domingo, 5 de junio de 2011

Erdogan arremete contra 'The Economist' por pedir el voto para la oposición

ESTAMBUL.- "Una falta de respeto" y "un paso desafortunado". Así calificó el primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, el editorial del prestigioso semanario británico 'The Economist' que pedía a los turcos que votaran al partido socialdemócrata, el CHP, en las elecciones parlamentarias del 12 de junio. 

Su ministro de Estado, Egemen Bagis, fue más lejos: "Basura", "Encargada desde unos círculos dentro de Turquía". Incluso el habitualmente cauteloso titular de Exteriores, Ahmet Davutoglu lo tildó de "contrario a la ética periodística".
El texto, titulado 'Uno para la oposición', admite que el AKP, el partido islámico-conservador de Erdogan, ganará los comicios con casi total seguridad y subraya los muchos méritos de esta formación, en el poder desde 2002: una economía saneada, la democratización del país... Pero considera que precisamente este éxito ha acentuado las formas autócratas de Erdogan y cree que sería "malo para Turquía" si el AKP consiguiera dos tercios de los escaños, lo que le permitiría reformar la Constitución sin contar con los demás partidos. Una reforma es necesaria, añade la revista, pero consensuada.
No se trata del 'bulo' de que el AKP islamizaría el país en la línea de Irán, asegura 'The Economist'. "No preocupa la religión sino la democracia": hay más periodistas en la cárcel en Turquía que en China, añade, y "un número preocupante de críticos y enemigos de Erdogan" están encarcelados bajo "exageradas acusaciones de conspiración"
"Votar al "renovador" Kemal Kilicdaroglu, aspirante socialdemócrata, le bajaría los humos al primer ministro, frenaría sus sueños de convertir Turquía en una república presidencialista bajo su propia batuta y mantendría un Parlamento más equilibrado.
De momento, el artículo puede haberle hecho más daño que bien precisamente al CHP: "Pensábamos que Kilicdaroglu era un proyecto de las mafias turcas, pero resulta que es un proyecto de las mafias globales", tronó Erdogan, jugando de nuevo con la antigua ideología de que 'los turcos no tienen amigos'.
Incluso Davutoglu, quien más ha hecho para cambiar esta visión y mejorar las relaciones internacionales, calificó el editorial de algo "nunca visto", que "no se podría hacer con ningún otro país". 
Lo que hace sospechar que no es lector asiduo del semanario británico, ya que éste tiene por costumbre posicionarse abiertamente ante las elecciones de cualquier país que observa, ya sea Estados Unidos o o el propio Reino Unido, en línea con la tradición norteamericana.
También Erdogan erró el tiro al erigirse en defensor de la neutralidad periodística. "Lo habríamos denunciado también si hubiera pedido el voto para el AKP", aseguró Erdogan. La hemeroteca lo desmiente. Tres días antes de las elecciones de 2007, el subtítulo de un reportaje de 'The Economist' rezaba: "El mejor resultado sería la reelección de Recep Tayyip Erdogan". No consta que el aludido se quejara, recuerda 'El Mundo', de Madrid.

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