JERUSALÉN.- Bernat Armangué, foto periodista español
de la agencia Associated Press (AP) que ganó ayer el premio World Press
Photo en la categoría "historias" con una impactante serie de imágenes
de Gaza, cree que "el periodismo de calidad está amenazado".
"El
periodismo de calidad está cada vez más amenazado. Contar historias y
contarlas bien requiere tiempo, esfuerzo, apoyo económico, logístico y
humano y no siempre se combinan todos los factores. Parece que cada vez
menos", dijo en una entrevista el fotógrafo, que añadió que se
siente afortunado de "trabajar para una gran agencia".
Armangué, de 34 años, mantiene la
esperanza de que algún día se revierta esta tendencia, puesto que
"talento y ganas de contar hay de sobra, solo hacen falta plataformas
para poder contarlo".
Sobre la profesión en España, resalta
que "hay muchos grandes foto periodistas españoles, como es el caso de
Samuel Aranda, Sebastián Liste, Diego Ibarra y muchos otros. Pero muchos
de ellos se han tenido que ir a buscar la vida fuera", porque los
medios de comunicación en el país "están muy ahogados y sufren las
consecuencias de la crisis".
Con esas circunstancias, no sorprende
que los tres españoles premiados en la última edición del World Press
Photo, Emilio Morenatti, Daniel Ochoa y él mismo, trabajen para un medio
extranjero (todos ellos para AP), pero Armangué destaca que las fotos
premiadas de Morenatti y Ochoa "son temas hechos en España que otros
profesionales también hicieron o podían haber hecho".
"En periodismo se trata de contar
historias y quién mejor para hacerlo que alguien que las conoce de
cerca", reflexiona, y asegura que "ha sido fantástico empezar desde lo
más local y seguir en lo internacional" ya que "cada uno aporta un punto
de vista".
En cuanto a los reporteros internacionales que cubren conflictos, recuerda que son "una especie de turistas que van y vienen".
En cuanto a los reporteros internacionales que cubren conflictos, recuerda que son "una especie de turistas que van y vienen".
Hay otros periodistas, los locales
—afirmó—, "que están siempre ahí, al pie del cañón, contando la historia
y que cuando el conflicto les toca de forma más directa y tendrían que
estar más al lado de su familia es cuando están más comprometidos que
nunca con la causa periodística".
El fotoperiodista español considera
fundamental el trabajo en equipo. "Yo no trabajo solo, solo soy un
elemento más que cuenta la historia, junto con otros compañeros tanto
dentro como fuera de Gaza", asegura, y resalta que su trabajo no sería
el mismo sin su mayor compañero en la franja palestina, Majed, su
traductor, "fixer" y productor, "sin él cual los resultados serían
totalmente diferentes".
Asegura que el concepto de periodista de
guerra le "chirría" un poco y resalta que de sus fotos de los últimos
años, el porcentaje de las que son de conflicto en estado puro es
irrisorio.
En cuanto a las situaciones de riesgo,
explica que en el momento de trabajar uno "se concentra en contar lo que
está pasando, en la forma en la que uno cree que hay que contarlo" y
que es después cuando "viene el golpe más emocional".
Una de las imágenes de Armangué premiada
en esta serie, la titulada "Último beso" y que muestra un familiar
besando la mano del cuerpo sin vida de un ser querido en la morgue del
hospital de Shifa, en Gaza capital, también obtuvo la semana pasada uno
de los premios más importantes de EEUU, el Photo of the Year, en la
categoría de "General News".
Los premios World Press Photo 2013 se
concedieron a 54 fotógrafos de 32 nacionalidades en nueve categorías
temáticas, en una competición a la que se habían presentado 103.481
instantáneas de 5.666 fotógrafos procedentes de 124 países.
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