La ranita Soraya se lo está pasando bomba leyendo por las noches y en
la cama con los rulos puestos los informes del CNI, como si fueran
novelas de Le Carré, y por el día metida en intrigas y salsas. Incluso
llamando a los consejeros del Poder Judicial o a sus representantes
políticos para salvar al soldado Dívar -que menudo enfado tenía la
consejera Uría- lo que ha sido un disparate y una causa fallida. Pero la
vice que ayer era la presidenta en Funciones del Reino de España, como
el Príncipe Felipe ejercía de “Rey en funciones” del mismo territorio
está encantada aunque menuda carita tenía en el acto del bicentenario
del Tribunal Supremo, donde Dívar, un cadáver exquisito, hizo su papelón
antes de tomar la cicuta ante sus compañeros del Consejo General del
Poder Judicial.
La ranita, como la Pimpinela escarlata, está por todas partes, la
buscan por aquí, la buscan por allá, e incluso se dice que ha propiciado
la operación de los 500 kilos para salvar a Prisa y conseguir el
artículo infame de Juan Luís Cebrián, que pudo haberse titulado, ”El
crepúsculo de la ideologías”, obra cumbre de un pomposo pensador del
franquismo, Gonzalo Fernández de la Mora, al que Cebrián seguramente
admiraba en su juventud y al que ahora ha rendido homenaje en el diario
El País pidiéndoles a los suyos y al PSOE
que se dejen de bobadas ideológicas y se suban tocando las palmas y las
castañuelas al carro rociero de Rajoy. Porque como dice el autor de “La
Rusa” no está el patio para “dar lecciones de moral a nadie” y porque
tal y como afirma Álvaro Alepuz: “lo que no son cuentas son cuentos”.
O sea los 500 millones del ala y de vellón a Prisa no han estado nada
mal a cambio de la rendición de Cebrián al que ya veremos si le sigue
Rubalcaba, camino de ese nuevo Movimiento Nacional, o gobierno de
concentración, que ha sugerido el amo de Prisa y de El País. Aunque el
derrotado líder del PSOE, Alfredo para sus amigos, sabe que sin Prisa él
no es gran cosa y que se tendrá que allanar o, como poco, escurrir el
bulto por la sombra. Peor lo tienen en El País y la SER. Y no digamos en
El Mundo y ABC, donde los celos están a punto de estallar por causa del
donativo a Prisa por parte del régimen imperante (poderes fácticos +
Gobierno). Aunque por ahora se han limitado a dar tibias y planas
noticias al respecto, convencidos ambos diarios de la derecha de que si a
Cebrián le han dado una “libra de carne fresca” a ellos, que son
atentos admiradores del campo liberal, al menos un hueso les tocará.
En realidad, en la Moncloa al ABC lo consideran territorio
conquistado, porque siempre escribe a su favor y para los convencidos
del PP
sin una proyección fuera de Madrid o Sevilla y por supuesto sin
presencia fuera de España. Sin embargo a El Mundo lo temen en Moncloa
como a una vara verde y despotrican de él hasta el amanecer en los
confundidos despachos de la tertuliana CMC –Consuelito ¿sigues ahí?-,
pero al diario en sí no lo valoran porque con su estilo de periodismo
tabloide no tienen influencia fuera de España ni sirve para domesticar
al PSOE. Además a Pedro J. los de Rajoy no lo consideran de fiar (para
pactar confían mucho más en Juan Luís Cebrián, como se acaba de
comprobar) porque pactó con Zapatero y saben que el de Logroño odia a
Rajoy y se ríe de “la ranita Sorayita”, por más que la invite a cenar en
sus mansiones varias, porque todo el mundo sabe que para el director de
El Mundo la más guapa del bosque encantado de la política nacional es
doña Esperanza Aguirre, su “lideresa preferida”, y luego Rosa Díez de UPyD “la pinza” y la aguja de marear al PP.
A estos de El Mundo, como se descuiden, los esperará y los pillará
Rajoy por la retaguardia en Italia como ya se hizo con la COPE en los
tiempos del mandril aullador de todos Losantos. Es decir, si Zapatero
intercedía ante Berlusconi en favor de Pedro J., para salvarlo de las
iras del Rey, a Rajoy le tocará ahora hablar con Monti para que se los
quite de encima, como en su día algunos emisarios purpurados hablaron
con el Vaticano para sacar de la radio de los obispos a los “okupas”
trogloditas.
Lo único malo del pacto triangular de Prisa, Gobierno y poderes
fácticos para domesticar al PSOE es que puede haber llegado demasiado
tarde si los mercados embisten con más fuerza a la deuda española y el
gran rescate y los hombres de negro llegan a Madrid, como si
asistiéramos al desembarco de los marcianos. En ese caso el cuento ruso
que les ha vendido Cebrián de la gran coalición con el PSOE, y ¡con los
sindicatos!, los empresarios y ¡la sociedad civil! Ese camelo a 500
millones la libra de carne se quedaría en nada, pero ellos habrán
pillado el dinero y si te vi no me acuerdo. Entonces la ranita Soraya,
que estaba sentada cantando debajo del agua, se quedará desconcertada y
esperando el Príncipe Azul que la desencantará.
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