martes, 7 de junio de 2011

El CPJ divulga decenas de casos de violencia sexual contra los periodistas

NUEVA YORK.- El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) presentó hoy un informe en el que denuncia varias decenas de casos de violencia sexual contra hombres y mujeres periodistas.

La organización defensora de los derechos de los periodistas indicó hoy que en los últimos cuatro meses entrevistó a más de 40 periodistas que afirman que sufrieron violencia sexual en distintos grados: desde violación por múltiples atacantes hasta requisas agresivas, ya sea en represalia por su trabajo o durante el ejercicio de su labor informativa.
El CPJ destacó también que el ataque sexual contra Lara Logan, corresponsal de la cadena estadounidense CBS, en El Cairo en febrero pasado, "ha situado el problema en el centro de la escena. Y ha llevado a periodistas de todo el mundo a hablar sobre cifras antes desconocidas".
La organización agregó que los últimos meses ha tenido conocimiento de violencia de ese tipo contra 27 periodistas locales, desde editores de alto rango hasta reporteros que trabajan en Oriente Medio, el sur de Asia, África o América.
"Cinco indicaron haber sido brutalmente ultrajados, mientras que los restantes indicaron varios niveles de ataques sexuales, hostigamiento psíquico agresivo y amenazas de violencia sexual", según el documento, que añade que experiencias similares fueron denunciadas también por 25 corresponsales internacionales.
Según los datos de la organización, con sede en Nueva York, "dos de ellos denunciaron haber sido víctimas de violaciones, otros cinco describieron serios ataques sexuales -desde manoseo físico violento hasta penetración con las manos- y otros 22 afirmaron haber sido manoseados en múltiples ocasiones".
Asimismo, menciona que muchos de los ataques documentados ocurrieron los últimos cincos años, aunque un número menor se remontan incluso a las dos décadas pasadas.
Entre los casos que relata el CPJ está el de la periodista colombiana Jineth Bedoya, quien tardó nueve años en hablar públicamente sobre la brutal violación de la que fue víctima mientras informaba sobre grupos paramilitares de extrema derecha en mayo de 2000 en su país.
"Durante el ejercicio de su labor informativa para el diario El Espectador de Bogotá, Bedoya fue secuestrada, atada, vendada y luego trasladada a una propiedad en la ciudad de Villavicencio, en el centro del país, donde fue salvajemente golpeada y violada por múltiples atacantes", denuncia el Comité.
También indicó que muchos de los entrevistados dijeron que no revelaron previamente sus experiencias, más allá de conversar con amigos o familiares, y que optaron por mantener los ataques en reserva dada la existencia de profundos estigmas culturales y la falta de confianza en que las autoridades actúen tras la denuncia.
"Muchos se mostraron renuentes a denunciar el ataque ante sus editores por temor a ser percibidos como personas vulnerables y verse de ese modo inhabilitados para trabajos posteriores", agrega el documento, que señala que ello explica por qué existe escasa documentación sobre agresiones sexuales contra periodistas.
"Si queremos garantizar la seguridad y efectividad de los periodistas, hacer lo posible para que puedan cumplir con su labor de forma segura y efectiva, sólo podremos hacerlo confrontando con honestidad los riesgos presentes", afirmó Bruce Shapiro, director ejecutivo del Centro Dart sobre Periodismo y Trauma, que ofrece ayuda y orientación ante casos traumáticos.
El Comité indicó que periodistas del sexo masculino también han sido blanco de ataques, especialmente en situaciones de cautiverio o detención, y expuso el caso de Umar Cheema, reportero de política del mayor periódico de Pakistán en lengua inglesa, The News, quien afirmó que fue secuestrado, torturado y atacado sexualmente en Islamabad en septiembre de 2010.
Para corresponsales internacionales del sexo femenino, "el riesgo viene no solo de extraños en las calles, sino también de hombres que cuidan su lugar de alojamiento, conducen sus vehículos o les ayudan a pautar entrevistas", dijo el Comité.
En concreto citó el caso de una periodista que habló con la condición del anonimato para denunciar que un asistente local la había acosado y atacado sexualmente, y otra afirmó que "duerme generalmente con un cuchillo debajo de su almohada mientras está en las oficinas del medio en el extranjero por miedo a que un guardia aproveche la oportunidad".

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