asalariados cansados de escuchar sin entender... y hacen zapping, encuentran a TN, Gran Hermano, periodistas como Tinelli dando lecciones de anti patria, periodistas anticultura que retrogradan produciendo obras de arte por doctores de la pavada, la anti cultura, el sentirse orgullosos de ser nacional porque les hablan de fútbol, algunos chistes chispeantes y el recuerdo entremezclado como al pasar del peón de esa estancia que parece la víctima grosera de un gobierno malvado, tiránico, sin tripas para su campo abandonado, paupérrimo, lleno de malezas (humanas)... y la culpa le tendría esa yegua hija de taal por cual...
Jorgito Luis, no tienes la culpa, después de todo infamias hubieron antes de que naciéramos, antes de que los monos se transformaran en Sapiens, pero hoy para dar un ejemplo te saco a pasear entre la gilada con la intención de que algo les haga cambiar, aunque sea por viveza criolla ¿? Y te uso como escaparate de esta nota porque aseguras que cuando se insulta en la sala de periodistas acreditados en la Casa de Gobierno no se insulta a la presidenta, "se insulta a la persona, al gobernante o funcionario cuando miente descaradamente o es corrupto, o tiene denuncias de corrupción o se enriquece durante su desempeño en la función pública, o todas esas cosas juntas, que los hubo en nuestro país".
Aseguras que la corruptela y enriquecimiento rápido ha pasado ya que “hubo” es tiempo pasado, no quiere decir que pasa, que está pasando, pero sin embargo la poetisa Mori Ponsowy asegura haberles escuchado insultarla y se escandalizó. No es para menos, solo un mamarracho de educación y periodismo como el vuestro se permite esas no prohibiciones para nada non santas, porque un poco aquí y otro más allá hacen sinónimos y nuestra Presidenta al final de esas sumas no es La Señora Presidenta de nuestra Nación sino la K, o los K, para desprestigiarla injustamente más. Hace solo unos seis añitos usaban los Pingüinos, y ya a los cabecitas nos parecía joda inocente, sacada de la picaresca criolla... pero no, son bembas malignas que forman opinión masiva, más peligrosas que las armas de un ejército made in SSS Bush, que está siempre detrás de la jugada.
¿Quien les controla o espía a los informadores en sus cobros por debajo de la mesa o por derecha de sus patrones para nada despojados de tendencias ideológicas, apetitos políticos y sobre todo comerciales. Es algo parecido al robo de un peón que le roba al patrón porque él es el primero en robarles lungo, y éste ya tiene calculado lo que le van a robar y en Santas Pascuas, pero de paso si puede pillarlo lo mete preso en juicios rapidísimos, para nada lentísimos como a los que delinquen en crímenes de lesa humanidad, apoyados por periodistas como el marco más perfecto de arma destituyente, formador de falsas opiniones masivas.
A su vez los entripados siguen en la pirámide ascendiendo con personajes cada vez más de guantes blancos... los dueños de los medios masivos de desinformación rinden pleitesía a los de arriba y la corrupción corrompe para sostener la asquerosa pirámide de este sistema que nos ha llevado a tirar dos bombas atómicas sobre dos ciudades (no existen las ciudades militares), a invadir países (no existen países con armas químicas de destrucción masivas sino la gallina que cacarea, que es la que pone el huevo...), a dividir países, a infiltrase en los otros países (un día en Chile le bombardearon la casa de Gobierno, y en esa histórica Casa de la Moneda murió un presidente votado y acosado...) El Plan Cóndor es algo que no todos los ciudadanos conocen por obra de arte periodístico.
Falta apoco para que salga una ley que les frene, señor periodista acreditado, para que les involucre en la patria y su formación sana en cuerpo y espíritu. Me pregunto ¿Está prohibido espiar a los periodistas? Qué son, intocables, omnipresentes, omniscientes, omnipotentes... dioses de la verdad y la pureza¿?¿?¿?¿? Anoche soñé que los ángeles del infierno son los periodistas del eje del bien ¿se acuerdan?, ese eje que mostró a Guantánamo de casuela por una filtración...
Jorgito Luis, Jorgito Luis, en la nota de acreditado en casa de Gobierno deslizas “Me pregunto, en todo caso, en qué términos se habrán referido a Julio Cobos Néstor y Cristina Kirchner en la intimidad de Olivos cuando, en aquella madrugada, el vicepresidente volteó la resolución 125”
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