viernes, 29 de octubre de 2010

La investigadora Maria Luz Congosto defiende el valor que tienen las visualizaciones de datos para presentar una información más completa y profunda

MADRID.- Crear mapas, grafos y representaciones informativas a partir de datos públicos es una tendencia que está cobrando fuerza dentro del nuevo periodismo. Es lo que se ha bautizado en el mundo anglosajón como «data journalism» y de ello sabe mucho la investigadora María Luz Congosto, autora de interesantes visualizaciones basadas en el flujo de información que inunda las redes sociales y sobre el que no se suele reparar en la mayoría de las ocasiones. La entrevista 'Abc'.

«Debemos aprovechar todos los datos que tenemos ahí, en las redes sociales, porque además son públicos y nadie nos va a reprochar nada por su utilización», sostiene.
 Congosto viene trabajando en la visualización de datos desde hace años y defiende que se trata de una técnica que «hace que la información entre por los ojos, que llame la atención y despierte el interés de los lectores». Por esta razón, estima que los medios digitales deberían apostar más por este tipo de trabajos para construir historias.
«Si el objetivo principal de los medios es captar la atención de su audiencia, no hay nada mejor que utilizar este tipo de visualizaciones para lograrlo», entre otras razones porque las personas solemos retener mucho más una imagen o un gráfico con determinadas cifras que un texto. Por tanto, estas representaciones vendrían a cumplir una doble finalidad: en primer lugar, se conciben como un «flash de atención» para cautivar el interés de los lectores y, en segundo lugar, para profundizar en el tema que se pretende representar. Y es que si algo aporta una visualización de datos es un análisis profundo y completo de cualquier asunto sobre el que se está informando.
En cuanto al tipo de información más idónea para elaborar estas representaciones visuales, Congosto tiene claro que sólo tienen encaje en aquellas informaciones de calado y de análisis, ya que construir un mapa o un grafo a partir de un tema de actualidad requiere reflexión y esto no se puede asociar, por ejemplo, a una información de actualidad, de última hora, para la que se exigen otras cualidades. «Cuando queremos hacer una visualización, debemos trabajar la información que tenemos a medio plazo, no podemos hacerla de un día para otro, se necesita tiempo y recursos», aclara.
La visualización de datos hay que entenderla, a su juicio, como «una puerta de entrada al análisis». Y esto también requiere, como no podía ser de otra manera, un equipo de profesionales especializados: diseñadores, programadores, investigadores... en definitiva, un equipo multidisciplinar. Todos estos requerimientos, como apunta, conllevan un esfuerzo económico importante que hoy por hoy muchos medios no están dispuestos a realizar, pero que les situaría en una posición de ventaja por el valor añadido que son capaces de aportar en su oferta informativa. Les serviría, además, para mostrar «una imagen más moderna de adaptación a los tiempos», apunta esta investigadora.
Maria Luz Congosto asegura que nos encontramos ante el periodista de datos y no el periodista de fuentes, como hasta ahora conocíamos. «Los periodistas tradicionales han bebido siempre de fuentes oficiales -llamadas de teléfono- y agencias, pero ahora el profesional no puede dar la espalda a la gran cantidad de información en la Red que puede ser una fuente de gran riqueza y valor periodístico y que puede diferenciar a un periódico de otro», algo que en entos momentos no está ocurriendo debido a la generalizada uniformidad que existe en la oferta informativa diaria.
Herramientas más abiertas
Preguntada por qué tipo de conocimientos se precisan y qué herramientas se deben manejar, Congosto asegura que aunque uno de los componentes básicos es el flash, lo cierto es que existen otras posibilidades más sencillas y que pueden ser usadas por cualquiera. Es el caso de la API de Google u otras librerías de Java Script como Protovis. «Creo que el camino es que este tipo de herramientas sean cada vez más abiertas y mucho más fáciles de usar», apunta. 
Las representaciones visuales a partir del flujo de datos que se genera en las redes sociales es el capítulo sobre el que ahora está trabajando esta investigadora, que ha puesto el foco especialmente en Twitter dado el potencial de esta herramienta. Primero, porque permite estudiar la información que se genera en torno a un evento, cómo participan sus asistentes, qué tipo de contenido comparten, quiénes son los más activos o los más influyentes, si se producen conversaciones paralelas o no y cómo se organizan éstas.
La importancia de las etiquetas
Sin embargo, y aunque el valor de esta plataforma es enorme, tiene un problema y es que sólo están disponibles los últimos 1.500 «tweets», de manera que uno puede perder detalles de una conversación si accede a la red después de la eclosión discursiva que se suele producir cuando un tema llega al punto más alto. Precisamente por esta razón tiene tanto sentido que se empleen los «hashtag» o etiquetas relacionadas con el tema. En cualquier caso, insiste en que Twitter es un canal ideal para construir visualizaciones de datos porque es público y, además, asimétrico, de modo que «puedo seguir a alguien y él que no me siga a mí».
Su próximo proyecto tiene mucho que ver con esta plataforma. Y es que se ha embarcado en el estudio de la participación en cuatro eventos diferentes: el Global Education Forum (15 y 16 de noviembre); Blogs la Conversación (uno de los eventos de referencia en el mundo bloguero, 21 y 22 de octubre); Ficod (16, 17 y 18 de noviembre) y, finalmente, el EBE (19, 20 y 21 de noviembre). A través de esta investigación, Congosto pretende mostrar, entre otras, quiénes son los auténticos emisores de información y quiénes, pese a su alta influencia en esta plataforma, se mantienen en un segundo plano.

El valor de los datos públicos

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