viernes, 6 de junio de 2014

Una portada no publicada salta a la primera plana tras la abdicación del rey Juan Carlos I

MADRID.- La retirada de una controvertida portada de la revista satírica El Jueves sobre la abdicación de Juan Carlos I pone fin a una semana en la que las alabanzas al monarca y a su sucesor, el futuro Felipe VI, han predominado en los principales medios de comunicación de España, en un contexto de debate ciudadano sobre la monarquía.

Los humoristas Albert Monteys y Manel Fontdevilla, junto con varios de sus compañeros, abandonaron la publicación después de que la editorial RBA decidiera retrasar la salida de la revista del miércoles al jueves para retirar una portada de Manel en la que se veía al rey colocando a su hijo arrodillado una corona llena de inmundicia y rodeada de moscas.
"Gracias a esa decisión, en el quiosco casi no habrá alternativa al discurso unitario: 'La monarquía es necesaria y es el futuro'", dijo Monteys en una viñeta colgada en Twitter, en la que explicaba su marcha de la revista de humor de referencia en España, que él mismo dirigió entre 2006 y 2011.
Desde que el monarca anunciara el lunes que abdicaba en favor de su hijo Felipe, los medios tradicionales se han llenado de alabanzas hacia la figura de un rey al que atribuyen el mérito de haber contribuido al afianzamiento de la democracia en el país tras la muerte del dictador Francisco Franco.
Los humoristas de El Jueves dijeron desconocer los motivos que habían llevado a la editorial a retirar 60.000 ejemplares con la controvertida portada y sustituirla por otra en la que aparecía Pablo Iglesias, principal representante del grupo minoritario de izquierdas Podemos, la gran sorpresa de las elecciones europeas del mes pasado.
"No sabemos ni sabremos nunca los mecanismos que han intervenido en la decisión de la cúpula de RBA", agregó Monteys.
Las reiteradas llamadas a la editorial RBA no obtuvieron respuesta el viernes. Una portavoz de prensa de la revista El Jueves no quiso hacer comentarios.
La revista, que desde su creación en 1977 ha retratado en numerosas ocasiones en tono jocoso a los miembros de la familia real, fue ya retirada por orden judicial de los quioscos en 2007 por una portada en los que aparecía un dibujo de los príncipes de Asturias teniendo relaciones sexuales.
"No puedo seguir con un editor que ha cambiado los términos de nuestra relación y ante nuestros lectores que tanto nos apoyaron cuando la portada de (el dibujante) Guillermo en 2007", dijo en otra viñeta en Twitter, Manel Fontdevilla, autor de la portada retirada.
La opinión que los españoles tienen de una familia real muy querida en el pasado se ha deteriorado en los últimos cinco años, especialmente a raíz de la imputación en 2009 del yerno del rey, Iñaki Urdangarin, en un caso de corrupción en el que ha visto también implicada su mujer, Cristina de Borbón.
Una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) a los ciudadanos daba a la Corona una nota de 3,72 sobre 10 en mayo, tres meses después de que la segunda hija del monarca declarara ante la justicia por un presunto delito fiscal y de blanqueo de dinero.
Ese desapego de los ciudadanos hacia la monarquía creció abruptamente en 2012, a raíz de un viaje privado de caza de Juan Carlos I a Botsuana mientras España estaba al borde de un rescate financiero y que sólo trascendió porque el monarca se rompió la cadera.
La Corona ha contado durante décadas con un trato amable por parte de periódicos como El País o El Mundo, algo que algunos historiadores consideraban necesario para proteger a la joven y frágil democracia surgida en 1977 después de la muerte de Franco.
"Nunca la prensa española fue crítica con la Casa Real. La complacencia del pasado contribuyó decisivamente al descrédito actual del Rey al filtrarse en los últimos años conductas nada ejemplares de la familia real, amparados por esa misma opacidad informativa", dijo Juan Antonio Giner, fundador de la consultoría periodística Innovation Media Consulting.
Fue en 2012 cuando, a raíz del incremento de los comentarios sobre la monarquía en las redes sociales, los medios tradicionales, incluido el conservador ABC, empezaron a hablar abiertamente de los viajes y aficiones del rey y de su relación con la princesa alemana Corinna zu Sayn-Wittgenstein, que estaba con él en Botsuana cuando se accidentó.
Pero apenas han aparecido referencias a estos episodios de la vida de Juan Carlos I en los últimos días, cuando los grandes partidos del país -Partido Popular y Partido Socialista- respaldaron a la Corona mientras las formaciones minoritarias de izquierda -que obtuvieron aproximadamente un 25 por ciento de los votos el 25M- pedían un referéndum que permitiera por primera vez a los españoles escoger entre monarquía y república.
"Los medios no pueden emplear el mismo lenguaje que el Gobierno o los partidos. Si son lo mismo, a la gente no les interesa", dijo José Sanclemente, asesor en medios de comunicación y presidente de la sociedad editora de eldiario.es, uno de los medios digitales independientes y con pocos recursos surgidos en los últimos años.
"Es muy difícil que puedan ser un servicio público cuando los que están al frente son fondos de inversión y grandes empresas, eso lleva a la autocensura", añadió.
Un portavoz de Zarzuela no tuvo comentarios que hacer sobre la cobertura de los últimos días, que ha llevado también a la suspensión de varios periodistas del diario El Mundo, una de ellos la veterana corresponsal de la Casa Real, Ana Romero.
La periodista no quiso hacer comentarios cuando fue contactada, pero no ha vuelto a firmar una crónica en el diario desde el día de la abdicación.
Otros dos profesionales de El Mundo - María Ramírez, corresponsal en Estados Unidos e hija del exdirector del rotativo Pedro J. Ramírez, y su marido Eduardo Suárez- dijeron en Twitter que habían sido suspendidos de empleo y sueldo durante un mes por denunciar censura‎ en el diario.
"Muy triste por lo que está pasando en mi periódico: censura. Mi admiración profesional hacia la gran reportera @AnaRomeroGalan", dijo esta semana María Ramírez, corresponsal del rotativo en Estados Unidos e hija del exdirector Pedro J. Ramírez, en su cuenta de Twitter.
Un portavoz del periódico dijo que la dirección todavía estaba estudiando qué medidas tomar contra ellos dos, y que Ana Romero seguía en plantilla pese a las desavenencias surgidas con la dirección en la cobertura de la abdicación.
"Este periódico si por algo se ha caracterizado en sus 25 años de historia es por el respeto a la libertad de expresión de los periodistas", dijo el portavoz.

No hay comentarios: