El reconocido periodista Pedro J. Ramírez no ha necesitado
del periódico que fundó hace 25 años, el 23 de octubre de 1989, El
Mundo, para difundir su último artículo censurado por la actual
dirección del rotativo. Internet, lo vengo manifestando desde el siglo
pasado, salvará la libertad de expresión. Si, esa libertad que molesta a
gobiernos débiles, como al actual, y que no han tenido reparo en meter
una cuña en la modificada Ley Sinde-Wert, inventándose una tasa que
deben pagar los agregadores a los periódicos de la AEDE.
El
estafermo, último artículo del fundador de El Mundo publicado en su
blog, es un aguijonazo más al actual inquilino de La Moncloa, que como
un pasmarote consiente que le den de bofetadas y no reacciona porque le
falta sangre en las venas, y lo que le mola es vivir como un prejubilado
y poco más. La última Carta del arponero ingenuo ha ocupado 1835
palabras para decir que Rajoy nos llevará al precipicio porque no está
en su naturaleza enfrentarse al enemigo. Porque jamás luchará y sólo se
moverá por inercia. Creo, sinceramente, que Pedro J. no escribe para la
red, para los que leen en internet. Los artículos, las informaciones en
la era de internet global se despachan en varios cientos de palabras.
Necesitar nada menos que casi dos mil, sólo para sacar la conclusión de
que el problema de España se llama Rajoy, es del siglo pasado, del papel
impreso, no de la era digital.
Pedro
J. es un magnífico periodista. No porque los domingos publique
artículos soporíferos pero interesantes, versallescos pero certeros...
No, Pedro J. se hizo famoso porque era un periodista valiente que supo
hacerse de un equipo de investigadores a los que no le temblaba el pulso
si los delincuentes estaban atrincherados en la Moncloa, con sucesivas
mayorías absolutas. Pedro J. es el ejemplo a imitar por todo director de
periódico que ame su profesión y entienda que debe ejercer un
contrapoder. Porque sin ese contrapoder, lo estamos viendo, lo estamos
sufriendo, los políticos se crecen y se corrompen. Y en esas estamos.
Sin rotativos que ejerzan ese contrapoder porque están en la ruina
económica y Moncloa les ha prometido pagarles sus despachos, sus
secretarias, sus coches con chóferes y escoltas a los propietarios, con
esa llamada Tasa Google...
Necesitamos
a Pedro J. nuevamente. Pero no en un blog para que nos siga castigando
con sus artículos de casi dos mil palabras. Lo necesitamos al frente de
un medio, de un equipo, que haga lo que siempre supo hacer: ser valiente
y ejercer ese contrapoder que ahora nos falta. Y que echamos de menos.
(*) Periodista y editor de www.muyconfidencial.com
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