LIMA.- "Lo que he visto en mi caso y otros es que la tendencia a condenar
periodistas se da en jueces de primera instancia, lo que luego se
corrige en segunda instancia o la Corte Suprema de Perú", señala José Alejandro
Godoy, abogado y conocido bloguero.
"En primera instancia –dice el bloguero– se trata de magistrados que
no valoran bien las pruebas ni fundamentan adecuadamente sus
decisiones".
Godoy también ha observado una marcada animadversión a un periodista
determinado o a la prensa en general. Tampoco hay que descartar algún
acto de corrupción, no probado hasta ahora, o presiones de particulares o
gente influyente. Otro aspecto que resalta es que estos jueces son
sensibles a la reacción de la prensa, pero en sentido negativo.
"Al ver que la prensa en general reclama debido proceso, reacciona
diciendo '¡ustedes no me van a decir lo que tengo que hacer!'", describe
Godoy, quien espera nueva sentencia en la demanda de Jorge Mufarech.
En esa línea, afirma que la situación se revierte en las Salas Superiores o la Corte Suprema, donde hay jueces más preparados y con mayor cautela sobre su carrera y prestigio, y no están interesados en mandar mensajes a la prensa.
En esa línea, afirma que la situación se revierte en las Salas Superiores o la Corte Suprema, donde hay jueces más preparados y con mayor cautela sobre su carrera y prestigio, y no están interesados en mandar mensajes a la prensa.
Este análisis coincide con la descripción que el periodista Roberto
More realiza sobre el proceso que enfrenta, junto al director de Diario
16, Juan Carlos Tafur, en el 12º Juzgado Penal de Lima, con el juez José
Rolando Chávez Hernández.
"El juez no dio oportunidad de defendernos, y cuando nuestro abogado
reclamó en la audiencia del 23 de marzo, le contestaron: ¡Qué quieren,
que les lea toda la sentencia o solo la parte resolutiva! (las penas),
mientras dos policías se ponían a nuestro lado", recuerda.
La audiencia se frustró por un error en la notificación y los
volvieron a citar para el 17 de abril y 8 de mayo, que se suspendieron
por la huelga judicial. "Supongo que nos volverán a citar a fin de mes",
refiere.
El juez Chávez también admitió otra querella de Ketín Vidal Herrera, esta vez contra Carlos Paredes, director del noticiero 90 Segundos.
El juez Chávez también admitió otra querella de Ketín Vidal Herrera, esta vez contra Carlos Paredes, director del noticiero 90 Segundos.
"Es la segunda vez que Vidal se querella por el mismo hecho. Le
dijimos esto al juez, pero en lugar de archivar el caso, decidió seguir
adelante. Lo hemos denunciado ante la Fiscalía de Control Interno por
prevaricación", dice.
Paredes añade que la primera demanda fue presentada el 2009 cuando
él residía en México y se enteró por un editor, pero hasta ahora sigue
en trámite, pese a que ya prescribió. Vidal se querella por su libro La
caída del héroe, la verdadera historia del general Ketín Vidal.
Por su parte, Luis Torre Montero, El Malpalabrero, espera que la
Sexta Sala Penal de Reos Libres, integrada por Nancy Ávila de Tambini,
Norma Farfán Osorio y Leonor Chamorro García, anule la condena que se le
impuso por una demanda de Rafael Rey.
"La columna no menciona a Rey, es una sátira, no una información ni
una investigación que debía ser confrontada. Es una opinión, pero el
juez no entendió nada", asegura.
El juez Benjamín Enríquez Colfer del 26° Juzgado Penal de Lima le
puso dos años de prisión condicional y 50.000 de reparación civil, el
caso se revisó en la sala superior la semana pasada y está al voto.
"Aquí hay un tema político. Según mi impresión, esta forma de manejar
los casos –de un lado, rapidez para procesarlos y enviarlos a prisión, y
pies de plomo para sancionar a los que los agreden– denota una
valorización negativa de la función periodística bajo la presunción de
que se está excediendo y que hay que controlarla y que el Poder Judicial
debe ser la Guardia Pretoriana de la sociedad", señala el abogado del
Instituto de Defensa Legal, Carlos Rivera.
Rivera agrega que no se puede negar que algunos periodistas se
exceden en su labor, pero también hay un exceso judicial. En la condena
absolutoria a Luis Valdez, los procesos a Eduardo Cenepo y Paul Garay se
advierte una serie de arbitrariedades judiciales. Hay un doble estándar
de valorización de la prueba con los periodistas y se invierte la carga
de la prueba de tal manera que para condenarlos no se pide casi, pero
en otros se descalifica todo.
El periodista deportivo Phillips Butter mantiene una querella con el
presidente de la Federación Peruana de Futbol, Manuel Burga, desde el
2007, porque lo llamó "incapaz".
Butter ha sido absuelto tres veces, en primer y segunda instancia y
ahora, por segunda vez, su caso está en la Corte Suprema de Justicia,
donde se espera que se ratifique su absolución y se archive
definitivamente este proceso.
El Consejo de la Prensa Peruana reportó que a fines del 2011 había
unas 30 demandas contra periodistas por difamación, la mayoría
relacionadas con denuncias por corrupción o vínculos con el
narcotráfico.
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