Los periodistas piden protección legal para la profesión, especialmente garantías frente al espionaje, las escuchas y los registros en ordenadores y medios de comunicación, así a su acceso y el de los ciudadanos a las fuentes de información. El propósito, exponen en la carta, es que los periodistas puedan en un futuro utilizar la carta en caso de conflictos con el Gobierno o instituciones estatales, así como apelar a ella para ayudar y proteger a sus colegas.
Firman el documento países como Bielorrusia (en el puesto 154 del ranking que Reporteros sin Fronteras realiza sobre libertad de prensa en 173 países del mundo), Rusia (141), Albania (79) o Serbia (64). Gobiernos, algunos, donde la prensa es continuamente controlada por jefes de Estado e instituciones estatales.
El manifiesto se divide en 10 puntos que tratan de establecer las bases en que debe asentarse este principio democrático. El primero es, precisamente, que la prensa sea considerada herramienta esencial para la democracia, que los Gobiernos deben respetar en todas sus formas y cometidos. El documento apela también a la prohibición de la censura, y que se garantice que no existan persecución, represión o regulación gubernamentales.
Los periodistas piden también libertad para realizar sus informaciones sin restricciones, amenazas o castigos. Libertad para ellos y protección paran las fuentes informativas, indispensables para el trabajo periodístico.
El documento establece, por ello, que han de ser los Estados los que se aseguren de que los medios disfrutan de la protección del sistema judicial y de las autoridades en el desempeño de su actividad y de que cualquier ataque sea investigado y debidamente castigado.
El documento pide también que no se amenace a los medios con sanciones económicas y que las empresas privadas respeten su independencia, así como la separación clara entre información y publicidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario