lunes, 6 de julio de 2009

José Luis Balbín: "Los periodistas no mandamos nada, la profesión está en absoluta decadencia"

POZUELO DE ALARCÓN.- Cuando te sientas delante de él comprendes por qué algunos, seguro que amigos, le llaman oso asturiano. No habrá apelativo más acertado y cariñoso para un periodista de raza en peligro de extinción al que se le echa de menos. Mucho. Ahora anda volcado en la preparación de sendos libros en los que algunos descubrirán y otros rememorarán las claves del mejor periodismo que se ha hecho en la historia de la televisión española con "La Clave".

Esta es la entrevista concedida al 'Diario de Pozuelo", lugar donde reside cerca de Madrid.

Cómo prefiere que le presenten como, periodista, comunicador...?

Lo de comunicador me parece una pedantería y lo de periodista siempre me ha gustado. Uno de los grandes problemas de la profesión en estos años es que la gente al final no quiere ser periodista. Quiere ser escritor, político... Yo soy periodista.

Creo que mientras Pozuelo duerme, usted se dedica a otros menesteres. ¿Qué le quita el sueño?

Para ponerme a prueba estoy preparando dos cosas: una, las claves de "La Clave" y otra, un libro sobre televisión. Por "La Clave" han pasado mil y pico personas que van desde Olof Palme a un hijo de Zapata, desde Adolfo Suárez al Jefe de Gabinete de Kennedy. La verdad es que yo más que haber cobrado por hacer "La Clave" tenía que haber pagado porque aprendí un montón de cosas.

También pasaron cantidad de personajes que hoy están en la política. Cualquiera que esté ahora en política que no sea muy joven pasó por "La Clave". Incluso alguien me contó que algunos ponían en su currículo que habían asistido a "La Clave" (sonríe). Lo cierto es que todos ellos cuando han llegado al poder se han preocupado de que no hubiera "La Clave". En privado son muy amigos pero luego en la práctica los unos y los otros lo quitaron. Por tanto, comprenderás la opinión que yo tengo en general de algunos políticos. Dicho eso también he de decir que hay personajes extraordinarios.

Alguien ha escrito que de Balbín se acuerdan hasta los que no habían nacido cuando usted dirigía y presentaba "La Clave".

Sí. Eso me ocurre todos los días. Salgo a la calle y me viene mucha gente a decirme "¿y por qué no hace usted 'La Clave'?" y yo digo pregúntaselo a los que tienen el poder de ponerlo (sonríe de nuevo). Dicho sea de paso, yo no tengo ningún interés en hacer "La Clave" porque creo que hoy no se podría hacer. Todo tiene su motivación. "La Clave" siempre querían que se hiciera los que estaban en la oposición, porque era cuando más oportunidades tenían de salir en pantalla, y cuando llegaban al poder no querían que salieran los otros. Ahora los unos y los otros tienen a su disposición diferentes televisiones.

Automáticamente le identificamos con "La Clave" pero no hay que olvidar que usted ha sido corresponsal para Pueblo, el periódico en el que se han curtido los más destacados periodistas de este país.

Además mi vocación es curiosamente el periodismo escrito. Yo hice prácticas en La Nueva España, me llamó Emilio Romero e hice editoriales para Pueblo, después pasé a ser corresponsal de la Europa comunista y en la Europa central y del norte, más tarde a la radio y la televisión de delegado en París, después a Viena. Seguidamente hice comentarios de internacional y enviado especial a cuestiones internacionales y después ya hice "La Clave" para ser después Director de Informativos y Director Adjunto de TVE. Y todo ello con amplios interregnos de dejarme al margen de todo. Todos son muy amigos cuando estás pero cuando no estás procuran que no estés. No me quejo demasiado, pero yo creo que ahora hay una exagerada proporción de la clase política corrompida y una ciudadanía conforme. España era un país que tenía la tradición de ser muy indómita pero no es verdad; no lo ha sido nunca.

Ahora se supone que debería haber más libertad...

Cuando salió a la luz "La Clave", acababa de morir Franco y yo creo que todos los partidos querían llevarse bien con los de enfrente. Era la época cómoda de la democracia. Después han ido eliminando a los de las siglas pequeñas. Se han puesto de acuerdo PSOE y PP, a la propia UCD la eliminaron por completo y ahora se están repartiendo el poder entre ellos, llevándose muy mal, pero ya quisiéramos que se lo repartieran aún mejor porque creo que una de las maneras de que esto fuera de verdad una democracia, que yo creo que no lo es, es que hubiera una gran coalición para ponerse de acuerdo sobre la Constitución o la Ley Electoral, que es una gran trampa.

Si escuchas una tertulia eres de derechas si es otra, de izquierdas. ¿Existe la independencia?

Eso es lo más triste de todo. A mí me llaman a menudo para ciertos programas, pero no voy casi nunca porque se han convertido en unos..., ellos les llaman tertulias y yo fandangos, en los que se insultan unos a otros y además previamente te preguntan si estás a favor o en contra del tema que se va a debatir. ¡Es una cosa de locura! A mí no se me ha ocurrido en mi vida ese tipo de actitudes. Por eso cuando dicen que es el tipo de televisión que gusta ahora será porque es la que quieren los que programan, porque los periodistas no mandamos nada. El periodismo está en absoluta decadencia en ese sentido y lo que a mí más me duele es que los propios periodistas colaboren. Si fuéramos una nutrida representación resistente a esa imposición de los temas tendríamos más fuerza.

Sinceramente ¿qué cree que es lo que más le preocupa a los españoles?

Creo que les preocupa la crisis pero hay una gran incoherencia entre lo que de verdad preocupa y las actitudes con las que uno responde. Por ejemplo, yo he ido votando a diferentes partidos, no porque yo cambie de chaqueta, sino porque a veces los partidos cambian de chaqueta; el programa del partido de hoy no es el de mañana.

Yo recuerdo que el primer cargo ejecutivo que tuve fue como Director de Informativos en TVE con Felipe González y el primer enfrentamiento que tuve con él fue porque hicieron la campaña de OTAN NO y yo hice un programa sobre el referéndum. Yo estaba en contra pero eso me era secundario. No es normal que todo un personaje haga un programa electoral y gane y al día siguiente haga lo contrario, engañando a los fieles que le han votado. Por eso la clase política tiene hoy la fama que tiene.

¿Por qué hemos llegado a este punto?

Yo creo que tenemos una sociedad bastante acomodaticia. Ya no hay grandes principios más que para algunas terquedades de los que quieren volver a la Guerra Civil.

¿Le han ofrecido hacer algún programa?

Sí, alguna cosa, pero no me era muy convincente.

Sigue esperando...

Mientras pueda.

La televisión de antes no es como la de ahora.

Creen que ahora hay que ser gracioso todo el tiempo. Yo soy proclive al humor. Era íntimo y forofo de Tip y Coll y de Charly Rivel. Ahora consideran que tiene gracia la escatología repetitiva. ¿Y eso es gracioso? Yo creo que la gente no es así. No hay que escandalizarse, pero a todas horas más de lo mismo...

Como vecino de Pozuelo, ¿se siente satisfecho con la gestión que se realiza desde el Ayuntamiento?

En primer lugar yo vivo bastante aislado; sin mucha vida pública y poca vida periodística. Mis amigos son de lo más variados. Pozuelo me parece un sitio estupendo, eso está claro. El pueblo me parece que está mal señalizado pero eso se corresponde con toda España, que está siempre en obras mal señalizadas. Pero reconozco que soy un vecino privilegiado.

Por último, ¿tiene usted la clave para ser feliz?

Curiosamente me hace mucha gracia que en "La Clave" daba una imagen de periodismo serio pero en el teatro natural yo creo que soy más bien divertido hasta el punto de que alguno me ha dicho que por qué no hago un programa de humor para que la gente vea que se puede hacer otra cosa. Quizá lo que me perjudica y me beneficia a la vez es la falta de ambición, aunque tengo toda la profesional que necesito, pero no me gustaría tanto como para sacrificar mucho de la vida. Me gusta vivir bien, pero no siempre en el proscenio.

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