CÓRDOBA.- Despreciado por los poderosos de su país; admirado en el resto del
mundo. El periodista griego Kostas Vaxevanis ha sido galardonado con el
VII Premio Internacional de Periodismo Julio Anguita Parrado que concede
el Sindicato de Periodistas de Andalucía por la cobertura informativa
que ha realizado de conflictos bélicos de punto a punta del globo
terráqueo. Lo entrevista 'El Mundo'.
PREGUNTA-. Estudió matemáticas, ¿por qué decidió finalmente dedicarse al Periodismo?
RESPUESTA- He ejercido de periodista casi por error. Cuando
estudiaba, empecé a trabajar en un periódico. Siempre me gustó escribir.
Cuando empecé en el Periodismo no tenía como objetivo ser periodista de
guerra. Un buen periodista puede ser el que escribe una pequeña columna
o el que publica un gran artículo. Fui a Bosnia cuando empezó la
guerra, y me encontré allí. Entonces descubrí que el centro del mundo no
era Grecia, que alrededor de nosotros están ocurriendo muchas cosas.
Fui una segunda vez y una tercera La cuarta vez ya fui a la guerra
porque era mi trabajo. La guerra es una cosa muy seria. La más grande
ocurre dentro de nosotros. En este momento, vivimos una gran guerra en
Europa. Por un lado están los que creen que la economía debe determinar
cómo deben vivir las personas y por otro los que piensan que son los
hombres los que deben delimitar cómo debe ser la economía. No pueden
sobrevivir los números y morir los hombres.
P-. ¿Cómo se prepara un periodista para la guerra?
R-. Nadie está preparado para ir a la guerra ni para ser padre si no
lo es. Hay muchas formas de cubrir una guerra. Algunos piensan que los
periodistas que cubren guerras son héroes pero no es así. Tenemos una
gran responsabilidad porque la mayor guerra que se produce cuando hay
una guerra es la información. No es un juego de propaganda.
P-. ¿Qué echa en la maleta un corresponsal de guerra?
R-. Medicamentos. En la mía no falta uno que es mágico para las
diarreas porque puedes hacer un reportaje con fiebre pero no con
diarrea. Es la primera cosa que cojo. Algunos libros de la zona a la que
voy y una forma segura de tener comunicación. La primera vez que fui a
la guerra solamente Reuters tenía teléfono. Ahora, cada uno lleva un
pequeño sistema de comunicación. En la medida en que han avanzado los
medios, más fácil es el trabajo. Si los medios que tuvimos en la guerra
de Irak para cubrir el conflicto los hubiésemos tenido en Vietnam, la
guerra hubiera terminado en un mes y no en 20 años porque la información
es lo que hace que la gente reaccione.
P-. ¿Cómo ha evolucionado la cobertura informativa de los conflictos bélicos?
R-. En los últimos 20 años la manera en que se han cubierto las
guerras ha evolucionado mucho. La primera guerra que se cubrió al mismo
tiempo en los dos frentes fue la de Irak en 1991. De repente, la gente
se encontró con una guerra que veía en televisión. Esto tuvo sus cosas
buenas pero también sus cosas malas: la gente tenía la sensación de que
estaba viendo un videojuego. Detrás de esas luces y resplandores había
muchas personas muertas. Hoy en día las reacciones son inmediatas porque
puedes con un móvil hacer una foto, enviarla, y tener una reacción en
el momento. Pero siempre hay quien quiere utilizar la forma en la que tú
expones la información. En todas las guerras que he ido siempre había
un hotel, que era seguro, en el que había gente que te daba información,
espías, que querían sacarte dinero, pero todo esto tienes que saber
manejarlo. El que recibe y da la información tiene poder. Y hoy en día,
internet es un poder tremendo. Puedes publicar un reportaje sin
mediadores.
P-. ¿Ha sentido miedo?
R-. Solo los necios no tienen miedo. El miedo es como la fiebre, te
muestra que algo está ocurriendo pero aprendes a convivir con él, a
manejarlo, aunque siempre es de forma diferente. Cuando el 20 de marzo
empezó la guerra de Irak, había una operación para causar miedo y cuando
cayó la primera torre junto a nosotros, era la primera vez que habían
explotado tantos misiles y tan cerca de nosotros. Veías al principio una
luz, luego caían los fragmentos y no había oxígeno. Estaba seguro que
moriría y solo quería que se acabara todo eso.
P-. ¿Ha estado cerca de la muerte en algún momento?
R-. Sí, muchas veces, pero no eres consciente. Si lo superábamos no
podríamos vivir sabiendo que dentro de poco vas a morir. Al día
siguiente de morir Julio, golpearon el hotel donde estábamos y también
murió José Couso y otro operador de Reuters con el que trabajé. Entonces
entendí que la guerra había cambiado, que los periodistas no estábamos
seguros. Allí donde vas tienes que revelar algo y los que están allí
quieren escondértelo, eres su enemigo. Ahí empieza el problema. Yo ahora
mismo en Grecia soy un enemigo.
P-. Ha cubierto numerosos conflictos internacionales, desde
la Guerra del Golfo, hasta la de Kosovo o Irak. ¿Cuál le ha impresionado
más?
R-. Cada conflicto tiene unas características diferentes. Una guerra
en la que hay dos frentes en la misma ciudad es más peligrosa. En
Albania, en 1997, cuando tomaron las armas los albaneses para revocar el
gobierno, salían a la calle y disparaban a quien encontraban. Esa fue
una guerra muy peligrosa aunque no se ha descrito en la historia como
tal. En Irak, caían misiles. No me tocó a mí pero sí a Julio. Los
hombres que viven bajo el mismo miedo son hermanos. No he muerto yo pero
sí Julio. Ayer [el sábado] almorcé con la madre de Julio y pensé:
"Podría ser mi madre". No habría ninguna diferencia.
P-. ¿Cómo consiguió entrevistar a algunos de los líderes políticos más buscados?
R-. Me he ganado su confianza. La persona a la que entrevisto sabe
que soy honesto, que no engaño. Confiaban en mí. Siempre he considerado
personas a los que me daban la información, no fuentes. Y valoro que
tengan la confianza de darme la información a mí. No he revelado nunca
las fuentes. Ahora en Grecia todo el mundo pregunta quién me ha dado la
lista Lagarde. Ahhhhh [sonríe]. Moriré antes de decirlo.
P-. ¿Cómo afecta la crisis al Periodismo?
R-. El Periodismo es el cuarto poder y tiene que estar frente a los
otros poderes. Sin embargo, hemos llegado a ser un poder como todos los
demás, no junto a la sociedad. Hoy los bancos protagonizan grandes
escándalos en Grecia pero no se escribe nada al respecto. Cuando abres
las páginas de un periódico en lugar de encontrarte un reportaje de
investigación sobre esto, ves un anuncio del banco. Hay que redescubrir
el Periodismo porque ha perdido lo que tenía de investigación. Es lo que
ocurre en Grecia pero temo que se extrapole al resto de Europa.
Ha perdido su esencia reveladora. Estás en una mesa con presidentes,
alcaldes, pero el Periodismo no son las relaciones sociales. Es
descubrir lo que otros quieren ocultar. En todo este juego hay
periodistas que trabajan desde sus propios intereses. Muchos
profesionales de la información dicen que lo que hace el poder es bueno.
Son papagayos que dicen lo que les dicen que digan sin pensarlo.
P-. ¿Se parece en algo el Periodismo y la guerra?
R-. En este momento el Periodismo en Europa tiene que dejar de
tomarse el pelo a sí mismo. Como en la guerra, tienes que ver qué hay
detrás de las cosas. La palabra objetividad es engañosa. No la hay. La
objetividad es el grado aceptable de subjetividad. Cada uno tiene su
punto de vista y no es malo que lo tengas. Lo malo es que digas mentiras
al mundo. Muchos periodistas presentan sus puntos de vista como
informaciones. Por eso digo que hay que redescubrir el Periodismo. Los
periodistas no tienen la responsabilidad de decir cuántos muertos ha
habido en una guerra. Tienen que contar toda la película, decir por qué
mueren hombres y por qué hoy en día Alemania se enriquece. Intentan
decir que el periodista tiene que estar lejos de todo eso y simplemente
tiene que escribir pero yo a eso no le llamo Periodismo. Lo llamo una
gran hipocresía. Se pretende que el periodista no sea peligroso, que se
convierta en cómplice.
P-. ¿Qué presiones recibe un corresponsal de guerra?
R-. Cuando vas a una guerra, las presiones son sencillas: "De aquí no
puedes pasar". En la guerra que hay hoy día en la sociedad, ese "no
pases" tiene diferentes formas: "No vas a tener anuncios en tu
periódico, no te va a permitir hacer esto tu director o lo voy a llamar
por teléfono. Si pasas está línea, puedo destrozarte la vida y puedo
hacer que no seas creíble". En la revista que edito, 'HOT DOC',
dedicamos en junio un número solo a los bancos y al papel que han jugado
en la crisis de Grecia y les pedimos que respondieran. Si hubiera
trabajado en un periódico convencional, hubieran llamado para avisar que
si esto salía a la luz, se habría acabado la publicidad pero como soy
el director y no publico anuncios de bancos, no pudieron llamarme para
amenazarme. Entonces publicaron en blogs anónimos un recibo que decía
que yo trabajaba para los servicios secretos. Después de tres meses, en
septiembre, había cinco personas esperando en mi casa para matarme. Esa
es la guerra.
P-. ¿Por qué destapa ahora escándalos en Grecia?
R-. Porque la guerra hoy está en Grecia.
P-. ¿Es extrapolable lo que ocurre en su país a España?
R-. A todo el sur de Europa. Lo único que tiene la Unión Europea en
común es la moneda. No tiene ni política ni economía en común. Ahora es
Alemania la que delimita la política de toda Europa. No podemos
infravalorar nuestra propia moneda para que sobreviva nuestra economía.
Todo el sur de Europa es una provincia pobre de Alemania, a la que
vendemos todo lo que tenemos para poder sobrevivir.
P-. Si el próximo junio resulta condenado por el caso Lagarde, después de haber sido absuelto, ¿qué está en juego?
R-. En junio me volverán a juzgar. Por las razones por las que me
llevan a juicio, me dan premios en el resto del mundo. No tengo ninguna
duda de que me van a condenar pero si lo hacen, iré a la cárcel porque
el mundo tiene que entender que la libertad de prensa, después de
décadas, está presa. Algunos dicen que como Vaxevanis escribe lo que
piensa hay libertad de prensa pero ésta no es que escribas en un momento
dado lo que quieres sino en qué clima pueden escribir y trabajar los
periodistas.
P-. ¿Quién es su enemigo?
R-. La corrupción. Si vas a Grecia, te dirán: "Tantas personas son
enemigas de Vaxevanis", porque me han puesto en el punto de mira pero mi
enemigo es la corrupción, no la persona.
http://www.elmundo.es/elmundo/2013/04/07/comunicacion/1365358555.html
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