domingo, 20 de mayo de 2012

Periodistas afirman que algunos jueces peruanos actúan contra ellos basados en prejuicios

LIMA.- "Lo que he visto en mi caso y otros es que la tendencia a condenar periodistas se da en jueces de primera instancia, lo que luego se corrige en segunda instancia o la Corte Suprema de Perú", señala José Alejandro Godoy, abogado y conocido bloguero.

"En primera instancia –dice el bloguero– se trata de magistrados que no valoran bien las pruebas ni fundamentan adecuadamente sus decisiones".
Godoy también ha observado una marcada animadversión a un periodista determinado o a la prensa en general. Tampoco hay que descartar algún acto de corrupción, no probado hasta ahora, o presiones de particulares o gente influyente. Otro aspecto que resalta es que estos jueces son sensibles a la reacción de la prensa, pero en sentido negativo.
"Al ver que la prensa en general reclama debido proceso, reacciona diciendo '¡ustedes no me van a decir lo que tengo que hacer!'", describe Godoy, quien espera nueva sentencia en la demanda de Jorge Mufarech.
En esa línea, afirma que la situación se revierte en las Salas Superiores o la Corte Suprema, donde hay jueces más preparados y con mayor cautela sobre su carrera y prestigio, y no están interesados en mandar mensajes a la prensa.
Este análisis coincide con la descripción que el periodista Roberto More realiza sobre el proceso que enfrenta, junto al director de Diario 16, Juan Carlos Tafur, en el 12º Juzgado Penal de Lima, con el juez José Rolando Chávez Hernández.
"El juez no dio oportunidad de defendernos, y cuando nuestro abogado reclamó en la audiencia del 23 de marzo, le contestaron: ¡Qué quieren, que les lea toda la sentencia o solo la parte resolutiva! (las penas), mientras dos policías se ponían a nuestro lado", recuerda.
La audiencia se frustró por un error en la notificación y los volvieron a citar para el 17 de abril y 8 de mayo, que se suspendieron por la huelga judicial. "Supongo que nos volverán a citar a fin de mes", refiere.
El juez Chávez también admitió otra querella de Ketín Vidal Herrera, esta vez contra Carlos Paredes, director del noticiero 90 Segundos.
"Es la segunda vez que Vidal se querella por el mismo hecho. Le dijimos esto al juez, pero en lugar de archivar el caso, decidió seguir adelante. Lo hemos denunciado ante la Fiscalía de Control Interno por prevaricación", dice.
Paredes añade que la primera demanda fue presentada el 2009 cuando él residía en México y se enteró por un editor, pero hasta ahora sigue en trámite, pese a que ya prescribió. Vidal se querella por su libro La caída del héroe, la verdadera historia del general Ketín Vidal.
Por su parte, Luis Torre Montero, El Malpalabrero, espera que la Sexta Sala Penal de Reos Libres, integrada por Nancy Ávila de Tambini, Norma Farfán Osorio y Leonor Chamorro García, anule la condena que se le impuso por una demanda de Rafael Rey.
"La columna no menciona a Rey, es una sátira, no una información ni una investigación que debía ser confrontada. Es una opinión, pero el juez no entendió nada", asegura.
El juez Benjamín Enríquez Colfer del 26° Juzgado Penal de Lima le puso dos años de prisión condicional y 50.000 de reparación civil, el caso se revisó en la sala superior la semana pasada y está al voto.
"Aquí hay un tema político. Según mi impresión, esta forma de manejar los casos –de un lado, rapidez para procesarlos y enviarlos a prisión, y pies de plomo para sancionar a los que los agreden– denota una valorización negativa de la función periodística bajo la presunción de que se está excediendo y que hay que controlarla y que el Poder Judicial debe ser la Guardia Pretoriana de la sociedad", señala el abogado del Instituto de Defensa Legal, Carlos Rivera.
Rivera agrega que no se puede negar que algunos periodistas se exceden en su labor, pero también hay un exceso judicial. En la condena absolutoria a Luis Valdez, los procesos a Eduardo Cenepo y Paul Garay se advierte una serie de arbitrariedades judiciales. Hay un doble estándar de valorización de la prueba con los periodistas y se invierte la carga de la prueba de tal manera que para condenarlos no se pide casi, pero en otros se descalifica todo.
El periodista deportivo Phillips Butter mantiene una querella con el presidente de la Federación Peruana de Futbol, Manuel Burga, desde el 2007, porque lo llamó "incapaz".
Butter ha sido absuelto tres veces, en primer y segunda instancia y ahora, por segunda vez, su caso está en la Corte Suprema de Justicia, donde se espera que se ratifique su absolución y se archive definitivamente este proceso.
 El Consejo de la Prensa Peruana reportó que a fines del 2011 había unas 30 demandas contra periodistas por difamación, la mayoría relacionadas con denuncias por corrupción o vínculos con el narcotráfico.

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