jueves, 22 de noviembre de 2018

Alfonso Sánchez-Tabernero: «El periodismo de calidad será de pago»


LA CORUÑA.- Alfonso Sánchez-Tabernero, rector de la Universidad de Navarra, asegura en La Voz de Galicia que «la tecnología es una gran oportunidad para el buen periodismo». «Lo que las facultades debemos intentar, y la Universidad de Navarra lo hace, es que los periodistas sepan hacer información, pero tengan creatividad y espíritu emprendedor para crear organizaciones eficientes que hagan viable una oferta basada en la calidad», afirma. 

Profesor de empresa informativa, Sánchez-Tabernero impartió clase en el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual (MPXA), organizado por la Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre con el respaldo de la Fundación Amancio Ortega.

-¿Cuáles son los retos del periodismo frente a la transformación digital?
-El buen periodismo es más importante que nunca, porque consiste en hacer comprensible el mundo en que vivimos. Cada vez hay más contenidos no profesionales difundidos en la Red que compiten por la atención del público y parece a veces como si tuvieran la misma categoría que los contenidos profesionales. El desafío es el de siempre, hacer buena información, útil para el público y respaldada por compañías sólidas.

-¿Es viable que el periodismo de calidad sea gratuito en Internet?
-El buen periodismo hay que pagarlo. Seguro que habrá ofertas gratuitas de calidad, pero en general pagamos por las cosas que valoramos. Creo que el periodismo de calidad mayoritario será de pago. Podemos captar la atención del público con frivolidad o sensacionalismo, pero no habrá apuestas empresariales sólidas basadas en ello. Las marcas periodísticas deben ser capaces de atraer la atención del público con lo fácil y también con lo difícil.

-Pronto se resolverá el concurso para elegir presidente de RTVE. ¿Cuáles son los retos de la televisión pública en España?
-Revisando hace unos días el número de presidentes que ha tenido TVE desde su creación me salía una cifra increíble: este puesto cambia cada dos años y tres meses. Eso la convierte en una organización errática. 
Desde el punto de vista empresarial es un modelo de fracaso, porque para que una compañía pueda tener futuro tiene que tener al frente a una persona con tiempo por delante para poder hacer un proyecto que se base primero en sembrar para luego recoger. 
Por tanto, o nos planteamos una televisión pública diferente, que tenga el apoyo de una gran representación parlamentaria, o un juguete del Gobierno.

-¿Es posible ese consenso?
-Algunos países lo han conseguido, Gran Bretaña por ejemplo, pero aquí no ocurre así. Lo que yo haría es darnos un tiempo para ver si somos capaces de llegar a un acuerdo institucional sobre una televisión pública que merezca el precio que nos cuesta. 
Y si no tendremos que renunciar, porque llevamos más de sesenta años de fracaso, con una televisión pública convertida, tanto en el ámbito nacional como en los autonómicos, en un instrumento que está al servicio de la permanencia en el gobierno de los partidos que están en el poder. 
Apostaría por cadenas equilibradas en cuanto a contenidos y complementarias del resto de la oferta. No necesito una televisión pública para tener acceso a realities, a fútbol, a cine de Hollywood, porque el mercado ya me lo proporciona. Lo razonable sería pagar impuestos para que la oferta se complete con contenidos alternativos.

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