miércoles, 29 de diciembre de 2010

El cámara de 'Madrileños': 'La extorsión estaba amparada por la policía'

MADRID.- Daniel Ruiz se ha traído un par de dolorosos recuerdos de su visita a Osaka, en Japón: el impacto de una luz que en ningún momento se apagaba y el tacto del frío tatami durante el encierro. La celda en la que estuvo cinco días detenido se mantiene en su memoria, a pesar de haber logrado pasar la Navidad en España, junto a su abuela.

Este cámara de 'Madrileños por el mundo 'lo tiene claro: "La policía japonesa ha cometido irregularidades". Ayer habló con 'El Mundo' cómodamente, a más de 10.000 kilómetros de la "pesadilla". "Estamos estudiando pedir responsabilidad civil al Estado de Japón", confiesa. Ruiz rememora los motivos.
"Fue el día 15 por la tarde, cuando nos íbamos al metro para coger las maletas...". Un ciudadano norteamericano y abogado de profesión le propinó una patada que rompió la cámara, aunque el reportaje ya estaba grabado. Ruiz se encaró con él. Y un japonés se presentó pidiendo 1.500 euros. "Dijo que le habíamos roto el coche, sin acreditar que hubiera alguno. Un coche fantasma...", apunta Juan Luis Martín, el redactor de Telemadrid que no sufrió los barrotes y los interrogatorios de madrugada, pero sí el papeleo y la impaciencia de la enmarañada desventura de su compañero.
El hijo de un 'madrileño' al que habían filmado anteriormente, con sólo 16 años, se presentó raudo tras una llamada de Martín. Faltaba por llegar la policía, las supuestas fuerzas del orden: "El japonés se reía con los agentes, que recorrieron el barrio [Minami] para que sacáramos dinero y se lo diéramos. El chico nos tradujo que le estaba pidiendo a la policía si nos podía dar un par de hostias", cuenta Martín mientras Ruiz sumerge la cabeza en su taza de café.
Pagaron 900 euros, lo que la tarjeta de Martín permitía, ya que la póliza del seguro de empresa no satisfacía a los nipones. Acabaron en comisaría para denunciar lo ocurrido, al igual que el norteamericano. "Era evidente que lo que querían era dinero", resume Martín.
"El japonés era como los 'yakuza' de las pelis. Allí, sólo los que tienen tatuajes son de la mafia (...) El abogado nos ha dicho que era de la mafia. Dani era un rehén", explica Martín. "Lo primero que hizo en la comisaría fue quedarse en camiseta para que se vieran", corrobora el cámara, quien define al japonés y al norteamericano, que pedía 8.500 euros, de esta forma: "Son extorsionadores. Después vi que la extorsión estaba amparada por la policía, delante de ellos. Entonces te hundes".
Tras la primera noche, Ruiz fue trasladado a otro centro de reclusión: "Llegué con 35 grados y medio. Me desnudaron, me quitaron el teléfono y me dijeron que ya no era Daniel Ruiz, sino el primero de la segunda celda".
El cámara, que ha recorrido las favelas de Sao Paulo y nunca había vivido algo semejante, se defiende: "Si fuéramos de 'macarras por el mundo', estaría muerto desde hace años". Se da unos días de descanso, aunque... "Volvería a Osaka. Allí, hay para un reportaje de investigación".

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