miércoles, 1 de enero de 2014

¿Es momento de que Larry y Sergey inviertan en periodismo? / Rob Cox y Richard Beales

¿Es momento de que los multimillonarios de Google Larry Page, Sergey Brin y Eric Schmidt inviertan en periodismo?

En 2013, el creador de Amazon, Jeff Bezos, compró el Washington Post por 250 millones de dólares y el fundador de eBay, Pierre Omidyar, anunció una nueva aventura de periodismo de investigación.

Sin embargo, en lo que respecta estrictamente a los números, pocos han logrado hacer dinero a expensas de los tradicionales pilares del cuarto poder como lo han hecho los muchachos de Google.

En 2000, año en que Google introdujo AdWords, aún hoy su principal programa de publicidad, los anuncios en diarios y periódicos dominicales de Estados Unidos llegaron a un máximo de 48.700 millones de dólares, según la Newspaper Association of America. Desde entonces, la cifra bajó a menos de la mitad, a unos 18.900 millones de dólares en 2012.

La caída se atribuye ampliamente al crecimiento de Internet. De hecho, sin Google y sus competidores online, el gasto en anuncios impresos habría seguido creciendo. Al ritmo alcanzado en la década previa a 2000, la cifra rondaría actualmente los 80.000 millones de dólares anuales.

Por lo tanto, es asombroso que de los más de 60.000 millones de dólares de potenciales ventas anuales de publicidad que las publicaciones impresas parecen haber perdido, Google se haya adjudicado unos 44.000 millones a 2012, desde virtualmente nada en 2000.

Esos dos tercios del botín son aproximadamente equivalentes a la cotización de mercado de la compañía dedicada al negocio de búsquedas online.

Tal vez la simetría matemática sea casualidad. Pero la cuestión principal no lo es. Nadie ha generado más dinero que Google provocando una ruptura en el modelo comercial que alguna vez sostuvo el edificio del periodismo, una labor que, como la describe Bezos, "juega un papel crítico en una sociedad libre".

Google ha mantenido desde hace tiempo que no pretende ingresar en el negocio de la producción de contenidos. Está bien. Pero los líderes de Google, que se han vuelto extraordinariamente ricos individualmente, podrían invertir por cuenta personal, como lo han hecho Bezos y Omidyar.

Si alguno de los magnates del sector tecnológico tiene razones para sentir que le deben algo al actualmente descapitalizado mundo del periodismo, esos son los señores Page, Brin y Schmidt.

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