El reportero fue privado de su libertad el martes junto con otros tres trabajadores de la información (otro de Televisa, uno del diario El Vespertino y uno más de Milenio Televisión) tras cubrir una protesta de los reos de un penal a cuenta de un caso de corrupción destapado.
El periodista se presentó por su propio pie en la sede de Televisa Laguna, según una fuente del departamento de noticieros de la cadena. No ha trascendido el estado del resto de las personas que fueron secuestradas con él.
Los cuatro informadores fueron interceptados cuando volvían a sus respectivas redacciones en la ciudad de Torreón (Coahuila, norte de México).
Acababan de cubrir una protesta de los internos del penal número dos del vecino estado de Durango, cuya directora fue detenida tras conocerse que colaboraba presuntamente con narcotraficantes.
De acuerdo con fuentes oficiales, la funcionaria dejaba salir por las noches al menos a un reo acompañado de varios guardias para que cometieran asesinatos. Se les responsabiliza de varias matanza recientes en bares de Torreón que suman al menos 30 muertos.
Los captores de los cuatro periodistas instaron a los medios audiovisuales de sus cautivos a que emitieran varios vídeos colgados en Internet y que destapaban la complicidad criminal de las autoridades del penal.
Milenio los emitió sin cortes. Entre ellos estaba la confesión de un agente de policía sobre la presunta corrupción de la directora de la cárcel.
Supuestamente, los autores de dichos vídeos y los secuestradores pertenecen al crimen organizado. Este último extremo, al menos, fue confirmado por los cuatro informadores, que llamaron a sus redacciones para informar de su situación.
La ONG Article 19, con presencia internacional y que defiende la libertad de prensa, calificó el suceso de preocupante, ya que es la primera vez que los narcotraficantes buscan influir directamente en medios a escala nacional.
El secuestro fue cometido en la llamada Comarca Lagunera, en los límites de Durango y Coahuila, donde la violencia de los cárteles de la droga ha escalado considerablemente en los últimos años.
En el 2009, un periodista de Milenio perdió la vida a manos de un comando armado que lo sacó de su domicilio y lo torturó.
Desde el 2000, cerca de 60 informadores han perdido la vida en México en el ejercicio de su trabajo y este año van ya 10 periodistas muertos, según organizaciones del sector.
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