martes, 8 de junio de 2010

Crucial paso para saber si la dueña de Clarín adoptó a hijos de desaparecidos

BUENOS AIRES.- La causa para determinar si la dueña del poderoso grupo de prensa argentino Clarín adoptó a dos hijos de desaparecidos durante la dictadura, dio el lunes un paso crucial, con el inicio de pruebas genéticas en medio de una sorda disputa entre el grupo y el Gobierno.

El patrón genético de Marcela y Felipe, los jóvenes adoptados por Ernestina de Noble, será cotejado en el Banco Nacional de Datos Genéticos, que alberga el mayor archivo de muestras de familiares de desaparecidos, tal como solicitó Abuelas de Plaza de Mayo, entidad querellante y fundadora del Banco en 1977.

La entidad humanitaria considera que ambos jóvenes, adoptados en 1976 por Noble, son en realidad hijos de desaparecidos nacidos durante el cautiverio de sus madres en el régimen militar (1976-83).

Abuelas de Plaza de Mayo ha restituido la identidad a un centenar de hijos de opositores que fueron apropiados durante la dictadura, sobre un total de 500 casos estimados.

El inicio de las pruebas, cuyos resultados pueden demorarse varios días, representa un paso crucial en la causa, que lleva casi una década y que se enmarca en un sorda batalla entre el grupo Clarín y el gobierno de Cristina Kirchner, que en varias ocasiones pidió a la justicia acelerar las causas.

Mientras Clarín ha profundizado sus críticas al gobierno, el Ejecutivo ha promovido una ley de Medios Audiovisuales que ataca el corazón del grupo, al limitar la propiedad de los medios de prensa y quitarle el jugoso negocio de la retransmisión por televisión del fútbol, ahora en manos del Estado.

A finales de mayo pasado, la justicia allanó la casa de los jóvenes Noble para obtener elementos de donde se pudiera extraer su patrón genético, después de que ambos se negaran a someterse a una prueba de sangre para determinar su verdadera filiación.

Una ley, promovida por el gobierno y aprobada en noviembre pasado, permite que ante una sospecha de que alguien pueda ser hijo de desaparecidos, la justicia exija la obtención de muestras de ADN para comprobarlo, incluso contra la voluntad de la persona involucrada.

La titular de Abuelas, Estela de Carlotto, atribuyó el largo proceso de la causa a "cierta connivencia (de la justica) con la gente de poder económico o mediático".

De comprobarse que los jóvenes son hijos de desaparecidos, la propietaria del mayor conglomerado de prensa de Argentina deberá dar explicaciones ante la justicia sobre las circunstancias que rodearon la adopción, que ya había sido objetada en 2002.

Por entonces, un juez federal llegó incluso a ordenar la detención de Noble, pero fue luego liberada por falta de mérito a la espera del resultado de las pruebas genéticas que se ponen en marcha ahora, ocho años después.

El caso de los jóvenes Noble no es el primero en el que media una negativa a conocer su verdadera filiación. El más emblemático fue el de Evelyn Vázquez Ferrá, nacida en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde funcionó la mayor cárcel clandestina durante el régimen militar, quien llevó su caso hasta la Corte Suprema porque rechazaba hacerse pruebas para proteger al matrimonio que la había criado.

El tribunal sostuvo entonces que el Estado no podía disponer la extracción de sangre compulsiva, pero en agosto 2009 y ante casos similares, admitió la toma de ADN desprendido del cuerpo, en cabellos, ropas íntimas o cepillos de dientes, hasta que en noviembre se aprobó la ley con el mismo criterio.

"Si Marcela y Felipe Noble Herrera son apropiados o no se va a saber", remarcó el lunes Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo.

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