NUEVA YORK.- Cinco empleados, 2,5 millones de documentos secretos y
mucho tiempo fueron necesarios para que el Consorcio Independiente de
Periodistas de Investigación (ICIJ) revelara el martes que dirigentes y
familiares de políticos chinos ocultan sus millonarias fortunas en
paraísos fiscales.
Como buscar una aguja en un pajar, el colectivo -situado a dos pasos
de la Casa Blanca- comenzó a averiguar en abril quién tiene vínculos con
compañías "offshore" en los paraísos fiscales. Y tres meses más tarde
empezaron a surgir nombres chinos.
El ICIJ (en inglés) se reunió en julio con un grupo de periodistas en
Hong Kong y decidió formar a varios de ellos en técnicas de
criptografía para poder transmitir información y escapar al espionaje
chino.
"La complejidad del sistema no tenía que desmoralizar a los
periodistas", cuenta la directora adjunta del ICIJ, la
argentina Marina Walker Guevara.
Luego, los periodistas se sumergieron en un trabajo de hormiga para
recuperar y verificar los datos esparcidos en una lista de 40.000
nombres. Según Walker Guevara, fue una tarea "aburrida y fastidiosa".
"La gente piensa que el periodismo de investigación tiene un lado
glamuroso. Pero no es el caso".
El tiempo fue la receta mágica para hacer avanzar la investigación
debido a todos los escollos con los que tuvo que lidiar el ICIJ. "Es un
lujo que tenemos aquí", destaca Gerard Ryle, experiodista de
investigación en Australia, que desde septiembre de 2011 dirige el ICIJ.
El colectivo tuvo que batallar con las barreras culturales y
lingüísticas entre periodistas y superar la deserción de un medio chino,
obligado a desvincularse del proyecto en noviembre tras ser advertido
por las autoridades de Pekín.
"No sabemos muy bien cómo supieron de la existencia de nuestra
investigación, tal vez fue por el espionaje virtual. ¿Quién sabe?",
comenta la periodista argentina.
Estas dificultades no sirvieron para rebajar el impacto de las
revelaciones sobre las fortunas de la élite política china en paraísos
fiscales, que el martes difundieron de forma simultánea diarios europeos
como Le Monde (Francia), El País (España) o The Guardian (Gran
Bretaña).
En la lista del ya denominado caso "China Leaks" hay familiares del
presidente Xi Jinping y de Wen Jiabao, primer ministro entre 2003 y
2013, que en 2012 se vieron salpicados por investigaciones periodísticas
sobre la fortuna colosal de sus familias.
Asimismo figuran miembros de la Asamblea Nacional Popular; familiares
del expresidente Hu Jintao; del ex primer ministro Li Peng; de Deng
Xiaoping, que supervisó a partir del final de los años 1970 la apertura
de la economía; Yang Huiyan, la mujer más rica de China; y Pony Ma y
Zhang Zhidong, fundadores del gigante de Internet, Tencent.
Para concentrarse en el caso chino, el pequeño colectivo se asoció
con una decena de medios internacionales -entre ellos el diario de Hong
Kong Ming Pao y el taiwanés Commonwealth Magazine- para dar la mayor
visibilidad posible a las exclusivas y aliviar el control que pesa sobre
la prensa tradicional.
Ryle considera que "los medios de difusión masiva ya no se dedican
tanto a la investigación como antes por motivos económicos y por
presiones comerciales".
En su opinión, los grandes periódicos -que sufren la caída de las
ventas y de los ingresos publicitarios- se contienen a la hora de
financiar investigaciones por miedo a "no encontrar nada" útil o
molestar a gente con poder "dispuesta a contraatacar".
En represalia, China bloqueó el sitio del ICIJ, así como el de los medios que colaboraron con la investigación.
"Los chinos ya afrontaron situaciones similares, pero solo implicaban
a un medio. Ahora deben apresurarse a bloquear diez sitios web
distintos", apunta la periodista argentina.
Dada la profunda crisis que afecta a la prensa, esta asociación de
medios tradicionales y ONG están destinados a un futuro prometedor ya
que se complementan, de acuerdo con Brant Houston, profesor de
periodismo en la Universidad de Illinois.
"Se necesita una red internacional para llevar a cabo investigaciones
en una economía globalizada. Algunas organizaciones con fines no
lucrativos tienen los medios, pero no tienen acceso a los circuitos de
difusión de los grandes medios", destaca.
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