WASHINGTON.- La CIDH condenó este viernes el asesinato del periodista mexicano Eliseo Barrón y las graves amenazas recibidas por su colega Lydia Cacho, y pidió a México que adopte medidas eficaces para proteger a los comunicadores.La relatora para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Catalina Botero, instó en un comunicado a las autoridades mexicanas a adoptar medidas eficaces de lucha contra la impunidad de los crímenes cometidos contra periodistas y a poner en práctica mecanismos adecuados de protección de comunicadores en riesgo.
El periodista asesinado trabajaba desde hace 11 años para el diario "La Opinión", de Torreón, donde cubría la sección policial.
Según la información que maneja la CIDH, Barrón fue sacado el 25 de mayo a la fuerza de su domicilio, en presencia de su esposa e hijas, por un grupo de personas armadas no identificadas, y después asesinado. Su cuerpo fue hallado al día siguiente.
En los días previos a su asesinato, según el diario, el periodista (en la imagen) había escrito sobre temas de corrupción en Torreón.
Por otra parte, la relatora para la Libertad de Expresión de la CIDH afirma que la periodista Lydia Cacho ha recibido graves amenazas de muerte y se encuentra en "situación de riesgo extraordinario" por razones asociadas al ejercicio de su profesión.
De acuerdo con la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México, la comunicadora fue víctima de "actos de tortura" y otras graves violaciones de sus derechos.
Tales hechos habrían ocurrido, según la información recibida por la CIDH, en represalia por haber publicado un libro en el que denunciaba la existencia de una red de pederastas.
La relatora indica que en lo que va de año, al menos seis periodistas fueron asesinados en Latinoamérica para evitar que publicaran informaciones sobre corrupción o crimen organizado.
Dos de estos periodistas fueron asesinados en México.
En 2006, se registraron nueve asesinatos y un desaparecido en este país, en 2007 se registraron tres homicidios y tres desapariciones y en 2008 cinco asesinatos y una desaparición.
La CIDH también apunta al riesgo extraordinario que corren algunos periodistas como consecuencia de su labor, y cuyos casos ya han sido denunciados ante las autoridades competentes.
Por todo ello, la relatora urgió a las autoridades mexicanas a que esclarezcan los hechos para que los autores del asesinato de Eliseo Barrón y de las vulneraciones a los derechos humanos de Lydia Cacho sean adecuadamente juzgados y sancionados.
Asimismo, pide al Estado mexicano que impulse decididamente las investigaciones existentes sobre los crímenes y amenazas contra periodistas y que adopte, lo antes posible, medidas urgentes.
Entre ellas, cita el fortalecimiento de la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos Contra Periodistas, poner a nivel federal los delitos contra periodistas y poner en práctica de mecanismos permanentes de protección especializados para garantizar la vida y la integridad de los comunicadores en riesgo.
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