miércoles, 21 de octubre de 2009

¿Deben los medios controlar lo que sus periodistas hacen en las redes sociales?

CARTAGENA DE INDIAS.- Periódicos como The New York Times, The Washington Post, The Wall Street Journal, Folha y la agencia de noticias AP, han decidido controlar los perfiles personales de sus empleados en redes sociales como Facebook o Twitter. La Fundación Nuevo Periodismo (FNPI) anima a participar en el foro que ha abierto en su Nodo Digital, el centro de conocimiento sobre periodismo digital de la FNPI.

Varios medios de comunicación han comenzado a prestarle atención a la delgada línea que existe entre la vida privada y la vida profesional a raíz del auge de las redes sociales.

Periódicos como The New York Times, The Washington Post, The Wall Street Journal, Folha y la agencia de noticias AP, han decidido controlar los perfiles personales de sus empleados en redes sociales como Facebook o Twitter. Esta medida es un ejemplo más de los terrenos movedizos en los que hoy se mueve el periodismo.

Algunas de la directrices del Washington Post, publicadas por Paid Content (en inglés), afirman entre otras cosas:

Al utilizar redes sociales como Facebook, LinkedIn, Myspace o Twitter para reportajes, debemos proteger nuestra integridad profesional. Los periodistas del Washington Post deben identificarse como tales. Debemos ser precisos en nuestros reportajes y transparentes con respecto a nuestras intenciones al participar; concisos y claros al describir quienes somos y qué información buscamos.

Nada de lo que hacemos puede poner en duda nuestra imparcialidad. Nunca se deben abandonar las pautas que rigen la separación entre noticia y opinión, la importancia de los hechos y la objetividad, el uso apropiado del tono y lenguaje y otras características de nuestra marca periodística.

Todos los periodistas del Post deben renunciar a algunas de las ventajas de las que gozan ciudadanos privados. Deben reconocer que cualquier contenido asociado con ellos en una red social online es el equivalente a su firma en nuestro diario o sitio web.

Se debe presumir que cada acción en las redes sociales está disponible públicamente para cualquiera, incluso si se ha creado una cuenta privada. La realidad es simple: si no quieres que algo se encuentre en internet, mejor no ponerlo ahí.

Deben abstenerse de escribir, twittear, o subir cualquier cosa incluyendo videos o fotografías- que pueda ser percibida como sesgo político, racial, sexista, religioso o cualquier otro tipo de parcialidad o favoritismo. Esta misma precaución debe ser usada al unirse o seguir a cualquier persona u organización online, es decir, no deben unirse a redes sociales relacionadas con apoyos o defensas, ni a intereses especiales relacionados con temas que cubren, a menos de que sea permitido por un supervisor para fines de reportería. Tampoco deben aceptar de, ni otorgar a sitios con causas políticas placas, detalles, ni cualquier tipo de regalos virtuales.

Es apropiado que los periodistas del Post monitoreen la información publicada en sus perfiles personales por aquellos con quien están asociados. Las páginas personales no son lugar para la discusión de asuntos internos de la redacción como manejo de fuentes, reportajes, información que se publica o no, cuestiones del personal o situaciones profesionales adversas en referencia a nuestros colegas. Lo mismo se aplica para opiniones o información con referencia a actividades de negocio del Washington Post Co. Tales sitios tampoco deben ser usados para criticar a los competidores o a aquellos involucrados con nuestro periodismo y nuestros periodistas.

Se puede decir que los instructivos de Associated Press, Folha, New York Times, y Wall Street Journal siguen las mismas líneas, con algunas pequeñas diferencias. Por ejemplo, algunas normas del WSJ hablan acerca de no convocar a amigos o familiares para apoyar o defender el trabajo del reportero, no hablar acerca del proceso de producción y edición de artículos y separar placer y negocios en las redes.

Seguramente para algunos periodistas estos instructivos llegan enhorabuena debido a las dudas que muchos pudieran tener con respecto a su comportamiento en estos espacios.

Sin embargo, para otros, estas medidas pueden significar una limitación a su interacción en la red y una reducción del espíritu libre y desarrollo de la personalidad que caracteriza a las redes sociales.

El analista de The Guardian, Jeff Jarvis, opina en un texto titulado Missing the point que con esas directrices se pierde la oportunidad de hacer reportería colaborativa. Por supuesto que los periodistas deben hablar sobre sus cubrimientos Los nativos digitales como los denomina Rupert Murdoch, propietario del WSJ- entienden esto. Twitter, Facebook los blogs, etcétera, permiten a reporteros y periodistas librarse de la voz institucional del medio una voz que cada vez produce menos confianza- y humanizarse. Desde luego que deben mezclar placer y negocios.

Por su parte, José Roberto de Toledo, coordinador de la Asociación Brasileña de Periodismo Investigativo afirma: La posibilidad de publicar con rapidez ha creado una situación inédita y un posible conflicto de intereses entre el periodista y el medio para el cual trabaja. Ambos compiten, de cierto modo, por la atención del público y por ser el primero en informar.

Sin duda, la fuerza que toman cada día las redes sociales que se usan de forma indistinta para hacer reportería y para asuntos personales, encienden un debate sobre las posibilidades y los riesgos que conllevan.

Por eso, FNPI invita a participar en este foro Nodo Digital y a aportar opiniones acerca de:

¿qué tan conveniente es que los medios regulen la actividad de sus periodistas en las redes sociales?

¿se está violando algún derecho al enviar estas recomendaciones?

¿qué ventajas y desventajas traen estos instructivos para el ejercicio del periodismo?

¿ha tenido algún tipo de problema al publicar cualquier tipo de contenido en una red social online?

Uno a uno, los grandes medios de Estados Unidos están tomando la decisión de elaborar una guía para sus periodistas sobre cómo comportarse en las redes sociales. Al controvertido caso del Washington Post, que ha sido el último y el más estricto hasta ahora en cuanto a sus recomendaciones, se le suma NPR. La prestigiosa radio pública estadounidense ha pedido a su plantilla, en un tono mucho más realista, que utilice las plataformas digitales "como una forma de conectar con la audiencia" pero sin hacer "nada que dañe a su credibilidad ni a la de NPR".

La cadena ha empezado por dejar en claro que las redes sociales se han convertido para ella en una vía para servir a sus oyentes más allá de las ondas y demostrar su interactividad y transparencia. Y que cuando "se usan bien" (habla de "respetar sus normas" e "identificarse siempre que se actúe como periodista") son además una poderosa herramienta para el trabajo periodístico, pues pueden "acelerar la labor de investigación e incrementar las fuentes".

NPR explica que se ha visto motivada a elaborar esta guía debido a que internet ha barrido con la línea entre vida privada y pública, ya que lo que se publica en forma privada en sitios como Facebook, un blog o Twitter puede terminar circulando a mayor escala y en todos los casos "representa" al periodista y a su empresa tanto como un reportaje de audio o para NPR.org.

Entre otras recomendaciones, la cadena estadounidense solicita a sus periodistas que utilicen las regulaciones de privacidad que ofrecen las redes sociales y se comporten al igual que lo harían en público para evitar malentendidos y problemas.

En cuanto a la propiedad intelectual, les recuerda que las reglas offline también se deben aplicar al online, y que no pueden, tal como han advertido ya otros medios a sus empleados, publicar el contenido íntegro de su trabajo para NPR sino sólo un resumen o extracto con enlace a la fuente original.

Además insiste en mantener la práctica de contrastar la información y consultar a varias fuentes también cuando se trata de datos conseguidos a través de la Red.

NPR no evita el asunto que más preocupa a los medios: las vinculaciones políticas o religiosas. La radio incluye en su nueva normativa la recomendación de no participar de grupos en Facebook u otras plataformas que se relacionen con partidos u organizaciones que puedan resultar controvertidas. A los fines investigativos, con observarlos es suficiente, asegura.

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