sábado, 25 de septiembre de 2010

El reino y el poder: internet / Luis María Anson *

Recuerdo cuando leí, hace ya demasiados años, The Kingdom and the Power. Era la historia crítica del medio periodístico más influyente del mundo: el New York Times. Gay Talese, desde el nuevo periodismo, desmenuzaba las entrañas de un diario que tenía antecedentes y paralelos en el Times de Londres, en Le Figaro de París, en ABC de Madrid, en La Vanguardia de Barcelona.

Ahora Gay Talese ha irrumpido de nuevo en la actualidad con su libro Retratos y encuentros y con declaraciones sabias que han estremecido a muchos jóvenes cachorros del nuevo periodismo, a los delfines de los viejos maestros. Antonio Lucas dedicó a Gay Talese, “dardo de cerbatana”, un artículo antológico. “En un momento en que las palabras son como ataúdes -escribe- revive el idioma personalísimo de este hombre enjuto que trae en el rostro un sabio asco parcelado”.

Lo que más me ha interesado de Gay Talese en su fugaz reaparición es su idea de internet. “Que nunca falte la claridad”, escribió en sus años mozos este anciano que hace ronda a los 80. Y ha dicho ahora desde la cumbre de su lucidez: “Internet no cambiará todo, siempre estará el deseo de contar cosas”. Coincido en lo sustancial con Talese. Y lo digo porque me parece que he hecho todo en periodismo: prensa semanal, prensa diaria, agencia de noticias, radio, televisión… Ahora estoy al frente de un periódico digital: El Imparcial.es. He conocido y he trabajado con la composición caliente y vivo ahora pegado al ordenador. La revolución tecnológica en el mundo del periodismo ha sido colosal, fantástica, imprevisible.

Lo que no ha cambiado es el periodismo. Ni el periodista. Los vehículos de la información se han multiplicado, se han tecnificado, se han desbordado con el milagro de la Red, con la aldea global de McLuhan hecha realidad por internet. Pero ¿es distinto el periodismo digital que el que se hacía cuando la sangre de las madrugadas hervía en el diario impreso? En el fondo, no. Y eso es lo que ha declarado de forma clara y penetrante Gay Talese. Lo sustancial de nuestro oficio permanece inalterable. Oler la noticia, pegar la nariz a tierra para seguirla como un sabueso, contrastarla y lanzarla después para conocimiento de los ciudadanos, es algo que no ha cambiado. El periódico impreso, el periódico hablado, el periódico audiovisual, el periódico digital, la agencia de noticias, son vehículos distintos para transportar el esfuerzo, el acierto, la sagacidad del profesional del periodismo.

Gay Talese reconoce que no está para teléfonos móviles, correos electrónicos o sinuosidades de la Red. Pero sabe muy lo que dice como también lo sabía Tom Wolfe, porque el periodismo es una ciencia de la información pero también un género literario.

Me satisface no haberme quedado profesionalmente al margen de las nuevas técnicas. Si Gay Talese dirigiera un diario digital se daría cuenta de los ventanales que se han abierto a la libertad de expresión, de cómo se ha robustecido el papel de los profesionales del periodismo, mientras día a día disminuye el de los empresarios de la empresa periodística.

(*) Académico de la Real Academia Española de la Lengua y periodista 

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