miércoles, 8 de julio de 2009

Falleció en Nueva York, José Sobrino, periodista hispano-cubano y ex portavoz en la ONU

NUEVA YORK.- José Sobrino Dieguez, periodista, diplomático y escritor hispano-cubano radicado en Nueva York quien trabajó para la Associated Press y fue portavoz de la Asamblea General de la ONU, falleció el pasado viernes, según informaron allegados el martes. Tenía 79 años. Sobrino falleció de un cáncer, según dijeron sus familiares.

Nació en Madrid en 1930 y se mudó a La Habana en 1942. Pasó al exilio en Venezuela en 1960, y a Estados Unidos en 1962, radicándose en Manhattan.

Trabajó para la Associated Press de 1964 hasta 1975 y como Jefe de Buró de la agencia EFE en Nueva York y en Naciones Unidas hasta 1984. Luego durante cinco años desempeñó el cargo de Director de Información de las Naciones Unidas.

Ejerció después como portavoz del Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el embajador español Jaime de Piniés. Al retirarse de la vida activa residía alternativamente en la ciudad de Nueva York y en Madrid.

Sobrino cursó Derecho en la Universidad de La Habana, y colaboró en la Revista Cubana de Filosofía. Graduado de la Escuela de Periodismo, en Cuba actuó como periodista en distintos medios de prensa de esa capital tales como Bohemia, Prensa Libre, CMQ y Telemundo.

Casado en Cuba en 1957 con Angela Reineke, pasó al exilio en Venezuela en 1960, y a Estados Unidos en 1962, instalándose en Nueva York. Colaboró en la radio y en publicaciones periódicas del exilio cubano como Avance y Bohemia.

Con motivo de su primer libro, 4 cuentos-poemas existenciales (La Habana 1952), el poeta español Vicente Aleixandre lo felicitó efusivamente por «esos relatos fantásticos, en un clima de poesía, que se resuelven en alucinaciones».

Pero el total de su obra libresca es muy reducida, publicada toda con menos de 25 años, en forma de ficciones y poesías autobiográficas y en vena filosófica existencialista. Su alter ego es Julián Dirques, de quien dice en el «Prólogo del recopilador» de Va todo (1955).

Sin embargo, en cumplimiento de sus posteriores funciones como diplomático e informador institucional asociado a la ONU, Sobrino Diéguez ha indicado que escribió «millones de palabras que tenían muy poco que ver con la filosofía o la literatura».

Le sobreviven su esposa Angela, sus hijos José Antonio y Juan Carlos, sus nueras Sabine y Andrea, su nieta Flora Isabel, y su hermana Olga Sobrino.

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