jueves, 24 de mayo de 2012

El periodista no puede morir / Victoria Sáez *

Ha muerto 'el Guti' y nos ha sorprendido a todos los que le conocíamos con esta mala noticia muy de mañana. Como siempre ha vuelto a impactar con su espontaneidad, como en sus mejores años como periodista de a pie, pero esta vez la noticia ha sido más dolorosa y nos ha pillado desprevenidos.

Recuerdo otros tiempos, en los años setenta, cuando era un joven de 35 años y dirigía la revista Cambio 16, al filo de la publicación del famoso caso Mendoza, 'Eduardo Mendoza y la KGB', en portada de la revista. Entonces era un periodista rompedor, exuberante en sus manifestaciones, en contra de todas aquellas recientes mordazas que impedían la libertad de expresión; defensor de los derechos humanos, contrario a las dictaduras y represiones de todo tipo y colores.

Siempre fue un vividor a tope, incansable lector de todos los diarios de habla hispana e inglesa, conocedor de la literatura americana, inglesa y española, devorador de libros, con una memoria envidiable y también un sentido del humor espontáneo y muy 'del Guti', que a más de uno le levantaba ampollas.

Amante de la cultura anglosajona, o mejor dicho celta de pies a cabeza, - era un puro ejemplar celtíbero de León-, por algo había estudiado en un colegio irlandés durante sus años de adolescencia, lejos de su Busdongo natal, que lindaba con el puerto de Pajares. Pero el niño leonés no se sentía tan alejado de la casa materna, cercana a la estación de ferrocarril de Busdongo, donde su padre era el jefe de estación y su madre regentaba una carnicería, porque en aquel College estilo británico (aunque fuese irlandés) de aspecto sobrio y de costumbres no menos severas, predominaba un paisaje muy familiar, rodeado de 'green grass' por todas partes, manantiales de agua fresca y huertas de coles de largas hojas.

A lo largo de los años, mientras estudiaba la carrera de Periodismo en la Complutense de Madrid, que él mismo costeaba trabajando como obrero de la construcción, soldador, conductor de grandes camiones, su carácter se fue forjando de tal manera que era tan desmedido en las formas como en su forma de practicar la profesión de periodista: 'si no te atreves con todo en esta profesión no llegarás nunca a ser un gran periodista'.

Pletórico de sí mismo, sorprendía a los lectores con un periodismo nuevo al que no estábamos acostumbrado este país: reportajes de investigación, denuncias de fontaneros en la Moncloa, 'Gritos y Susurros' (este título no fue elegido al azar). Fue la columna más leída y de mayor éxito en los años 'gloriosos' de Diario 16, con ella inició el periodismo directo de libre expresión frente a la manipulación de los medios de comunicación en la época del franquismo.

De pensamiento liberal, José Luís Gutiérrez en un principio coqueteaba con la izquierda, y en concreto con el Partido Socialista Obrero Español. Amigo personal de Felipe González, frecuentaba los encuentros entre socialistas que acababan de salir de la clandestinidad en el madrileño barrio de la Estrella, donde residía Felipe González antes de ser nombrado presidente del gobierno.

Amigo del 'viejo profesor' Enrique Tierno Galván y de los miembros del PSP, como Raúl Morodo, Paco Bobillo... también con Santiago Carrillo, 'el Guti' conocía a todos los políticos del momento y con todos se relacionaba. Yo conocí a José Luís cuando dirigía la revista Cambio 16 y yo estudiaba segundo curso de Ciencias Políticas y primero de Ciencias de la Información. Entonces 'el Guti', como le llamábamos familiarmente, tenía cientos de amigos, periodistas de su generación, Cuco Cerecedo, Juan Luis Cebrián, y muchos otros; escritores leoneses, y latinoamericanos, actores, directores de cine, pintores, políticos españoles y de otros países, y con todos parecía tener una relación cercana y de confianza.

Amaba su profesión sobre todas las cosas, y en aquellos años cada mañana se subía en su BMW cromada en tonos naranjas, vestido con un traje de pana del mismo color o en tonos verdes, y emprendía una veloz carrera a lomos de 'la cabra' - como le gustaba llamar a ese medio de locomoción tan venerado por él - hasta el Congreso de los Diputados. Después ponía rumbo hacia la redacción de Diario 16 en la calle San Romualdo, donde departía y cambiaba impresiones con todos los periodistas de la redacción, y con el editor, su amigo personal Juan Tomás de Salas. A lo largo de la jornada, tras dirigir la edición diaria del periódico y escribir su columna de opinión, seguía incansable hasta las tres de la madrugada, hora de cierre. Era el último en salir el primero en enterarse de casi todas las comidillas e intrigas políticas del momento.

'Guti', desde su corazón de leonés, ha sido una persona tierna y compasiva, pero con una fuerza sorprendente por seguir adelante en lo que más amaba en su vida: la práctica del periodismo; ha sufrido en silencio y ha salido adelante siempre en soledad. Este es el camino que tu querías seguir, 'Guti', y creo que has podido salir airoso de todos los avatares viviendo inseparable con lo que te hacía más feliz, ser periodista.

Siempre serás un icono del nuevo periodismo después de la dictadura franquista, estoy segura de que en el recuerdo de todos los que te conocimos muy de cerca seguirá viva tu fuerte personalidad, tu expresividad y el carisma que te ha caracterizado a lo largo de tus años de vida. Doy por cierto que viviste la vida como tú quisiste, y espero que lo hayas conseguido, amigo mío, aunque por la vitalidad desbordante que siempre te ha caracterizado, haya sido pronto para partir. Te recuerdo, Guti, ahora, y en tus mejores años de juventud.

(*) Compañera sentimental de 'El Guti' durante sus inicios en el periodismo

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