sábado, 9 de mayo de 2009

El Salvador quiere consolidar su tradición de libertad de prensa

SAN SALVADOR.- En El Salvador tenemos la buena fortuna de que siempre hubo una sana medida de respeto a los medios independientes y a los periodistas, aunque sobraron atropellos e intentos por coaccionar y censurar, los últimos a través de juicios amañados. Durante la Década Perdida los duartistas echaron mano de fondos públicos para premiar a sus apologistas y castigar a sus críticos, lo que puede hacer un ciudadano privado pero no un funcionario ni menos un gobierno.

El Día Mundial de la Libertad de Prensa se celebró, como todos los años, el domingo 3 de mayo, una fecha símbolo de la libertad de expresión y de la democracia. No puede haber democracia sin diarios y medios de difusión independientes y vigorosos, de la misma manera como es a través de ellos que se defienden los principios que sustentan a las sociedades libres; toda dictadura inicia persiguiendo periodistas y amordazando o suprimiendo publicaciones.

Es raro el país americano que castiga o encausa a periodistas por "faltar al respeto a funcionarios" o criticar a un gobierno. Venezuela y Ecuador son las excepciones más lustrosas. Reportar conductas cuestionables o dolosas es motivo, en esos países, de enjuiciamientos o persecución por turbas afectas al régimen.

El periodista es mensajero, el profesional que recoge informaciones, críticas, sentimientos generalizados, frustraciones y también alegrías, respaldos, sueños y anhelos. Los contenidos de diarios y emisoras se basan en lo que hace, piensa y dice una nación; en tal sentido los medios independientes rinden un enorme servicio a los gobiernos al contarles lo que sus funcionarios callan. Es preferible saber las cosas cuando inician, que al producirse la crisis.

El Presidente Saca fue periodista como asimismo lo fue el Presidente electo Funes. Saca siempre se pronunció por la libertad de prensa y la defendió cuantas veces hubo amenazas contra medios y periodistas. Funes, por su parte, no gozó de todas las simpatías en sus años de entrevistador, pero nadie lo amenazó, enjuició o persiguió; la gente aquí, en su mayoría, es tolerante; sabe que "si quiero seguir hablando, criticando o aplaudiendo" debe defender ese derecho para otros.

¿Por qué los pueblos necesitan periódicos y emisoras independientes del poder oficial? Al no haberlos, la población no tiene dónde recurrir para externar quejas o denunciar abusos y atropellos. Una de las facetas espantosas de las dictaduras es que no hay nadie que públicamente defienda a los individuos o las comunidades que sufren agravios. Los medios son, más que ningún individuo u organismo, la voz de la gente. Lo son porque son muchísimos los medios con las más variadas agendas y tendencias.

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