En esta sexta edición, el taller otorgó una beca con valor de 10.000 dólares a los mejores trabajos, además de ofrecer a los periodistas seminarios y conferencias de científicos reconocidos en todo el mundo, con la finalidad de conocer los avances en este rubro, así como aprender la mejor manera de difundir al público temas relacionados con la salud, el cosmos, el medio ambiente y otros temas científicos.
“La ciencia ya no sólo es materia para los laboratorios, ahora es también para el periodismo. Es importante que la prensa tenga la capacidad de explicar a los lectores lo que está sucediendo en el mundo y se puedan tomar buenas decisiones para enfrentar los problemas del medio ambiente”, señaló Jeffrey Davidow, ex embajador de Estados Unidos en México y actual presidente del IOA, durante la inauguración de las actividades del taller fundado por el licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz, Presidente Ejecutivo y del Consejo de Administración de 'El Universal', en honor a su padre.
Intercambio de conocimientos
Durante los primeros días de actividades, los periodistas de diversas latitudes de América Latina han intercambiado ideas y conocido lo que hacen algunos científicos de la Universidad de California en San Diego, sitio que alberga al IOA.
Los asistentes coincidieron en que en América Latina, el público poco a poco ha ido cambiando su idea que tenía acerca de la ciencia, de algo aburrido o para expertos a ser un tema que atañe a su vida diaria, sobre todo, cuando se habla de pandemias (como en el caso de la influenza), desastres naturales o de contaminación ambiental.
Una de las conferencias que llamó la atención de los periodistas estuvo a cargo de Fay Crevo-shay, directora de Comunicaciones Costasalvaje, organización sin fines de lucro que protege ecosistemas de las costas de Baja California Norte y Sur.
“Expusimos el problema de las tortugas marinas en México mediante difusión en canales de televisión y diarios, ya que simplemente en época de cuaresma morían entre ocho y nueve mil tortugas, porque la gente pensaba que era pescado, y es un reptil”, refirió Crevoshay.
Los ganadores de la beca fueron llevados al Estuario del Río Tijuana, Baja California, una reserva natural que está justo en la línea que divide a México de Estados Unidos.
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