Un año más el Rey Juan Carlos transmitió su mensaje de Navidad con diferentes lecturas. Un discurso que en los últimos años -con el caso Urdangarin
y la deriva independentista del Gobierno catalán- no está siendo fácil
de cuadrar para abordar todos los temas sin provocar cismas.
Para ello el Rey apareció esta vez delante de su mesa. En una posición a mitad de camino entre de pie y sentado para aliviar los dolores de sus últimas intervenciones quirúrgicas. Con esa nueva escenografía, el Rey se centró en la gravedad de la situación económica y en la reivindicación de la labor política –"de la Política con mayúsculas", señaló-. En esa tarea él mismo se ha esmerado en los últimos meses. Queriendo
dejar atrás la imagen de polémica que ha venido rodeando a la Corona
desde hace meses, el Rey ha tratado de participar en primera persona de
la Política del país:
Primero de puertas hacia dentro con su bronca con un político de CiU.
Y después con la apertura de su blog llamando a
preservar la unidad de los españoles "en defensa del modelo democrático y
social que entre todos hemos elegido", porque "lo peor que podemos
hacer es dividir fuerzas, alentar disensiones, perseguir quimeras,
ahondar heridas". "No son estos tiempos buenos para escudriñar en las
esencias ni para debatir si son galgos o podencos quienes amenazan nuestro modelo de convivencia", señaló.
Queda claro que el plan independentista de la Generalitat preocupa en Zarzuela. El día de Navidad el mensaje fue muy sutil, pero también existió. Porque tras el monarca, en algunos planos aparecía un retrato de Felipe V.
El Rey de España que, a grandes rasgos definitorios, fue el triunfador
en la Guerra de Sucesión española. Una contienda que comenzó siendo un
guerra europea y que terminó siendo doméstica. Tras la derrota de
Aragón, el 11 de septiembre conmemora la entrada de las tropas de Felipe V en Barcelona donde se promulgaron los Decretos de Nueva Planta donde se unificaba administrativa y lingüísticamente la corona española, salvo Vizcaya.
La opinión pública ha interpretado la aparición del retrato como una toma de postura en la controversia catalana. Algo que poco importa ahora mismo en la Generalitat centrados en articular un equipo que contente a CiU y a ERC. Tan cercanas en unas y tan distantes en muchas cosas. De hecho, en la toma de posesión de Artur Mas, un telón negro ocultó el retrato del Rey que preside las Cortes catalanas. Y preguntado por el guiño a Felipe V, Mas directamente ha reconocido que no ha visto el mensaje del Rey.
Tal vez no verlo le ha ahorrado a Mas algún cabreo. El mismo que tiene Cayo Lara (IU) al ver un discurso "carente de credibilidad", algo similar a lo que opinan en el PNV. Sin embargo PP y PSOE lo han valorado muy positivamente. El frente nacionalista.
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