MOSCÚ.- Unas 4.000 personas se congregaron
hoy en la capital rusa para protestar contra la falsificación de casos
penales por la policía, como el incoado recientemente contra el
periodista de investigación Iván Golunov, acusado falsamente de tráfico
de drogas.
"La sociedad demanda justicia", fue lema
del mitin convocado por el Partido Libertario Rusia, que contó con la
autorización del Ayuntamiento.
Los oradores denunciaron desde la tribuna numerosos
casos de lo que calificaron de "arbitrariedad policial", que incluyen
desde la falsificación de pruebas hasta la tortura.
Entre las situaciones más flagrantes se destacó el caso del anarquista
Azat Miftájov, estudiante de postgrado de matemáticas, detenido el 1
febrero de 2019 como sospechoso de fabricar un artefacto explosivo.
Miftájov denunció que fue detenido por agentes de la policía, que lo torturaron con el fin de arrancarle un confesión.
Cuatro días después de la detención un juez ordenó su libertad por falta de pruebas.
Sin embargo, cuando el 6 de febrero salía del centro de prisión
preventiva, el estudiante de postgrado fue detenido de nuevo y acusado
en esta ocasión de haber participado en un ataque contra una oficina del
partido gobernante Rusia Unida ocurrido en enero de 2018.
La acusación se basa en las declaraciones de un testigo que apareció un
año después de los hechos y que dijo que había reconocido las "cejas
expresivas" de Miftájov.
"Contra la tortura y la
discriminación", "Libertad a Azat Miftájov", rezaban algunas de las
pancartas que portaban los manifestantes.
Mítines similares se celebraron, aunque con menor participación, en una decena de ciudades de Rusia, incluida San Petersburgo.
El caso Golunov desató una movilización sin precedentes entre la prensa rusa contra la arbitrariedad policial.
El periodista fue detenido luego de que la policía declarase haber hallado drogas en su mochila y su domicilio.
Golunov se declaró desde un principio inocente y vinculó la persecución
policial de la que era objeto con su actividad profesional, ya que
había recibido amenazas en varias ocasiones por sus reportajes sobre
casos de corrupción.
Fue puesto en libertad el 11 de
junio sin cargos después de que el ministro del Interior, Vladímir
Kolokóltsev, reconociera la ausencia de pruebas contra el periodista,
del diario digital Meduza, uno de los más críticos con el Kremlin.
Tras el escándalo, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, destituyó a dos generales de la Policía.
En últimos años, al menos ocho periodistas y activistas rusos han sido
encarcelados por los mismos cargos que Golunov, entre ellos Oyub Titíev,
director de la oficina chechena de la ONG Memorial, condenado a cuatro
años de prisión, quien este viernes quedó en libertad condicional.
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