sábado, 22 de agosto de 2009

La estadounidense IBN entra en Prisa con al menos el 4,5% del capital

MADRID.- La estadounidense In-store Broadcasting Nework (IBN) comprará, al menos, el 4,5% de Prisa, una operación que se enmarca en el acuerdo alcanzado entre ambas firmas para desarrollar el negocio de distribución de medios de comunicación en tiendas, almacenes y supermercados de España y Latinoamérica.

Las acciones a comprar forman parte de la autocartera de Prisa y la transacción se hará a valor de mercado, por tramos y sin descuento, informó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la compañía española, cuyas acciones se han disparado en bolsa con revalorizaciones del 9 por ciento.

Según la misma fuente, Talos Parners, filial financiera de IBN, comprará una participación mínima del 4,5 por ciento del grupo de comunicación como "primer paso para participar en otras emisiones de que Prisa realice en el futuro".

Según un comunicado de Prisa, su empresa "aportará la experiencia y los contenidos de las áreas de música, producción audiovisual y de su red de distribución comercial", mientras que IBN, con más de 150 millones de usuarios, contribuirá con "su tecnología de medios patentada".

Ambas compañías han acordado además "un compromiso irrevocable de compraventa de un millón de opciones sobre acciones (warrants), lo que equivale al 0,45 por ciento del capital social de Prisa, a un precio de 6 euros por acción".

El Grupo PRISA desembarca así en la distribución de contenidos audiovisuales en comercios, almacenes y supermercados tras constituir la sociedad Prisa IBN International para desarrollar esta nueva área de negocio.

Juan Luis Cebrián, consejero-delegado de PRISA, reveló en la Cadena SER desde Nueva York que está en Estados Unidos “explorando nuevas vías de negocio”.

Parte de la solución, no desdeñable, es echarse en brazos del millonario mexicano Carlos Slim, el protector de Felipe González, dueño ya de parte de The New York Times.

No se descarta, según 'Periodista Digital', que a finales de agosto, pasados los calores veraniegos, Zapatero y Cebrián lleguen a un acuerdo, que pasa obligadamente por una ayuda oficial en la lidia con los numerosos acreedores que atosigan financieramente al grupo de Polanco.

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