jueves, 24 de junio de 2010

Así se gestó el artículo que ha acabado con la carrera del general McChrystal

WASHINGTON.- La cúpula militar estadounidense ha sufrido esta semana el mayor revés de sus últimos tiempos. ¿El culpable? Un artículo que se ha publicado en la revista 'Rolling Stones', en el que el general encargado de las tropas norteamericanas en Afganistán, Stanley McChrystal, criticaba al Gobierno de su país, entre otras cosas.

'The Guardian' ha localizado al periodista, 'culpable' del maremoto político, Michael Hastings, en Afganistán, precisamente dónde están las tropas que el general destituido por Obama solía mandar.

El periodista norteamericano asegura que muchos soldados piensan que el texto fue "genial". A ellos les ha gustado particularmente las informaciones donde se relataban sus quejas sobre las restrictivas reglas de actuación que impuso McChrystal, diseñadas para evitar víctimas civiles pero que pone a los soldados en un gran peligro.

"La respuesta de las tropas fue bastante positiva por lo infelices que se encontraban con la estrategia de McChrystal y las limitaciones en el uso de la fuerza. Algunos ya me han dicho que están encantados de que se haya marchado", ha aclarado el periodista.

Hasting voló de vuelta a Kabul en un avión militar el miércoles por la noche, a tiempo para ver cómo Barack Obama hacía público el anuncio del relevo de su comandante, en el césped de la Casa Blanca.

En la penumbra del avión, Hastings observó a soldados sentados junto a él, leyendo su artículo, sin ser conscientes de que el 'culpable' de todo era su compañero de viaje.

Se ha dicho que Hastings consiguió su gran historia de chiripa, gracias a la erupción del volcán Eyjafjallajökull en Islandia, que dejó atrapados a McChrystal y a su equipo en París. Fue allí donde el periodista consiguió la mayor parte de su material, incluyendo las razones del enfado de McChrystal.

Pero Hastings aclara que estar atrapados por el volcán fue sólo una parte, y que la mayoría de las cosas noticiosas pasaron en las primeras 24 horas que estuvieron junto al 'Team America', cuando los colegas más próximos al general se comportaron tal y como son.

Aun así, el periodista reconoce que Paris fue una ventaja frente a otros periodistas que compartieron su tiempo con McChrystal ya en Afganistán porque en el aeropuerto, el 'Team America' estaba más relajado y fueron más indiscretos de lo normal.

Además, advierte de que el acceso especial que consiguieron los periodistas con McChrystal en Afganistan también les llevó a no informar tan completa y libremente como podrían haberlo hecho.

"Ellos iban en esos viajes con McChrystal y consiguieron ver todo como algo divertido, compartiendo las bebidas de los kits. Ellos creen que McChrystal es genial y están encantados con eso; yo prefiero estar en una habitación hablando sobre material clasificado".

Para mucha gente, fue un 'shock' leer que McChrystal y su equipo en París estaban "totalmente pedos". El general tiene una (quizá exagerada) reputación de vivir como un monje ascético, comiendo sólo una vez al día y prohibiendo el alcohol en los cuarteles de Kabul", aclara.

Sin embargo, Hastings insiste en que la gente no debería estar soprendida de las payasadas en Paris, particularmente durante el aniversario de bodas de McChrystal. "Eran como un puñado de tipos de las fuerzas de seguridad, que es lo que hacían. La gente dice que no puede creerse que estuvieran bebiendo pero ¿quién no cree que hay que estar lo suficientemente loco para estar luchando en estas guerras insanas durante nueve años?"

Aunque él supo que era un buen reportaje, le ha sorprendido mucho las consecuencias de su reportaje. "Yo pensé que era imposible que lo despidieran. Nunca creía que Obama actuaría así. Honestamente, supuse que el reportaje daría tres días de dolores de cabeza y quizá, en el mejor de los casos, rodaría un poco y seguiría adelante, que es lo que ha ocurrido con otros asuntos", continúa.

Hastings está en Kabul, pero no quiere decir por cuánto tiempo: "Voy a discutir las condiciones del viaje. Estoy paranoico, pasé tiempo en Irak y las peores cosas ocurrieron aquí". Un poco después, pregunta: "¿Vas a usar este paranoico comentario?". 'The Guardian' contesta que sólo si le da permiso. 'Supongo que sí, ¡qué coño!"

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