viernes, 29 de mayo de 2009

El panorama de la libertad de expresión en América Latina es cada vez más sombrío

BOGOTÁ.- Una bomba estalla en un canal de televisión, a los participantes en un foro les advierten a su llegada a un país que no pueden hablar mal del Gobierno, se suspende la presentación de un libro por insultos a su autor y un periodista es asesinado presuntamente por escribir del crimen organizado.

Todo esto ha pasado en los últimos siete días en América Latina, donde teóricamente la libertad de expresión está garantizada en la mayoría de los países.

Lo más reciente es el atentado sufrido a primeras horas de hoy por el canal ecuatoriano Teleamazonas, que se caracteriza por ser crítico con el Gobierno del izquierdista Rafael Correa.

"Teleamazonas quiere anunciar, una vez más, que por encima de acosos, ataques e incomprensiones, no variará, por ningún motivo, su decisión de seguir siendo un canal independiente del poder político, que informa, sin temor ni favor, con objetividad, pluralismo y apertura", dijo el periodista Jorge Ortiz.

Los últimos dos años en Ecuador se han caracterizado por un pulso entre Correa y la prensa local, lo mismo que ocurre en Venezuela, donde el presidente Hugo Chávez está ahora enzarzado en un enfrentamiento con Globovisión, el único medio audiovisual que no es complaciente con el Gobierno desde que no renovó la licencia a RCTV, en 2007.

Correa, al que Chávez apoya, ha anunciado que cuando se haga cargo de la presidencia "pro témpore" de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), propondrá crear un organismo que se encargue de vigilar a los medios de comunicación de la región.

El presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Enrique Santos, dijo esta semana en La Paz que esa "inquietud es realmente muy preocupante" y es una actitud "agresiva" de esos dos Gobiernos contra la prensa.

Ayer, Chávez exigió a las autoridades de diferentes poderes del Estado, incluido uno de sus ministros, el responsable del ente regulador de las telecomunicaciones, que actúen contra medios de prensa que a su juicio "envenenan" al país.

Esta declaración se suma a la situación de Globovisión, al que se le han abierto tres expedientes por el tratamiento que da a las informaciones y puede ser sancionado con el cierre durante 72 horas o la retirada de la concesión por "reincidencia".

El director de Globovisión, Guillermo Zuloaga, ha sido citado por la fiscalía de su país por un caso de presunto "almacenamiento irregular de vehículos".

Además, esta semana Venezuela ha estado en la mira de los defensores de la libertad de expresión por el trato recibido por los participantes en un foro de tendencia conservadora en Caracas.

El escritor peruano Mario Vargas Llosa y otros participantes, como Joaquín Lavín, ex alcalde de Santiago de Chile, denunciaron que a su llegada fueron advertidos por funcionarios venezolanos de que como extranjeros no pueden "hacer declaraciones políticas".

Los Gobiernos de Chile y Perú salieron en su defensa, con manifestaciones de respaldo a la libertad de expresión.

"Nos parece que es una advertencia absolutamente fuera de lugar en el siglo XXI", afirmó el ministro chileno del Interior en funciones, Patricio Rosende, sobre la denuncia de Lavín, opositor al Gobierno de la socialista Michelle Bachelet.

En Bolivia, "no cabe duda de que hay un clima de libertad de prensa", afirmó el presidente de la SIP durante su reciente visita, pero además advirtió de que el "ambiente de confrontación y polarización" que vive el país puede afectarlo.

El Gobierno del izquierdista Evo Morales mantiene un fuerte enfrentamiento con los medios de comunicación nacionales hasta el punto de que sólo convoca a los corresponsales extranjeros a sus conferencias de prensa.

Morales sostiene una querella contra el diario paceño La Prensa por una información que le vinculaba con un caso de contrabando.

La coerción a la libertad de expresión en Latinoamérica también ha tocado a la literatura.

El pasado 27 de mayo el escritor nicaragüense Sergio Ramírez canceló la presentación de su última novela en una Universidad pública de su país después de que estudiantes universitarios afines al gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) lanzaran insultos en su contra.

"Cobarde, traidor, pelele y vende patria", fueron algunos de los insultos escritos en pancartas colocadas en el lugar.

El pasado enero una delegación de la SIP señaló en ese país su "preocupación" y "alarma" por el deterioro de la libertad de prensa y expresión en el Gobierno del también izquierdista Daniel Ortega.

En Cuba, faro ideológico de Chávez, Correa, Morales y Ortega, sólo circulan medios estatales, está prohibido el acceso a medios internacionales y hay periodistas independientes encarcelados.

En Colombia, la prensa ha denunciado que es víctima de escuchas por parte de funcionarios del Gobierno del conservador Álvaro Uribe, y en Argentina que los medios reciben críticas del Gobierno y son presionados por el Fisco.

Pero, la violencia del crimen organizado es una amenaza para la libertad de expresión con consecuencias más graves.

En México, desde el año 2000 hasta la fecha han sido asesinados 49 informadores y este año ya van cinco, el último esta semana.

Eliseo Barrón, que cubría la información policial para el diario "La Opinión" de Torreón, fue secuestrado el 25 de mayo y su cadáver apareció al día siguiente.

El principal enemigo de los periodistas mexicanos son los cárteles de droga, que en muchas ocasiones aplican la ley de "plata (dinero) o plomo (bala)" para forzarles a escribir lo que ellos quieren, sobre todo en el norte del país.

Así mismo, en Honduras, desde 2006 han sido asesinados cuatro periodistas y dos fueron secuestrados. En Guatemala 68 periodistas fueron agredidos el año pasado por el crimen organizado.

No hay comentarios: