domingo, 31 de enero de 2010

Del papel al iPad

MADRID.- Los contenidos tradicionales tiemblan: el futuro es multimedia. Dicen que fueron once horas de reunión. Muchas. Once horas en las que se habló del nuevo mundo. Los editores norteamericanos y los representantes de Apple Inc. se sentaron a una mesa en una jornada de trabajo con horas extra antes de que Steve Jobs apareciera con la chistera y su nuevo conejo.

Apple les habló de su «tableta», un navegador de internet y reproductor total de contenidos (vídeos, libros, revistas, música, vídeojuegos...), y les presentó la eBooks Store, una tienda tipo iTunes para los libros que competirá con la de Amazon.

El miércoles, Steve Jobs le dio las gracias a Jeff Bezos por su labor de pionero, y anunció que ya había llegado a acuerdos —seguramente en aquella reunión de las once horas, según la versión del Wall Street Journal— con Penguin, Harper Collins, Simon & Schuster, Macmillan y Hachette Book Group.

Unos días atrás hubo otra reunión premonitoria. Ian McEwan, el maravilloso escritor de «Amsterdam», consiguió un contrato con Amazon por el que doblaba sus ingresos por derechos de autor en las obras publicadas digitalmente.

En realidad, los escritores británicos —entre ellos, McEwan, Martin Amis o Antony Beevor— quieren ir más allá, y conseguir el 75 por ciento de los beneficios de los «ebooks». La pinza está en marcha: Amazon y Kindle, Apple y su iPad, los escritores y su sueño de que el papel de los intermediarios decaiga y, por tanto, aumente su parte.

Algunos expertos creen que en diez años, la mitad del mercado editorial se distribuirá en dispositivos digitales, aunque los plazos en tecnología casi siempre se acortan. El nuevo ingenio de Apple parece más enfocado al entretenimiento multimedia que a los libros, a juicio de 'Abc'.

La pantalla del dispositivo es como la de un iPhone: no utiliza la tinta digital de otros «e-readers», que proporciona una experiencia de lectura muy similar a la del papel. Steve Jobs ha preferido los colores, la navegación, el gadget total —aunque, atención, no tiene ni cámara ni puerto USB ni tecnología «flash», necesaria para muchos vídeos—, en lugar de centrarse en la lectura, quizá porque piensa que los hábitos van a cambiar y que su público ya se ha acostumbrado a leer en el iPhone o en el iTouch.

«La teoría de que leer en pantalla cansa está en revisión —explica Javier Celaya, de dosdoce.com—. Además, los e-readers como el de Amazon van dirigidos a un público ya lector; el iPad, en cambio, va a un sector más amplio».

«Lo verdaderamente importante —añade Celaya— no es sólo que se acelere el consumo de “ebooks”, sino que a partir del iPad se crearán nuevos productos cien por cien digitales. Hasta ahora, la mayoría de los libros a los que accedemos son literatura digitalizada o libros de textos en PDF enriquecidos, pero con la llegada de estos nuevos dispositivos multimedia, en los que se integran textos, vídeos, música, etc., los editores del siglo XXI podrán comercializar libros y contenidos educativos con un enfoque cien por cien digital».

Steve Jobs saltó a escena con el mundo a sus pies. Sus fans se refieren a él como iGod. En Twitter, una red social de mensajes cortos, seis de las diez palabras más tecleadas en el mundo tenían que ver con Apple. En la sala, había mucho papel: Walter Isaacson, antiguo director de Time, o Ken Auletta, columnista de The New Yorker.

Y luego, sobre el escenario, Martin Nisenholtz, experto en desarrollo digital del New York Times, que parece dispuesto desde hace tiempo a ponerse al frente de la manifestación digital. La aplicación del periódico para el iPhone ya va por los tres millones de descargas, y sus expectativas en el iPad son mayores: «Creemos que hemos capturado la esencia de la lectura del periódico».

El precio y las aplicaciones son otras dos variables interesantes. El primero, por debajo de los rumores, impulsará a la baja los modelos de la competencia, con menos prestaciones. En cuanto a las aplicaciones, el iPhone ya tiene 140.000, con tres mil millones de descargas. Ese mercado se asentará y crecerá en el fascinante iPad.

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