LONDRES.- En el Día Mundial de la Libertad de Prensa Reporteros Sin Fronteras
(RSF) ha recordado a todos los periodistas que han sido encerrados en
prisión por informar. En esa situación se encuentran actualmente 300
periodistas, la mayoría en prisiones de países dictatoriales o
autoritarios, como China, Irán, Eritrea o Vietnam.
"Pero hay otros, como Turquía, que se ha convertido en la mayor
cárcel del mundo para periodistas, con más de 70 encarcelados en estos
momentos", agrega. Según Reporteros Sin Fronteras, muchos de los
periodistas presos no han tenido acusaciones formales ni juicios previos,
pero llevan más de 10 años en prisión, están sometidos a durísimas
condiciones de vida o no les dejan ver a sus familias ni tener contacto
alguno con el exterior.
En algunos casos viven largos periodos en celdas de aislamiento o son torturados. "Si queremos una información libre, lo primero es conseguir que los informadores salgan de las prisiones y que el periodismo pueda ejercerse en libertad", señala la ONG en un comunicado.
En su informe la organización también denuncia la muerte de al menos 36 periodistas en los dos últimos años en Siria a causa de ataques deliberados, destinados a impedir su labor, según ha denunciado Amnistía Internacional (AI) en un informe.
"Disparar al mensajero: Periodistas acosados por todos los frentes en
Siria" señala que docenas de periodistas han sido asesinados,
arrestados arbitrariamente, sujetos a desapariciones forzosas y
torturados desde 2011.
Coincidiendo con el Día Mundial de la Libertad de Prensa,
Amnistía Internacional declaró que Siria es un país "altamente
peligroso" para la labor de los periodistas, que sufren "abusos" tanto
por parte de las autoridades sirias como los grupos armados de la
oposición.
El informe elaborado por la organización humanitaria detalla docenas
de casos de reporteros que han sido atacados o retenidos desde 2011 con
el objetivo de "evitar que se informe de la situación en Siria".
Entre los profesionales muertos durante estos dos años se encuentran la estadounidense Marie Colvin, que murió a los 55 años el 22 de febrero de 2012 junto al fotógrafo francés Rémi Ochlik, de 28 años, durante un bombardeo del ejército en la ciudad de Homs.
En diciembre de 2011, Basil al Sayed, camarógrafo de
24 años, falleció en Baba Amro (Siria) tras recibir un disparo en la
cabeza en un puesto de control por las fuerzas de seguridad.
En su informe, AI hace referencia al papel "crucial" que desempeñan
los llamados "periodistas ciudadanos", muchos de los cuales "arriesgan
sus vidas" y, como sus colegas profesionales, "hacen frente a
represalias" que buscan impedir su trabajo.
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