El subtítulo de la convocatoria quizá aclare un poco lo del drama: "Narración e información en la cultura del espectáculo".
Es decir, los profesionales de la información, del periodismo en general y de la comunicación social en sentido amplio, estamos preocupados no solo por la crisis económica, que también nos afecta personalmente, sino principalmente porque la espectacularización impuesta en el campo de la comunicación social está invadiendo peligrosamente una zona, la de la información y el periodismo en todos sus géneros, haciendo que se confunda el rumor con la noticia, que se menosprecie la verdad de los hechos en aras de resultados de audiencia, que no se respete la libertad del público y se le suministre información que no es tal, sino propaganda política.
La contaminación es muy grave y profesionales, profesores y alumnos de la Comunicación social en general y del Periodismo en particular, tratan de delimitar campos y llamar a las cosas por su nombre.
Parece llegado el momento, por ejemplo, de que quienes han estudiado en serio estas materias -licenciados, doctores-, ejercen la profesión en el campo de la comunicación y tienen clara su obligación de seguir delimitando información, opinión, propaganda, publicidad, relaciones públicas, etc., lleguen a la constitución de auténticos colegios profesionales de titulados que se comprometan a ajustar su conducta a códigos de conducta elaborados por la propia profesión -autocontrol- como ocurre con abogados, médicos, etc.
(*) Catedrático emérito de Periodismo
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