miércoles, 15 de junio de 2011

Los dibujantes españoles muestran su lado más solidario en "TBO4JAPAN"

MADRID.- El terremoto acaecido en Japón el pasado 11 de marzo no ha dejado indiferente a los dibujantes españoles, muchos de los cuales (156, para ser exactos) han cedido sus ilustraciones para el libro "TBO4JAPAN", una obra cuyos beneficios irán destinados a la Cruz Roja del país nipón.

"Quería hacer algo para ayudar a los japoneses. El dibujante Kenny Ruiz es muy amigo mío, y le propuse que hiciéramos una serie de historias cortas con los autores de la línea Gaijin de Glénat; luego incluimos a los dibujantes de la escuela de Dibbuks y, al final, contacté con todos los autores que conozco", explica Carlos Liane.
"Decidimos que, en lugar de las historietas, lo mejor era hacer unos dibujos. Utilicé las redes sociales para dar a conocer la propuesta y, en cuestión de muy pocos días, pasamos de invitar a la gente a que fueran ellos quienes nos contactaran para participar", recuerda el promotor de la iniciativa.
El elenco de autores incluye nombres como Alfonso Azpiri, Carla Berrocal, Pepo Pérez, Jordi Bayarri, Javier Olivares, Belén Ortega, Bea Tormo, José Luis Ágreda o Ken Niimura, cuyas obras fueron expuestas en el Salón de Cómic de Barcelona y, posteriormente, sacadas a subasta a través del portal www.ebay.es.
"Para entonces teníamos unos noventa dibujos, y caí en la cuenta de que con todo ese material se podía hacer un catálogo. Hasta ahora hemos recaudado algo más de 5.000 euros, a los que se podrían añadir otros 14.000 en caso de que se agote la tirada del libro (2.000 ejemplares)", advierte Lianes.
El coordinador de "TBO4JAPAN" (Dibbuks) no ahorra elogios para los autores participantes, que donaron sus originales de forma desinteresada. "No me esperaba algo así. A muchos dibujantes no los conocía de nada, pero se han mostrado muy concienciados y eso es de agradecer, porque el único objetivo de todo esto es ayudar a Japón".
Figura imprescindible del cómic nacional, Alfonso Azpiri cedió un dibujo de su monstruo Mot. "La idea era hacer algo muy sencillo, que transmitiera la misma tranquilidad que esta gente ha mostrado después de la desgracia. Eso es lo que quería reflejar en mi dibujo: un homenaje al pueblo japonés", afirma el artista madrileño.
Obligada por "la responsabilidad social del autor", Carla Berrocal rindió tributo a dos personajes indispensables en la historia del manga: Astroboy (de Osamu Tezuka) y Kitaro (de Shigeru Mizuki). "Si podemos ayudar a alguien con nuestro trabajo, es casi una obligación moral que lo hagamos", asevera.
Alegría y tristeza se dan la mano en la ilustración de Javier Olivares, que avisa sobre las consecuencias posteriores de la catástrofe nipona: "No podemos hablar en pasado, porque las secuelas van a durar mucho tiempo. Japón tiene una relación muy larga con la desgracia. Ahora les ocurre esto y no puedes evitar pensar en la mala suerte que tienen".
Con el afán de aportar su "granito de arena", Bea Tormo envía un emotivo mensaje de esperanza al pueblo japonés: "Nos ha sorprendido, fascinado e inspirado en multitud de ocasiones; seguirá haciéndolo y por eso le dedicamos este libro, lleno de imágenes de todo lo que significa Japón para nosotros. Espero que sea de ayuda", anhela.
En términos parecidos se expresa Jordi Bayarri, que en su dibujo intenta huir de "imágenes catastróficas" para plasmar "una escena más optimista".
"El chaval que corre lleva una bolsa llena de sueños y se dirige hacia un Japón futuro, simbolizado por la chica que le espera al fondo", expone el autor.
A partir de su inconfundible estilo gráfico, José Luis Ágreda también apostó por parámetros luminosos. "No quería incidir en la parte desgraciada de la tragedia, sino buscar un prisma positivo: por eso dibujé a este señor que reconstruye una pecera... Era una cuestión de dar ánimos, no de recordar el dolor", analiza.

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