Nos han repetido hasta el cansancio que las mejores muestras de displicencia en el tema periodístico se dan como fruto de la mediocridad personal, que ese llamado cuarto poder no es más que la demostración de debilidades inocultables en gente que se hizo "periodista" llevado por circunstancias y de la noche a la mañana que la soberbia y petulancia son las primeras muestras en "periodistas" practicantes del chantaje y la compulsión por el cobro cotidiano ante su hambre inocultable de logros metalizados y la mermelada continua.
Soberbia y petulancia es demostrar falsas modestias ante el acontecer y entorno ciudadano, es jurarse incorruptibles cuando bajo la mesa se dejan antecedentes de cien atrocidades y vómitos a la ética periodística es creerse "superiores" por un título universitario en periodismo cuando realmente se es insignificante a la hora de responder por los conocimientos periodísticos, cuando en la "cancha" se demuestra ser mediocres, timoratos y hasta ignorantes por la falta de lectura y constante preparación en temas de la universidad de la calle, otras especialidades universitarias y la experiencia que al final suelen ser madre de toda ciencia cuando se confunde lanzar resentimientos sociales y viejas frustraciones inocultables con la razón de ser del verdadero papel periodístico.
Ya lo decía Gabriel García Márquez "el periodismo verdadero se lleva en la sangre y es la pasión que se manchó al entrar en academicismo puro, es la razón de multiplicar soberbia y petulancia en débiles mentales que se hacen periodistas como se hacen las rosquillas de mi tierra"soberbia y petulancia en gente mediocre, en quienes creen que frunciendo el ceño y preguntando con cierto aire malcriado y de falsa posición de seguridad, son los mejores periodistas. En quienes aún no terminan de entender que la mejoría en el rol periodístico no está ligada a lo descortés o esa vieja pose de altivez y arrogancia propias de la ignorancia atrevida.
Acaso un periodista valiente y osado tras la búsqueda de la verdad tiene que demostrar rostros adustos y malhumorados para lograr cierta aceptación de la opinión pública?...acaso es necesario ponerse en el papel de jueces y sanguinarios inquisidores para ser "buenos periodistas"?...acaso el insulto, agravio y ultraje a los demás es muestra de un buen periodismo?... acaso los periodistas son jueces y tienen la obligación de maltratar a quienes se sientan frente a ellos para demostrar que son "valientes" e incorruptibles?...cuidado con caer en viejas poses sesenteras y setenteras donde un periodista tenía que ofender y levantar la voz a sus interrogados para dar una imagen de falso positivismo periodísticocuidado con seguir confundiendo vulgaridad y procacidad con seguridad y temple al momento de enfrentarse ante el verdadero rol periodístico.
Soberbia y petulancia es demostrar falsas modestias ante el acontecer y entorno ciudadano, es jurarse incorruptibles cuando bajo la mesa se dejan antecedentes de cien atrocidades y vómitos a la ética periodística es creerse "superiores" por un título universitario en periodismo cuando realmente se es insignificante a la hora de responder por los conocimientos periodísticos, cuando en la "cancha" se demuestra ser mediocres, timoratos y hasta ignorantes por la falta de lectura y constante preparación en temas de la universidad de la calle, otras especialidades universitarias y la experiencia que al final suelen ser madre de toda ciencia cuando se confunde lanzar resentimientos sociales y viejas frustraciones inocultables con la razón de ser del verdadero papel periodístico.
Ya lo decía Gabriel García Márquez "el periodismo verdadero se lleva en la sangre y es la pasión que se manchó al entrar en academicismo puro, es la razón de multiplicar soberbia y petulancia en débiles mentales que se hacen periodistas como se hacen las rosquillas de mi tierra"soberbia y petulancia en gente mediocre, en quienes creen que frunciendo el ceño y preguntando con cierto aire malcriado y de falsa posición de seguridad, son los mejores periodistas. En quienes aún no terminan de entender que la mejoría en el rol periodístico no está ligada a lo descortés o esa vieja pose de altivez y arrogancia propias de la ignorancia atrevida.
Acaso un periodista valiente y osado tras la búsqueda de la verdad tiene que demostrar rostros adustos y malhumorados para lograr cierta aceptación de la opinión pública?...acaso es necesario ponerse en el papel de jueces y sanguinarios inquisidores para ser "buenos periodistas"?...acaso el insulto, agravio y ultraje a los demás es muestra de un buen periodismo?... acaso los periodistas son jueces y tienen la obligación de maltratar a quienes se sientan frente a ellos para demostrar que son "valientes" e incorruptibles?...cuidado con caer en viejas poses sesenteras y setenteras donde un periodista tenía que ofender y levantar la voz a sus interrogados para dar una imagen de falso positivismo periodísticocuidado con seguir confundiendo vulgaridad y procacidad con seguridad y temple al momento de enfrentarse ante el verdadero rol periodístico.
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