lunes, 25 de octubre de 2010

Ecuador: ¿El poder financiero se desvincula del poder mediático? / Eduardo Tamayo G. *

El plazo para que los banqueros se  desvinculen de los medios de comunicación venció este 20 de octubre de  acuerdo a lo estipulado de la Constitución Política del Estado del  Ecuador, sin embargo las resoluciones de la Junta Bancaria dejan puertas  abiertas para que los banqueros puedan seguir controlando los medios a  través de terceros.

  La Constitución vigente desde hace dos años, aprobada mayoritariamente  por el pueblo ecuatoriano en referéndum, en el campo de la comunicación,  incluyó una serie de artículos que abrían la posibilidad de cambiar el  modelo privado-empresarial que ha dominado al país en las últimas  décadas y avanzar en la democratización y en el reconocimiento y  afirmación de los derechos a la comunicación.
 
El artículo 312 señala “que las entidades o grupos financieros no podrán  poseer participaciones permanentes totales o parciales en empresas  ajenas a la actividad financiera” y que “se prohíbe la participación en  el control del capital, la inversión o el patrimonio de los medios de  comunicación, a entidades o grupos financieros, sus representantes  legales, miembros de su directorio y accionistas”.
 
El espíritu de esta disposición no dejaba dudas: los banqueros deben ser  banqueros y punto. Se trataba de romper la “relación incestuosa”, como  lo dijo alguna vez el presidente Rafael Correa, entre el poder  financiero y el poder mediático. Esto se explica por la historia  reciente del Ecuador en la que, tras una cascada de quiebras  financieras, el Estado entregó a los bancos más de 7000 millones de  dólares del erario público, provocando una crisis económica y social sin  precedentes. 

Los banqueros, que ya se habían apoderado de los medios de  información, los utilizaron para obtener ganancias (para eso son  banqueros), pero sobre todo para tratar de influir en la opinión pública  y el poder político para que sus intereses no sean tocados o se dicten  resoluciones a su favor.
 
La Comisión de Auditoría de las Concesiones de Frecuencias de Radio y Televisión, creada por mandato constitucional, determinó que 201  personas naturales y jurídicas ligadas a la banca y a los sectores  financieros debían deshacerse de su participación en los medios de  comunicación. El plazo legal feneció este 20 de octubre.

Entre los principales afectados por la medida legal prevista en la  Constitución se encuentran los grupos económicos Egas-Pichincha y  Eljuri, que se ubican entre los más poderosos del país.
  El grupo Egas-Banco del Pichincha, encabezado por Fidel Egas, era dueño  de 10 medios de comunicación, entre ellos, el canal opositor  Teleamazonas y las revistas Diners, Soho, Fucsia, Gestión. Este grupo  económico es propietario del Banco del Pichincha, el más grande del  Ecuador, tiene además participación en 103 empresas con ingresos anuales  de 1.395 millones de dólares.(1)
 
Teleamazonas, un canal de alcance nacional, ha sido uno de los  principales opositores políticos al gobierno de Rafael Correa. Sus  propietarios y algunos de sus periodistas (como Jorge Ortiz, que ya  abandonó el canal, y Josefa Coronel), identificados con una clara  tendencia de derecha convirtieron al canal en una de las principales  tribunas de las fuerzas de oposición.
 
Egas vendió el 48 % de sus acciones a 140 de sus empleados, quienes  recibieron créditos del propio Banco del Pichincha a 12 años plazo. El  30% lo vendió a la corporación peruana Plural TV que es propietario de  La República, El Comercio y de América TV, y el 22 % restante lo  repartió entre sus “amigos de Quito y Guayaquil”.(2)

En el caso de sus empleados, Fidel Egas traspasó sus acciones a un  fideicomiso manejado por Produfondos que “ha ido encontrando personas  aprobadas por mí para que sean las titulares de las acciones”, según  declaró al diario El Universo (10-10-2010). Esto causó malestar en el  resto de trabajadores de Teleamazonas que suman unos 600 “pues aseguran  que nunca se les consultó y que los compradores serían allegados a  Egas”, señala el diario público El Telégrafo (21-10-2010).

 
De otro lado, se desconoce quienes son los nuevos dueños de las acciones  de ETV Telerama, canal de alcance nacional y de otras 13 estaciones que  eran de propiedad del grupo Eljuri. Conformado por familias de origen  terrateniente de Cuenca, la tercera ciudad del país, este grupo tiene  participación en 186 empresas que incluyen el Banco del Austro,  distribuidoras de vehículos, inmobiliarias, almacenes de  electromésticos, etc. El Banco el Austro ocupaba el séptimo lugar a  junio de 2009, con 744 millones de dólares en activos, 470 millones de  depósitos y 4 millones de utilidades. (3)

Los accionistas de la banca debían decidirse si se quedan como  propietarios de los bancos o de los medios. Mario Canessa, presidente  del Banco de Machala y del grupo de medios Caravana, prefirió renunciar  a sus funciones de banquero y quedarse con un canal de televisión y dos  radios.

 
Hecha la ley, hecha la trampa
Este viejo precepto que se remonta a la época colonial también puede  aplicarse a este caso. Los banqueros han buscado maneras de no perder  control e influencia en los medios. Y aquí ha entrado a jugar su rol la  Junta Bancaria, un organismo cuyas funciones son supervisar el sistema  bancario y financiero.
 
Una primera resolución de la Junta Bancaria, presidida por Gloria  Sabando, emitida el 12 de agosto de 2010 dispuso que los banqueros se  quedaran con un 25 por ciento de participación en los medios. Ante la  protesta de la ciudadanía y de los asambleístas de Alianza País que le  recordaron a la ingeniera Sabando que la función de la Junta Bancaria no  es interpretar la Constitución (función que le corresponde a la Asamblea  Nacional o la Corte Constitucional) ésta, en la resolución JB-2010-1813  del 7 de octubre, dio marcha atrás en este aspecto 

Sin embargo, en una  nueva resolución del 14 de octubre (JB-2010-1814) volvió a dejar abierta  la puerta para que los banqueros pudieran quedarse con el control de los  medios al reducir el nivel de consaguinidad del grado 4 al grado 2 y al  bajar el de afinidad al grado uno. Esto significa que los banqueros  pueden transferir sus participaciones a sus sobrinos y nietos, a tíos y  hermanos.  

El economista Guillermo Navarro, ex presidente de la Comisión de  Auditoría de las Concesiones de Frecuencias de Radio y Televisión,  señaló que la Junta Bancaria parece haber hecho todos los esfuerzos por  no permitir la desvinculación de la banca de los medios.
 
“Esto significa que no habría una fórmula de desconcentración sino que  simplemente habría un cambio de nombres, lo cual es grave en la sociedad  ecuatoriana, porque ésta se caracteriza por tener formas de organización  societaria que son familiares, y además es grave porque los grandes  banqueros que mantienen intereses en los medios de comunicación  habitualmente han utilizado a sus sobrinos para este tipo de control. 

En  el caso del señor Fidel Egas es conocido que sus sobrinos Salazar Egas o  Egas Larreategui son los que tienen las participaciones en las empresas  del señor Egas, y en el caso de la familia Eljuri son los sobrinos  Álvarez Eljuri los que tienen las participaciones”.
 
Según Navarro, la Junta Bancaria está operando bajo intereses  absolutamente predeterminados por el poder económico, y de ninguna  manera en cumplimiento de las disposiciones constitucionales. “La Junta  Bancaria pretende interpretarlas de dos manetas, por un lado el artículo  312 de la Constitución es taxativo: dice prohibido tener y no dice que  tengan a través de… , en segundo lugar todos sabemos que el  testaferrismo legalmente no procede , pero además la Junta Bancaria se  permite señalar que en el caso de determinadas participaciones que sean  producto de sentencias judiciales tendrán cuatro años para desinvertir,  lo cual implica modificar el plazo que está establecido en la  Constitución que es dos años que precisamente culminaba el 20 de octubre”.
 
Guillermo Navarro enfatiza que “la desvinculación del poder económico de  los medios es importante, porque, si recurrimos a Pasquali él nos enseña  que de acuerdo a la calidad de comunicación que tengamos será también la  calidad de país que construimos, es decir si sigue incidiendo lo  comercial obligando a que se disminuya la calidad de los productos  comunicacionales tendremos una comunicación deficiente y en consecuencia  no podremos construir un país mejor a futuro”.

 
(*) Eduardo Tamayo G.  es periodista ecuatoriano graduado en la Facultad de Comunicación Social en la Universidad Central del Ecuador, estudios de post-grado en la Universidad Andina Simón Bolívar de Quito. Es corresponsal en Ginebra de la Agencia Latinoamericana de Información, ALAI, y representante de la misma Agencia ante Naciones Unidas, funciones que ejerce desde 1999. Actualmente participa en el proceso preparatorio de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información. 
Fue director de la revista semanal Punto de Vista y reportero del diario Ultimas Noticias de Quito. Ha sido consultor de Oxfam.UK sobre la realidad ecuatoriana y ponente en los seminarios El Huracán de la Globalización de Barcelona (octubre 2000) y en el Encuentro Net.Punto.es2 sobre la utilización de las nuevas tecnologías de la información por parte del voluntariado (Santander, España octubre 2002).

Notas:
(1) Napoleón Saltos y Lola Vásquez, “Ecuador, su realidad”, Quito,  Fundación José Peralta, 286
(2) Plural TV de Perú, accionista de Teleamazonas,                                                        http://www.elcomercio.com/2010-1022/Noticias/Politica/Noticias Secundarias/EC101022P7MEDIOSYPRENSA.aspx
(3) Op. Cit. Saltos, p. 287.

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