martes, 1 de junio de 2010

Manuel Vicent dice que el periodista que dedica tiempo a elegir una palabra "se torna en escritor"

LOGROÑO.- El escritor Manuel Vicent ha defendido hoy en San Millán de la Cogolla el trabajo de los periodistas, de los que ha dicho que cuando demoran diez segundos su trabajo para elegir una u otra palabra "se convierten en escritores".

El escritor castellonense ha pronunciado hoy la conferencia inaugural del seminario "Los periodistas, maestros del español", que ha inaugurado la Princesa de Asturias.

Vicent ha subrayado que la necesidad de estar informado se ha convertido para las personas "en uno de los derechos humanos más perentorios y, a la vez, más vulnerados".

A pesar de la utilización en España del periodismo "para la refriega política", en los periódicos se han publicado relatos de autores reconocidos como Larra o Josep Pla.

"Si el siglo XVII no se puede entender sin Shakespeare o Calderón, el XVIII sin los enciclopedistas, el XIX sin Dickens o Galdós, quienes en el futuro sientan curiosidad sobre por qué moríamos y matábamos hoy, deberán acudir a las hemerotecas, donde una realidad se habrá convertido en pura ficción", ha dicho.

Y en el origen del periodismo moderno, "allí donde se concentraban las hazañas y las miserias del alma humana, desde los puertos a las mazmorras o las encrucijadas de caminos", ya se creaban palabras nuevas, "un lenguaje vivo que se adaptaba a los hechos insólitos".

Vicent ha considerado que "hablar castellano es una determinada forma de respirar" y escribir en castellano "una forma de desangrarse".

Y aunque hoy "germina una realidad virtual en la forma de comunicar" ésta "seguirá sometida a la estructura del verbo" siempre y cuando "no se rindan escritores y periodistas".

"El periodismo es un género pegado a los hechos que siempre se hallará pegado a los hechos" y los periodistas "son quienes miran la realidad para extraer el fondo y describirlo con palabras nuevas y distintas, pero nunca alejadas del genio de la lengua", ha dicho.

Y cuando el nuevo mundo virtual "penetre" en la conciencia del lector "no van a desaparecer los testigos" y "la necesidad de estar informado seguirá siendo un derecho fundamental", sea analógico o no.

El autor de "La balada de Caín" (Premio Nadal en 1987) ha considerado que "no hay palabra vulgar si nace del genio del idioma" y ha insistido en que "gran parte de la literatura contemporánea" se ha escrito en medios de comunicación.

Posteriormente, el periodista y académico colombiano Daniel Samper ha aludido hoy al uso del lenguaje en los medios de comunicación y señalado que si en ellos "Belén Esteban ha asumido el papel de Azorín, hemos perdido algo".

Samper ha moderado hoy la primera mesa redonda del seminario internacional de lengua y periodismo "Los periodistas maestros del español", en la que han participado profesionales de la comunicación de España, Argentina y Chile.

Ha aludido a los medios digitales "que cambian la responsabilidad del periodista en el uso del lenguaje" lo mismo que "la presencia en televisión de personajes anónimos y que los periodistas deleguen su magisterio en sus propios invitados".

Por ello "el español que oímos ahora es el de una vecina o un preso", dos de las personas anónimas que pueden aparecer en los medios "y también el de los publicistas, que son los mayores enemigos de la lengua".

Por todos estos problemas y por "el periodismo convergente" -que una persona realice el trabajo en varios soportes- los profesionales de la comunicación "estamos a punto de decir que esta responsabilidad nos la cargamos nosotros".

El periodista Isaías Lafuente, de la Cadena Ser, ha repasado los "pecados capitales" de los periodistas en el uso del lenguaje, entre los que "el principal es la ignorancia", ha dicho.

Entre esos pecados ha citado la "falta de controles de calidad" el "repetir errores de aquellos a los que admiramos" y "devorar signos de puntuación o artículos" (decir Moncloa en vez de La Moncloa) y "si nosotros dejamos de utilizar esas cosas, quienes se miran en nosotros, también las dejarán de usar".

Ha aludido a la "avaricia" periodística de "acumular palabras par pensar que somos más cultos" con expresiones como "planes de futuro, y los planes no pueden ser de pasado, o decir que alguien es favorito a priori" También la "lujuria" de "coquetear con términos importados desplazando palabras que tenemos" y la "soberbia" de pensar que "somos maestros de la palabra".

Por último se ha referido a "pereza" de "asumir el lenguaje fabricado para maquillar la realidad" con expresiones como "daños colaterales en una guerra o copago sanitario, como si el Gobierno por si solo pagara algo".

Otro periodista, y ex-profesor universitario, José Javier Muñoz, ha defendido que "a los periodistas en ejercicio no hay que cargarles el muerto del mal uso del lenguaje" porque "hoy la comunicación es un negocio y el periodismo también, un método de grandes empresas para obtener dinero".

En ese contexto "se mezcla opinión e información" y "es imposible distinguir qué opina el periodista, el político o el dueño de una cadena de televisión" Y a esos empresarios "no es que les interese desinformar, pero no les importa" y "es más fácil manipular si no hay elementos de juicio".

Además, del lenguaje "también la culpa es de la pésima educación" porque hoy, los nuevos periodistas "saben más códigos tecnológicos, pero tienen menos medios para descifrar códigos de información".

Por último, el periodista chileno Sergio Campos, de Radio Cooperativa, se ha referido al nivel de las facultades de periodismo, que en su país es superior en las públicas que en las privadas, paralelo al nivel de exigencia para ingresar en ellas.

Los periodistas, ha dicho, "forman parte de la educación informal, no competimos con las universidades" y, además, "nuestro medios ofrecen una complementariedad en esa educación, permiten que salgan en antena o que se lean por internet a personas anónimas con sus propias maneras de hablar".

Y así "los periodistas somos maestros del lenguaje y alumnos a la vez", ha concluido.

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