domingo, 3 de mayo de 2009

Poco que celebrar en Zimbabue en el Día de la Libertad de Prensa

SALÍSBURY.- Maltratados, amenazados y mal pagados, los periodistas en Zimbabue tienen poco que celebrar en el Día Mundial de la Libertad de Prensa, que se celebra hoy, pese a la formación hace menos de tres meses de un Gobierno de unidad nacional que hacía suponer que su situación mejoraría.

En la década transcurrida desde que se formó el opositor Movimiento para el Cambio Democrático (MDC), el periodo en que se ha ido gestando la enorme crisis política y económica que estalló en Zimbabue en 2008, los corresponsales extranjeros prácticamente han desaparecido del país y más de una decena han sido expulsados.

De los periodistas nacionales, docenas han sido detenidos bajo la Ley de Acceso a la Información y Protección de la Intimidad, promovida en 2003 por el ministro de Información, Jonathan Moyo, colaborador cercano del presidente, Robert Mugabe.

Tras los conflictos de 2008, desatados por los comicios generales, en febrero de 2009 se formó un Gobierno de unidad nacional entre el MDC y la Unión Nacional Africana-Frente Patriótico (ZANU-PF), de Mugabe, y parecía que los días de peligro para los periodistas habían acabado, pero no fue así.

Como ejemplo de que siguen los problemas está, entre otros, el foto-periodista independiente Andrisson Manyere, que mañana pasará el Día de la Libertad de Prensa detenido e ingresado en un clínica de Harare.

A Manyere se lo llevaron de su casa de la ciudad de Norton, al oeste de Harare, sin cargos previos, un grupo de agentes de la seguridad del Estado en diciembre pasado, y estuvo incomunicado durante semanas hasta que lo presentaron ante un tribunal y le acusaron de poner bombas en dos comisarías de Policía.

El reportero ha negado los cargos y ha asegurado que fue torturado durante su detención y que los malos tratos le han dejado secuelas y un fuerte decaimiento psicológico, según dijo su abogado, Alec Muchadehama.

"Necesita tratamiento psicológico, pues sufrió mucho y quedó traumatizado durante la detención", recalcó Muchadehama.

Esta misma semana, Manyere ha sido presentado como candidato al Premio Percy Qoboza Award, que concede la Asociación Nacional de Periodistas Negros de EEUU, en reconocimiento a su valor, pero su experiencia es una advertencia a los periodistas independientes de Zimbabue del peligro que corren.

Las amenazas contra los periodistas independientes se renovaron esta misma semana, cuando Mugabe nombró a uno de sus leales, Webster Shamu, como ministro de Información, despreciando el acuerdo de Gobierno de unidad que concedía esta cartera al MDC, lo que ha provocado nuevas tensiones en el gabinete.

Shamu dijo, tras ser nombrado, que la información ofrecida por el diario "Zimbabwe Independent" sobre una sesión "tormentosa" del gabinete de gobierno era "un delito punible", con lo que dejó clara su actitud ante los medios.

La situación está en un punto tal que el independiente Proyecto para el Seguimiento de los Medios de Comunicación de Zimbabue (MMPZ) ha afirmado que la ZANU-PF tiene "paranoia respecto a los medios libres".

Mientras el régimen de Mugabe ha premiado por su lealtad, con el regalo de fincas requisadas a granjeros blancos, a periodistas de medios oficiales, como el corresponsal de la TV estatal Reuben Barwe o al reportero Emilia Zindi, los demás, dice el MMPZ, "tienen poco que celebrar en el Día Mundial de la Libertad de Prensa".

La noticia de que Moyo, que como ministro de Información promovió la persecución a los informadores de Zimbabue, está entre los invitados a una conferencia de propietarios de medios, "da pocos motivos para pensar que los malos tiempos para los periodistas han acabado", dijo el grupo de seguimiento informativo.

Los periodistas, como todo el país, se enfrentan además con otro problema: la dolarización de la economía, que les ha reducido a la pobreza, con ingresos inferiores, en la mayoría de los casos, a la mitad del mínimo necesario para mantener una familia.

"La mayoría de los periodistas de los medios públicos y privados reciben sueldos de alrededor de 200 dólares al mes", dijo el director de un periódico, que pidió que no se le identificara y que recordó que la Oficina Central de Estadísticas considera que el mínimo para mantener a una familia son 451 dólares mensuales.

"Está claro. La gente no está contenta ni esperanzada", dijo el director del diario.

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