CIUDAD DEL VATICANO.- Un experto informático del Vaticano va a juicio mañana
lunes en un proceso que podría arrojar luz sobre si el antiguo mayordomo
del Papa Benedicto XVI actuó solo cuando filtró unos documentos
delicados o fue un peón en una lucha de poder más amplia.
Claudio Sciarpelletti está acusado de ayudar e instigar
al mayordomo, Paolo Gabriele, que en octubre fue condenado a 18 meses
de prisión por robo agravado.
Sciarpelletti, de 48 años, pasó una noche en una celda
del Vaticano el 25 de mayo, dos días después de que Gabriele fuera
arrestado cuando la Policía registró su vivienda y encontró muchas
copias de documentos papales, algunos de los cuales hablaban de luchas
internas en la corte papal y corrupción en las altas instancias de la
Iglesia católica.
Gabriele, uno de los asistentes más próximos de la
residencia papal, admitió haber filtrado los documentos a la prensa en
lo que dijo que fue un intento de revelar la corrupción y el "mal" en la
sede de los 1.200 millones de católicos.
Responsables vaticanos, deseosos de acabar con el
embarazoso episodio, afirman que el papel de Sciarpelletti fue marginal y
esperan que el juicio, en la misma sala pequeña que el del ex
mayordomo, sea aún más rápido que aquel, que duró solo cuatro sesiones.
Cuando la Policía vaticana registró el despacho de
Sciarpelletti en la Secretaría de Estado - el centro neurálgico de la
administración de la Santa Sede - encontró un sobre cerrado dirigido a
Gabriele que decía "personal".
En él había documentos sobre un capítulo de un libro
que denuncia corrupción e intrigas en el Vaticano escrito por el
periodista italiano Gianluigi Nuzzi, que recibió documentos
confidenciales de Gabriele.
En cuatro sesiones de interrogatorios en mayo y junio,
Sciarpelletti dio respuestas "vacilantes y contradictorios", según un
documento judicial.
En la noche de su arresto, dijo que solo tenía "una
relación laboral con Gabriele". Luego dijo que eran amigos y que sus
familias habían salido juntas, y que sabía que Gabriele tuvo una
infancia muy difícil.
Sciarpelletti dijo primero que Gabriele le dio el
sobre. Luego afirmó que se lo había dado alguien en el Vaticano
identificado solo como "W" en documentos judiciales, y posteriormente,
que se lo había dado alguien identificado como "X".
No está claro si X o W son clérigos o seglares que trabajan en el Vaticano.
Inicialmente los fiscales pensaron acusar a
Sciarpelletti de ser cómplice directo de robo agravado, violación de
secretos estatales y obstrucción de la justicia, pero luego lo rebajaron
a colaboración e incitación.
Entre los testigos que se espera que intervengan se
encuentran Gabriele, monseñor Carlo Polvani, superior de Sciarpelletti
en la Secretaría de Estado, el mayor William Kloter, número dos de la
Guardia Suiza, y dos responsables de la seguridad del Vaticano, entre
ellos el comandante de la Policía, Domenico Giani.
Sciarpelletti podría ser condenado a hasta un año de
cárcel, aunque se espera que salga con una sentencia leve o incluso una
multa.
Al final del juicio a Gabriele, algunos comentaristas
criticaron al juez por no seguir con otras líneas de interrogatorio
sobre quién "influyó" en el mayordomo, dejando muchas sospechas y dudas
en el aire.
Muchos observadores del Vaticano se muestran escépticos
con que un mayordomo pudiera haber actuado totalmente solo y sugieren
que pudo ser obligado a asumir las culpas para ocultar a actores más
importantes en la Santa Sede.
Poca gente conoce el aspecto de Sciarpelletti ya que
trabajaba en las oficinas, mientras que Gabriele como mayordomo del Papa
iba siempre con él en el Papamóvil.
El juicio será cubierto por un 'pool' de periodistas
pero el tribunal ha prohibido la presencia de fotógrafos y televisión.
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