viernes, 21 de octubre de 2011

¿Cuando saldrá de la cárcel el periodista más célebre de Marruecos? / Ignacio Cembrero *

¿Saben que el director del primer diario de marruecos (Al Massae) está en la cárcel desde hace seis meses? Rachid Niny, de 41 años, se pudre en su celda del penal de Oukacha (Casablanca) sin provocar el ruido mediático que otros casos similares, como en 2003 el de Ali Lmrabet, director de “Demain”, o, en 2009, de Driss Chahtane, director de “Al Michaal”. Gracias a la movilización de la prensa y de la sociedad civil ambos salieron de prisión antes de cumplir toda su condena.

Parte de la opinión pública española e incluso responsables políticos se esforzaron, en 2003, de lograr la liberación de Ali Lmrabet. Los franceses también se movieron aunque con algo menos de firmeza. Lmrabet habla español y su pareja, con la que tiene dos hijos, es española. Rachid Niny también habla español, vivió tres años en la comunidad de Valencia, ha escrito un libro sobre esa etapa como inmigrante clandestino (Diario de un ilegal), su mujer es española y su hija está matriculada en el colegio español de Rabat. Además lee EL PAÍS, el diario en el que trabajo. Pero casi nadie ha movido un dedo en España ni en Europa para sacarle de su celda.

   Tras su estancia en España Niny volvió a Marruecos y, en 2006, fundó « Al Massae » (La Tarde) que se convirtió en poco tiempo en el primer diario de Marruecos con unas ventas de 113.000 ejemplares. Al principio su periódico era una bocanada de aire fresco en el tedio panorama de la prensa marroquí. La tribuna que su director escribía a diario en la contraportada era el artículo más leído de la prensa marroquí.

   El motivo del silencio que rodea su encarcelamiento es fácil de comprender: Niny tiene muchos enemigos y los tiene también entre los periodistas, marroquíes o extranjeros, que ahora le podrían apoyar. Se los ha buscado a pulso. Aprovechó durante años su tribuna de última página para criticar con virulencia e incluso difamar a diestro y siniestro. Azuzó, por ejemplo, en noviembre de 2008 a los islamistas de Alcazarquivir hasta que agredieron físicamente a los homosexuales que participaron en una falsa boda gay. Se inspiraban probablemente, para su fiesta, del matrimonio homosexual que acababa de ser legalizado en España.

   He sido blanco en varias ocasiones de las diatribas insensatas de Niny. En la primavera de 2009 me acusó en su tribuna, entre otras muchas cosas, de trabajar para el servicio secreto español (CNI) y rehusó publicar la carta que respuesta que quería enviarle. Peor aún, un día vi reproducido en primera página de “Al Massae” uno de mis correos electrónicos en el que hablaba de él a una colega española. ¿Cómo logró violar mi correspondencia?

   Sus ataques son aún para mí incomprensibles. Poco antes de que los lanzara almorzamos mano a mano en Casablanca y me habló de su pasión, la literatura árabe, de su estancia en España y de sus proyectos editoriales.

   A principios de la primavera, cuando los jóvenes del Movimiento 20 de Febrero manifestaban en las calles de las principales ciudades marroquíes, Niny la emprendió varios días seguidos con la Dirección de Supervisión del Territorio (DST), la policía política, y su jefe Abdelatif Hammouchi al que llamó « moul keraa », el « violador de la botella ». Le reprochó sus métodos brutales en la lucha contra los islamistas y de paso arremetió contra la ley antiterrorista de 2003 que, según él, permite esas exacciones. Franqueó así las famosas « líneas rojas » informativas que la prensa marroquí no debe cruzar.

   Detenido el 28 de abril pasado, Niny fue primero acusado de « atentar contra la seguridad del Estado y de sus ciudadanos ». Fue finalmente condenado el 9 de junio a un año de cárcel y a mil dírhams de multa (88 euros) « por desacreditar las decisiones de la justicia, tratar de influenciar a la justicia y publicar informaciones sobre hechos no comprobados”. Su condena es « un grave ataque contra la libertad de expresión », denunció Amnistía Internacional en un comunicado.

   Niny fue juzgado en virtud del código penal y no del código de la prensa marroquí lo que constituye una anomalía. Por este y otros motivos sus abogados recurrieron la sentencia. El tribunal de apelación de Casablanca examinó el recurso el martes pasado –el mismo día en que Niny traspasó provisionalmente la dirección de su periódico a Abdallah Damoune- y este dará a conocer el lunes su sentencia.

   Niny no debería permanecer ni un solo día más en prisión. Si aún sigue ahí es porque posee demasiados enemigos entre aquellos que le podrían apoyar. Si hubiese suscitado el mismo impulso solidario que logró Ali Lmrabet hace ya tiempo que aquellos que forzaron su condena en abril habrían pedido a los jueces que la revisasen o le habrían conseguido una gracia real.

(*) Periodista

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